Tome Tiempo Diariamente Para Cuidar Su Propia Alma

Los Básicos Celulares

Por Joel Comiskey

Publicado en la Red de Grupos Pequeños, julio de 2002 en http://www.smallgroups.com/

Un día un hombre perturbado llamado Juan Salas abrió nerviosamente la puerta a mi oficina: “He probado de todo”, dijo bruscamente. “Me he entregado al alcohol y drogas, y además he probado un par de religiones. Ahora mi esposa quiere dejarme. Qué puede hacer por mí?”

Pocas veces he sido testigo de una desesperación tan grande en todos mis años de consejería. Como uno de los pastores en la Iglesia de El Batán en Quito, Ecuador, yo había aconsejado a muchas personas necesitadas, pero Juan era diferente. Era obvio que había agotado todos sus recursos. “Yo sé que usted ha estado buscando respuestas con toda sinceridad,” le dije, “pero sólo Jesucristo puede llenar el vacío en su corazón.” Cuando lo llevé en la oración para recibir a Jesucristo, la urgencia en la voz de Juan acabó finalmente en alivio.

Dios tomó el control de Juan ese día, y él llegó a ser una nueva creación. Un fulgor y alegría inundaron su vida. Antes de que él partiera, yo aconsejé a Juan para pasar un tiempo diariamente con Dios.

En la clase de los nuevos creyentes en la tarde del día siguiente, Juan me contó cómo se había despertado temprano en la mañana y había pasado un tiempo con su nuevo amigo, Jesús. Juan comenzó un modelo de pasar un tiempo diario exclusivamente con Dios que revolucionó su vida y lo transformó en un cristiano dinámico. A través de los años, mientras observaba cómo Juan crecía, notaba el poder de Dios en su ministerio, en la renovación de su matrimonio y en la prosperidad de su trabajo.

Juan todavía tenía su porción de dificultades. Los problemas matrimoniales de su pasado le afectaban, y mudar su restaurante a una nueva ubicación le obligó a asumir un fuerte compromiso financiero. Sin embargo la bendición de Dios lo siguió dondequiera que él iba. Dios estaba agrandando el territorio de Juan, y otros lo notaron.

Yo comprendí que el Padre celestial estaba premiando a Juan por pasar un tiempo a solas con Él. Las palabras de Cristo estaban haciéndose realidad antes mis ojos: “Pero cuando oras, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ore a tu Padre, que está en secreto. Y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, lo premiará” (Mateo 6:6).

Años después, tuve la oportunidad de demostrar la relación entre el tiempo secreto y la bendición de Dios. Para obtener mi doctorado (Ph.D.), realicé una encuesta a 700 líderes laicos de grupos pequeños en 8 países alrededor del mundo. Yo quería determinar por qué ciertos líderes de los grupos pequeños tenían más éxito que otros creciendo y multiplicando sus grupos. Quedé sorprendido al descubrir que el éxito de un líder no tenía nada que ver con su personalidad, estado social, educación o dones espirituales. Tenía que ver totalmente con el tiempo pasado con Dios. El tiempo pasado de forma consistente en el tiempo en secreto aparecía como el factor más importante en mi encuesta.

Yo no esperaba esta correlación. Yo pensaba que descubriría otras razones más naturales y humanas para el éxito en el ministerio. Sin embargo, la correlación es lógica. Durante el tiempo en secreto con el Dios vivo, escuchamos la voz de Dios y recibimos Su sabiduría. Es razonable, entonces, que los líderes laicos llenos del Espíritu, moviéndose bajo la guía de Dios, tendrán un sentido intocable de guía y liderazgo. Dios les concede el éxito.

Yo lo he Intentado, Pero. . .

Para muchos, el tiempo en secreto no es una aventura emocionante de conocer al Dios vivo; más bien, es en gran medida como comer hígado, asistir a una reunión obligatoria de la junta, o sacar la basura. “Lo haré a pura fuerza de mi voluntad – nada más.” Así me dijo un amigo mío en cierta oportunidad:

Lo que ha sido mi problema en el pasado es la sequedad… ningún tiempo cordial con el Señor, pero en cambio simplemente seguir la rutina de los movimientos. Yo cumplía mi tiempo en secreto por el sentido del deber… porque pensaba que era lo correcto. Yo quería recibir algo de Dios. Ahora quiero estar con Él, comunicándome con Él, “tocando” a mi Padre.

