Discipulado Como Grupo

Los Básicos Celulares

Por Joel Comiskey

2014

La Escritura dice: “Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban. Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:16-20).

Note que Jesús está hablando con el grupo de discípulos en estos versículos. Estos son los mismos discípulos (aparte de Judas) a quienes Jesús moldeó y formó por un período de tres años. Él les había enseñado importantes lecciones de vida, ya que vivían juntos. Gran parte del desarrollo crucial del carácter se dio mientras trabajaban a través de los conflictos y vencían las dificultades que se presentaban entre ellos. Jesús había llamado a estos discípulos a unirse a una nueva comunidad y a convertirse en parte de una nueva familia espiritual. Aprendieron a relacionarse unos con otros en medio del crisol del conflicto. Jesús estaba pendiente del orgullo de ellos, y los animaba a caminar en humildad. Después de tres años, estaban listos para iniciar el proceso una vez más con su propio grupo pequeño. Ellos entendieron que seguir a Jesús significaba la confesión pública y un compromiso de grupo.

Cuando hablamos de la inspiración de la Biblia, nos estamos refiriendo al momento en que los escritores escribían sus palabras. En ese momento, estaban escribiendo las palabras de Dios. Todo lo que sigue después de eso es la aplicación de lo que escribieron. Por esta razón, es esencial saber a quienes les estaban escribiendo, el contexto y la cultura en la que estaban escribiendo, y la historia general de la época. Después, será posible interpretar correctamente el pasaje y aplicarlo con precisión.

Sin embargo, muchas personas se saltan este punto. Para empezar, van directo a la aplicación de las Escrituras sin tener la correcta interpretación. Para entender a los escritores del Nuevo Testamento, tenemos que entender el contexto.Culturas como la de Norteamérica, Australia y Europa son más individualistas por naturaleza. La cultura del individualismo se siente incomoda con los mandamientos bíblicos de servirse unos a otros, someterse a los demás, renunciar a derechos por el bien del grupo, y humillarse a sí mismo ante los demás. Sin embargo, estas características bíblicas son absolutamente esenciales y fundamentales en las Escrituras. El mandato de Cristo a sus discípulos es claro: ámense los unos a los otros. El Dios trino es un testimonio eterno de la unidad de Dios. La Iglesia primitiva fue un movimiento cercano, de cara- a- cara, reuniéndose en los hogares y multiplicando la vida de Dios a través de la comunidad.

La principal razón por la que la iglesia ha perdido de vista este tema de la comunidad en el mundo occidental se debe a que muy a menudo los creyentes leen la Biblia a través de la lente del individualismo. La realidad es que las personas que viven en una cultura colectivista entienden el discipulado de grupo mucho mejor porque de manera innata ya priorizan las relaciones. Ellos, también, se sienten mucho más cómodos en un ambiente de grupo y toman menos tiempo para adaptarse.

Debemos tener comunidad para apoyar y corregir nuestro discipulado en el mundo. Esto parece tan obvio, pero nuestra práctica frecuentemente es tan individualista. El discipulado cristiano no es para Llaneros Solitarios (aunque para ser justos, incluso el hombre enmascarado tenía a Toro como su compañero). Tenemos que resistir al individualismo de nuestra cultura y cultivar relaciones profundas y sólidas con los demás. Los desafíos que enfrentamos son formidables; sin comunidad se convierten en algo imposible.

En un grupo pequeño saludable no sólo se mantiene nuestra individualidad, pero nos damos cuenta que somos valiosos individuos con un papel que jugar asignado por Dios. El discipulado en un grupo incluye las relaciones interdependientes y recíprocas, cuyo objetivo es el realce de la calidad personal del propio grupo. Lo que las personas tienen en común es tenerse el uno al otro y el realce mutuo de cada persona, mientras viven sus vidas juntos. El discipulado de grupo no es un despojarme de mis propios derechos, aspiraciones o metas. Más bien, es el desarrollo de esos atributos personales en el ambiente de grupo.

Nos convertimos en discípulos a medida que aprendemos a amarnos unos a otros y a permitir que otros nos hagan responsables de nuestros actos. Este fue el tipo de discipulado que Jesús tenía en mente cuando mandó a sus discípulos a seguir su propia estrategia para hacer discípulos en el ambiente de grupo.

Joel