Integración: Descubre tu don en una célula

Los Básicos Celulares

Por Joel Comiskey

Algunas personas han reaccionado a la idea de que todo el mundo debe estar involucrado en una célula. Algunos dicen “¿Esto no sofocará la creatividad y el talento de una persona?”, “¿No es mejor que algunos se unan a una célula mientras otros se unan a un programa en específico en la iglesia?”

Muchos pastores creen que si alguien tiene el impulso de hacer algo; esta persona debe comenzar un nuevo programa, o si ya hay un programa que opera en la iglesia, la persona puede integrarse para que complemente su don. Y si no hay un programa, la iglesia debe crear un nuevo ministerio para la persona. ¿Era así como la iglesia primitiva operaba?

La verdad es que la célula es el mejor lugar para descubrir los dones espirituales.

Al inicio, en mi ministerio celular, una persona trató de convencerme de agregar programas adicionales, para que las personas pudieran encontrar y ejercitar sus dones espirituales. “Pero en las células tendrán la oportunidad de ejercitar sus dones”, contesté. “Aquellos con el don de misericordia tendrán la oportunidad de ministrar a los necesitados, tanto dentro como fuera del grupo. La persona con el don de la enseñanza puede aclarar un pasaje de las Escrituras. Aquellos con los dones de servicio o ayuda tendrán muchas oportunidades de usarlos en la célula”.

En realidad, esta persona no escuchó lo que le estaba diciendo y nuestra conversación esa noche terminó en un punto muerto. Ambos teníamos opiniones fuertes. Pero la conversación fue una bendición disfrazada porque me obligó a revisar el tema de los dones espirituales y los grupos celulares. La conversación me animó a volver a las Escrituras para encontrar respuestas.

Nuevamente me di cuenta que cuando Pablo escribió acerca de los pasajes de los dones, Él estaba escribiendo a los creyentes que se reunían en casas (Efesios 4, Romanos 12 y 1 Corintios 12-14). En los tres pasajes acerca de los dones, El conecta el don con el cuerpo de Cristo. La única manera de saber dónde una persona encaja en el cuerpo de Cristo es descubriendo su don. El ambiente hogareño de la iglesia primitiva le dio a cada persona una amplia oportunidad para probar, demostrar y descubrir su propio don espiritual y su lugar en el cuerpo de Cristo.

Animo a los líderes celulares a estudiar los dones del Espíritu y a acercarse a los miembros de la célula para conocer acerca de sus dones. Algo que descubrí al escribir el libro The Spirit-Filled Small Group: Leading Your Group to Experience the Spiritual Gifts, fue que cuando una persona conoce y usa su don espiritual, se sentirá más responsable y necesitado. La persona no querrá perderse la célula, porque sabe que él o ella es necesaria en el cuerpo de Cristo.

El descubrimiento de dones, que ayuda a formar discípulos es una razón clave para priorizar la participación en las células. La razón por la que una iglesia o un pastor le piden a una persona que se involucre en una célula, como un requisito para participar en otros programas y ministerios, es para ayudarlo a descubrir el propósito de Dios y convertirse en un discípulo activo de Jesucristo.