En alguna oportunidad tenemos todos hemos sentido la sequedad al pasar un tiempo con Dios. Si usted está luchando con pasar un tiempo periódico con Dios, usted no necesita que se apile la culpa sobre usted. Lo que necesita son las soluciones concretas para hacer que su tiempo en secreto sea refrescante.

Quizás alguien ha intentado decirle que usted realmente no es un cristiano a menos que tenga un tiempo secreto con Dios. En ese caso, en lugar de ser un deleite, pasar un tiempo con Dios llega a ser una carga.

O quizá no usted simplemente no esté convencido que un tiempo secreto con Dios todos los días sea de verdad importante. Que es un lindo pensamiento, y quizás una cosa buena, pero no indispensable. Cuando el trabajo, la familia y las actividades afuera compiten para obtener nuestra atención, el tiempo secreto tiende a tomar un segundo lugar.

Muchos ven el tiempo secreto con el Señor como demasiado rutinario. A menudo oigo decir la frase: “Cuando tengo un impulso para buscar al Señor, lo haré, pero hacerlo una práctica regular parece demasiado ritualista, no lo suficientemente espontáneo.” Jim, uno de mis amigos íntimos, me dijo: “yo sé que debo tener un tiempo callado regularmente, pero he estado esperando de que lo sienta correcto para empezar.” Los que sienten de esta manera no ven el tiempo callado como una disciplina cristiana que forma en un hábito.

Mi Experiencia

He descubierto una relación directa entre mi propio éxito y fracaso y mi tiempo callado con Dios. A menudo he dicho a Dios: “Estoy demasiado ocupado hoy. Tengo demasiado para hacer. Después me ocuparé.”

Al final del día, después de nunca haber encontrado el tiempo, comprendo que experimenté un día de frustración, estéril y conflictivo. Sin mi tiempo con Dios, me debato a través de mi día sin el control del Espíritu para enfrentar las dificultades de la vida.

Yo pasé por uno de esos períodos en 1996 mientras vivía en Pasadena, California, y asistía al Seminario Teológico Fuller. “Usted sabe qué apretado estoy de tiempo para volver a mi trabajo del curso,” yo argumentaba con Dios. “Apenas tengo tiempo por un tiempo callado diario.”

Poco después, de alguna manera llegué a completar un escrito importante sobre la historia de la iglesia y entregarlo a tiempo. Cuando me lo devolvieron, sin embargo, estaba cubierto de la tinta roja del profesor. Lo tenía que hacer totalmente de nuevo.

A estas alturas, Dios me habló claramente. “Joel”, me dijo, “yo soy el que te dará sabiduría. Aun cuando estés sumamente ocupado, búscame primero y yo te daré éxito.”

“De acuerdo, Dios”, le dije. “Yo te obedeceré. Pasaré el tiempo diario en medio de mis actividades. Simplemente recuerda que todavía tendré menos tiempo para completar este próximo deber.”

Yo estaba a punto de descubrir que diezmando mi tiempo para pasarlo con Dios me ayudaría a hacer bien el uso del tiempo que yo tenía. Dios fue fiel. Encontré nuevas y mejores maneras de escribir. Mis papeles empezaron a regresar a mí con comentarios alentadores, aunque no había pasado tanto tiempo en ellos.

Es posible que su experiencia no tenga nada que ver con escribir ejercicios, sin embargo el principio sigue siendo el mismo: En la medida en que se compromete a pasar un tiempo con Dios, Él bendecirá su vida y le ayudará a hacer un mejor uso de su tiempo.

He llegado a creer que la disciplina espiritual más importante en la vida cristiana es mantener un tiempo secreto y periódico – un tiempo para hablar con Dios y permitirle que Dios le hable; un tiempo para leer la Palabra y recibir el alimento para su alma.

