Group Counseling

When we think of “counseling” we often picture a person sitting or lying on a couch answering questions from a professional psychologist. Cell ministry, on the other hand, promotes group healing. Yes, individual counseling might be needed in some circumstances, but group ministry can meet most of the needs. Larry Crabb, the famous author and psychologist, came to the conclusion that group counseling was more effective in most cases than individual counseling. In his book Connecting, Crabb wrote:

Ordinary people have the power to change other people’s lives. . . . The power is found in connection, that profound meeting when the truest part of one soul meets the emptiest recesses in another. . . . When that happens, the giver is left more full than before and the receiver less terrified, eventually eager, to experience even deeper, more mutual connection (Connecting, p. 31).

Effective small-group leaders get members involved so that each person begins to see themselves as God’s healing agent. Each member of Christ’s body can minister healing to others. No one should sit on the sidelines. Wise leaders encourage group members to share honestly and to pray for one another to experience restoration and healing.

When Monica arrived early to our cell group, she began to pour out her heart: “I’m so thankful I’m no longer living with Andy. I feel clean inside, but it’s still so hard; at times, I feel like I need him.” Frank and Kathy arrived in the middle of our conversation and began to minister to Monica from their own experience. My wife also spoke words of encouragement to her, and eventually all of us began to pray for Monica. My wife and Kathy understood Monica’s needs more deeply than I, and their prayers hit the emotional nerve center of what Monica was going through.

Monica left that night a renewed person. She dedicated herself to live a pure, holy life—without her live-in boyfriend. Her healing came through the ministry of the body of Christ. Notice the idea of group healing and group community. It’s not about one person bringing about all the healing; it’s about everyone ministering to one another. It’s about getting our eyes off one person and onto everyone involved. Small-group healing is not the preacher’s job. Everyone participates, and through the entire group, God moves and blesses each one. Miracles often occur when every member becomes a minister, and the members of the Church begin to see themselves as instruments of healing.

The power of small-group ministry is discovered by allowing each member to minister and connect to each other. It’s a time when confession, inner healing, transparent sharing and renewal happen. I love small-group ministry because it allows the grace for everyone to be involved in the healing process. It opens the door for all people to take place in ministering to others and blessing others through powerful healing prayer.

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Joel

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Grupo de Consejera

Por Joel Comiskey

Cuando pensamos en “consejera” a menudo nos imaginamos una persona que está sentada o acostada en un sofá respondiendo a las preguntas de un psicólogo profesional. El Ministerio celular, en estos casos, promueve sanidad de grupo. S, la orientación individual puede ser necesaria en circunstancias extremas, pero el ministerio en el grupo satisface la mayor parte de las necesidades. Larry Crabb, el famoso autor y psicólogo, llegó a la conclusión de que la terapia de grupo es más eficiente en la mayora de los casos que el asesoramiento individual. En su libro La conexión, Crabb escribió:

La gente común tiene el poder de cambiar las vidas de otras personas. . . . El poder se encuentra en la conexión, esa reunión profunda cuando la parte más verdadera de un alma se encuentra con los huecos más vacas en otra. . . . Cuando eso sucede, el dador queda más lleno  que antes, y el receptor menos aterrorizado, con el tiempo dispuesto, para experimentar aún más profundo, más conexión mutua (de conexión, p. 31).

Los lideres de pequeños grupos eficientes involucran a sus miembros para que cada persona comience a verse a s mismos como agente sanador de Dios. Cada miembro del cuerpo de Cristo puede ministrar sanidad a los demás. Nadie debe sentarse a un lado. Los lderes sabios alientan a los miembros del grupo a compartir honestamente y orar unos por otros para experimentar la restauración y la sanidad.

Cuando Mónica llegó temprano a nuestro grupo de células, comenzó a derramar su corazón: “Estoy tan agradecida que ya no estoy viviendo con Andy. Me siento limpia por dentro, pero es tan difcil, a veces, siento que lo necesito”. Frank y Kathy llegaron en el medio de nuestra conversación y empezaron a ministrar a Mónica por su propia experiencia. Mi esposa también habló palabras de aliento para ella, y, finalmente, todos nosotros, empezamos a orar por Mónica. Mi esposa y Kathy entendieron la necesidad de Mónica más profundamente que yo, y sus oraciones golpearon el centro del nervio emocional de lo que Mónica estaba pasando.

Mónica se fue renovada. Se dedicó a vivir una vida pura, una vida santa –sin su novio en su vida. Su sanidad fue a través del ministerio del cuerpo de Cristo. Tenga en cuenta la idea de la sanidad de grupo y un grupo comunitario. No se trata de una persona que trae la sanidad a todo, se trata de que todos ministren los unos a otros. Se trata de quitar nuestros ojos de una persona y ponerlos en todos los involucrados. La sanidad de grupos pequeños no es el trabajo del predicador. Todos participan, y a través de todo el grupo, Dios se mueve y bendice a cada uno. Los milagros ocurren a menudo cuando cada miembro se convierte en un ministro, y los miembros de la Iglesia comienzan a verse a s mismos como instrumentos de sanidad.

El poder del ministerio de grupos pequeños se descubre al permitir que cada miembro ministre y se conecte entre s. Es un momento en que la confesión, sanidad interior, el intercambio transparente y la renovación pasa. Me encanta el ministerio de grupos pequeños, por que permite la gracia para que todos sean involucrados en el proceso de sanidad. Abre la puerta a todas las personas para que tomen lugar al ministrar a otros y bendecir a los demás a través de la oración poderosa de la sanidad.

¿Pensamientos?

Joel