Tratando con los que hablan demasiado

Los Básicos Celulares

por Joel Comiskey

2017

Las células ofrecen un ambiente cálido en el cual próspera el compartir libremente. Esto es extremadamente positivo, pero el peligro también acecha. Algunas personas llegan a las células para expresar sus opiniones, por más negativas y combativas que estas puedan ser. Se aprovechan de la atmósfera cálida para descargar contra los demás, para encontrar un respiradero a su inseguridad. A estas personas les encanta oír sus propias voces. Nadie tiene la oportunidad de contribuir mientras están hablando, y los miembros de la célula vendrán a resentir sus comentarios y comportamientos.

Tratar con los que hablan demasiado es probablemente el mayor desafío en las células. En repetidas ocasiones he dicho que los líderes de las células no deben dominar el grupo. Esto también significa, que uno o dos miembros de la célula no deben dominarlo.

El facilitador debe proteger a la célula de los que dominan la reunión. Estos son algunos pasos prácticos para superar este problema:

  • Siéntate junto a la persona que habla de más para tener menos contacto visual. Las personas que hablan demasiado no necesitan mucho estímulo. Incluso pueden sentir que tú, el líder, estás animando su conversación al hacer contacto visual, asentir con la cabeza y escuchar. Sentarse junto a la persona y evitar el contacto visual indicará que no estás animándolo.
  • Dar la palabra a otras personas para que expresen sus opiniones. Cuando te diriges a una persona por su nombre, le está diciendo al resto: “Espera tu turno”. Al llamar a los individuos por su nombre, estás asumiendo la responsabilidad del liderazgo y dirigiendo la conversación de la célula.
  • Redirige la conversación lejos del que habla demasiado, si él o ella hace una pausa. Claro que, esta es una medida más drástica. Cuando comparto esta táctica en un seminario, la multitud ríe a carcajadas. Sin embargo, los líderes necesitan hacer lo necesario para proteger a la célula de tal control.
  • Hable directamente con la persona. A menudo, los que hablan demasiado simplemente no entienden el propósito de la célula. Piensan sinceramente que los demás necesitan de su constante aporte y sabiduría espiritual. Nunca han entendido que el propósito de la célula es permitir que todos participen y compartan. Hablar directamente con la persona, después o antes de la reunión a menudo resolverá el problema.
  • Si el problema persiste, habla directamente con tu superior inmediato (por ejemplo, supervisor, pastor). Lo más probable es que el líder tenga más experiencia en el trato con estos temas y puede ofrecer información valiosa para resolver el conflicto.
  • Pídele a la persona que te ayude a hacer la reunión más participativa. Di un seminario celular en Nueva Jersey y luego un exitoso líder celular se me acercó diciendo: “He encontrado una gran manera de lidiar con los hablan demasiado y siempre funciona”. Continuó: “Pídele al que habla de más que le ayude a hacer que los demás hablen”. Este consejo tiene sentido. Cuando el que habla demasiado entiende la razón más grande en la célula e incluso cómo participar en el cumplimiento de esta meta, es probable que la persona cambie.
  • Establece la regla de que nadie puede hablar una segunda vez hasta que todos hayan tenido la oportunidad de hablar por primera vez.

¿Cuáles de los métodos anteriores han funcionado mejor para ti? ¿O tal vez tienes otra sugerencia?