Mi tiempo callado me proporciona una oportunidad para una comprobación diaria, un tiempo para expresar mis cuidados y preocupaciones. Es donde yo recibo los planes para el futuro y alegría que fortalecen mi alma. Es mi oportunidad de hablar directamente con el que me ama, que me escogió antes de la creación del universo y que está tan cerca como el aire que respiro.

El Pan diario

Cuando Dios proporcionó el pan del cielo (el maná) para Su pueblo, los israelitas, Él les ordenó que lo recogieran diariamente o se echaría a perder. La cantidad para un día de maná era bueno durante sólo un día. Nosotros, también, necesitamos el alimento espiritual a diario para enfrentar los singulares desafíos que cada día trae. Jesús dijo “Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34). La bendición de ayer y la unción no le prepararán para enfrentar los cuidados de hoy, las pruebas y dolores de cabeza. Usted necesita una alimentación fresca de Jesús hoy.

Yo confieso que no siempre creí en la importancia de hacer de mi tiempo secreto una actividad diaria. A veces cuando estaba demasiado ocupado, yo decía: “Estoy demasiado ocupado hoy, Dios, mañana haré los devocionales que faltan.” No comprendía cuánto necesitaría la alimentación fresca en ese día – igual como el siguiente.

Le Amamos a Él Porque Él nos Amó Primero

Estoy constantemente asombrado por el amor sincero que mis tres hijas me brindan. “Papá, simplemente queremos estar contigo,” es su constante estribillo. Ellos no lo hacen para cumplir un buen trabajo o ritual; es un deseo natural que Dios ha puesto dentro de ellas.

Pasar un tiempo secreto todos los días con Dios no es un acto meritorio para hacernos dignos a la vista de Él. No lo hacemos para hacernos ver delante de Dios u ofrecerle otra obra buena. Más bien, nuestro tiempo callado es una contestación a Su amor. Porque Jesús nos ama y nos ha hecho justos por Su sangre, deseamos pasar tiempo con Él y conocerlo más íntimamente. Anhelamos estar con Él, no porque tenemos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo.

A. W. Tozer, un líder espiritual del siglo XX, dice: “Seguimos a Dios porque y sólo porque Él ha puesto un impulso primero dentro de nosotros que eso nos estimula a buscarlo.” La gracia de Dios da nacimiento a un deseo en nosotros de pasar tiempo con él. Simplemente respondemos a Su amor y deseamos entrar en Su presencia.

Pídale a Dios que haga que su tiempo secreto sea un deleite. Él quiere quitar la carga pesada de “verificar el reloj del tiempo.” Aunque podría ser difícil al principio, Dios desea hacer que su tiempo callado sea la parte más agradable de su día.

Dios Desea Pasar Tiempo con Sus Hijos

¿Sabía usted que Dios quiere pasar un tiempo con usted mucho más que usted quiere pasar un tiempo con Él? Tan a menudo imaginamos que pasar tiempo con Dios es un trabajo para realizar. Para muchos, desgraciadamente, es como levantar una carga pesada al trono de gracia para agradar a un Dios enfadado.

Sepa que la Biblia pinta un cuadro diferente. Vemos a un Dios que ama a Sus hijos y que anhela estar con ellos. David dijo: “¡Cuán preciosos, O Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena. Yo despierto, y aun estoy contigo” (Salmo 139:17-18).

Dios está pensando sobre usted todo el tiempo. Henry Blackaby, un predicador bautista que escribió el libro best-seller Experimentando a Dios, dice: Dios mismo persigue una relación de amor con usted. Él es el que toma la iniciativa para traerlo a este tipo de relación. Él lo creó para una relación de amor con Él. Ése es el mismo propósito de sus vidas.” Dios anhela pasar tiempo con usted más de lo que usted puede imaginar. De hecho, Dios desea pasar tiempo con usted tanto que aun ahora Él esté preparando su eternidad en que usted pasará un tiempo ininterrumpido con Él (Juan 14:2).

