La Vida Espiritual del Líder

Los Básicos Celulares

Por Joel Comiskey

Dieciocho años han pasado desde que investigué por qué algunos líderes fueron capaces de dirigir sus pequeños grupos a la multiplicación y otros no. Para asegurarse de que las estadísticas eran exactas, 700 líderes completaron un cuestionario en ocho países. Publiqué los resultados en mi primer libro, La Explosión de los Grupos Celulares en los Hogares, así como en mi sitio web.

En resumen, los datos revelaron que la multiplicación celular no se correlacionó con la personalidad, dones espirituales, la clase social, educación, el estado civil o el género (es decir, factores externos). Sin embargo, se mostró muy claramente que el éxito/fruto del líder depende de la vida espiritual del líder. En otras palabras, aquellos líderes que estaban dispuestos a pagar el precio en la oración, pasar tiempo con Dios en devocionales diarios, e interceden en oración por sus miembros celulares eran mucho más eficaces en la dirección y la multiplicación de una célula.

Estos hallazgos no deberían ser sorprendentes porque Jesús mismo habló de la recompensa del Padre a los que le buscan. Él dijo: “Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los hombres. Yo os digo la verdad, que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”. Es durante nuestro tiempo devocional en secreto con Dios que nos llena, nos guía y nos muestra cómo vivir la vida cristiana.

Durante esos momentos de comunión, el da a los líderes una visión y dirección. Él les muestra cómo liderar el grupo, evangelizar a los demás, y desarrollar a los nuevos discípulos– que resulta en la multiplicación. La realidad es que muchas cosas inesperadas suceden en el curso de un célula: el timbre del teléfono, el visitante inconverso inesperado, el olvido de Juan a preparar el rompehielos, y así sucesivamente. Los líderes necesitan el ungimiento del Espíritu Santo para servir con eficacia. La gran noticia es que el Espíritu Santo está dispuesto a darte los consejos desde el interior, momento a momento para cada paso.. Para oír Su voz fuerte y clara cuando tu la necesitas, tu necesitarás la llenura antes del comienzo de la reunión.

Incluso Jesús tomó decisiones después de la comunión con el Padre. Como leemos en Lucas 5:16, Él lo hizo una prioridad pasar tiempo a solas con su Padre: “… él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”. Lucas 5:15 explica que cuando la fama de Jesús se extendía, el éxito de su ministerio le obligó a pasar más tiempo con Dios. En medio de un ministerio cada vez más ocupado, Él se separó de la multitud para momentos de tranquilidad. Si Jesucristo, nuestro modelo, priorizó su tiempo con el Padre, ¿Por qué nosotros no?

Como líder de célula, pastor, o ambas cosas, pasar tiempo con Dios debe ser tu principal y más importante prioridad. Cuando tu grupo siente que estás escuchando del Creador, ellos estarán más dispuestos a seguirte. Cuando tu puedes señalar las veces cuando sentías la guía de Dios, y que Él te hablaba al corazón, entonces ganarás el respeto de los miembros de su grupo.