Los Peligros del Uso de los Dones Espirituales en la Célula

Los Básicos Celulares

Por Joel Comiskey

Después de la emoción compartida sobre el uso de los dones del Espíritu en una conferencia hace algunos años, el pastor principal concluyo la sesión advirtiendo a los presentes sobre los peligros del “incendio” en el grupo de células y la necesidad de hacer todo en orden y de acuerdo a la Escritura.

El pastor tenía un gran punto de vista y desde entonces, he tratado de hablar de la necesidad de un liderazgo pastoral para supervisar el uso de los Dones en los grupos de células y enseñar a los líderes que es lo que deben tener en cuenta. Pablo exhorta a los corintios sobre el orden utilizando los dones del Espíritu (1 Corintios 14:26-39), y los pastores legítimamente deben estar preocupados por las raras predicciones en vez de la edificación profética. O tal vez alguien trata de ejercer el don de discernimiento de espíritu, pero este provoca el miedo por etiquetar a las personas de cierta manera. ¿Cuál es el remedio para los incendios forestales? Formación y preparación.

En la iglesia celular, todos los líderes del futuro pasan por un cuidadoso entrenamiento y preparación. Parte de esa preparación para el liderazgo, debe equipar a los líderes en el uso de los Dones en la célula y cómo evitar el error.

Preparando y supervisando es parte del curso para el uso de los Dones conforme a la Biblia. Cada líder de célula debe tener un entrenador (supervisor) que sirve de guía en la práctica de los dones del Espíritu.

Aunque cuidado con “los incendios forestales” es una buena cosa, tenemos que estar igualmente preocupados porque “no hay fuego” o la sequía del don espiritual. Personalmente veo esto como un peligro mucho mayor, sobre todo en el mundo occidental. Me doy cuenta que se pueden cometer errores al usar los dones del Espíritu, pero muchas células nunca llegan al punto de ni siquiera intentar el ejercicio de los dones espirituales. La célula no es un lugar emocionante donde el Espíritu se está moviendo. Más bien se trata de un encuentro sin vida. El hecho es que aprendamos a través de hacer o cometer errores, de volver a intentarlo, y la continuación del proceso. Tenemos que fomentar un ambiente de gracia de la experimentación, de modo que la gente estará dispuesta a salir – más que nunca la experimentación y la búsqueda de sus dones espirituales.