Y no piense que Dios sólo quiere disfrutarlo cuando usted es fuerte y capaz. Dios entiende exactamente donde usted está ahora mismo. Él lo disfruta en su precisa etapa de desarrollo. Me ha gustado pasar tiempo con mis hijas en cada etapa de sus vidas. Chelsea, nuestra menor, dice las cosas más listas y puede abrazar en cierto modo que sólo lo puede hacer una de cuatro años de edad. Yo disfruto de Sarah, nuestra hija mayor, de una manera diferente. Conversamos en una manera de los asuntos que están muy por encima del alcance de Chelsea. Puedo alcanzar mejor a nuestro hija que está en el medio, Nicole, a través de los juegos y los deportes.

Permita que Dios lo disfrute. Él lo escogió antes de la creación del mundo y después lo llamó para entrar en una relación de amor con usted. Dios desea desarrollar esa relación de amor con usted. Él desea encontrarse con usted en su tiempo callado todos los días.

Tome Time para Ser Santo

Las personas dicen a menudo, “Quizá el próximo año yo puedo pasar un tiempo regular con Dios. Ahora mismo estoy demasiado recargado de trabajo.” ¡Los recientes estudios indican que los americanos trabajan las horas más largas en el mundo industrializado – casi 2000 horas por año! Entre 1977 y 1997, el promedio de la semana laboral entre los americanos asalariados se extendieron de 43 a 47 horas. Durante los mismos años, el número de obreros que ponen 50 o más horas por semana saltó de 24 a 37 por ciento.

Hace apenas una década, se horrorizaban los americanos con los hábitos de trabajo de los japoneses. Ahora, según un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo, los Estados Unidos se han pasado a Japón para llegar a ser la nación que más trabaja en el mundo. El trabajador americano promedio trabaja ocho semanas más por año que el promedio europeo occidental, y el mismo informe dice que los norteamericanos corren un riesgo de un surmenage.

Trabajar mucho no es malo; el problema es el agotamiento mientras se trabaja duramente. Cuando trabajamos duramente sin que el gozo y la paz de Dios controle nuestras vidas, aumentamos el estrés y preocupación que resulta en un agotamiento y una conducta disfuncional.

Yo mencioné en la introducción cómo Dios me mostró que diezmar mi tiempo para pasarlo con Él me ayudaron a hacer un buen uso del resto de mi tiempo. El tiempo callado pasado con Dios le dará una paz sobrenatural y gozo que lo acompañarán a lo largo del día. Esta paz y gozo le permitirán trabajar duramente y aumentará su productividad evitando el agotamiento que lo acompaña. Cuando Nehemías dijo: “El gozo del Señor es vuestra fortaleza” (Nehemías 8:10).

Cuando usted comprenda cuán desesperadamente usted necesita la llenura de Dios, usted querrá tomar tiempo para pasar con Él todos los días. Comprenda, sin embargo, que hallar tiempo no será fácil. El himno “Toma Tiempo para Ser SANTO” expresa la cosa más dura de pasar un tiempo con Dios. Lo más probable es que nunca encontremos tiempo. Tendremos que tomarlo de las otras demandas que se amontonan y nos urgen. Paul Cedar, un pastor muy conocido y líder cristiano, confesó:

Yo había estado estableciendo las citas para cada persona y cada evento que eran importantes en mi vida… Me di cuenta que raramente, si alguna vez, establecía un cita con Dios. Ese reconocimiento transformó mi horario y mi vida de oración. Empecé a fijar un tiempo exclusivamente con Dios todos los días. De hecho, siempre que compro una nueva agenda, siempre pongo en primer lugar mi cita regular con Dios. . .

Esté seguro que las necesidades urgentes apiñarán su horario y estropearán su iniciativa para pasar un tiempo con Dios a menos que usted planifique por adelantado – a menos que usted haga que su reunión con Él sea la cita más vital de su día. Las Palabras de Cristo todavía suenan verdaderas: “Pero buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:33).

Este artículo fue tomado del nuevo libro de Joel Comiskey: Una Cita con el Rey (próxima publicación por Editorial Clie, 2005). Este libro estimula a las personas a buscar una mayor intimidad con Dios pasando un tiempo regular con Él. Este libro ofrecerá las soluciones, en lugar de condenar a los que se sienten frustrados o culpables con respecto a su tiempo callado. Joel comparte sus propias debilidades y frustraciones en esta área. El libro incluye consejos prácticos y ejercicios para un mejor tiempo callado.