Cambie Sus Estudios Bíblicos Aburridos En Tiempos Emocionantes de Compartir

Los Básicos Celulares

Revista de la Iglesia Celular

Invierno, 1999, 2000

Silencio. El esfuerzo del líder de grupo celular por estimular la discusión falló. “¿Nadie más quisiera hacer un comentario sobre este versículo?” Todavía no contestaba nadie. El agitado líder decidió que era mejor romper el silencio lanzando una homilía ad-hoc de los pasajes de la Biblia. “Por lo menos están recibiendo la Palabra de Dios,” aseguraba el líder para convencerse a sí mismo. Yo sé cómo se sentía el líder del grupo celular. Yo he tenido que enfrentar períodos similares de un silencio tenso cuando he tratado de dirigir la lección durante mi propio grupo celular de los jueves por la noche. En más de una oportunidad me he encontrado pensando: “¿Por qué son tan secos mis propios tiempos de discusión?” He disertado y he escrito extensamente sobre el ministerio del grupo celular. “¿Acaso no debo ser un ejemplo en esta área?” “¿Mis propios tiempos de discusión no deben estar llenos de la participación de los demás?” “¿Cuál es el eslabón perdido?” He descubierto a menudo que la diferencia entre la discusión eficaz del grupo celular y el tipo que llega a decaer en un silencio embarazoso tiene más que ver con el tipo de preguntas que se realizan y no de lo bien que el líder escucha, da una retroalimentación positiva, o trata con el hablador rabioso. He estado dirigiendo mi grupo celular de los jueves por la noche durante los últimos dos años. Últimamente estuve animando a otros para dirigir la lección celular. Pablo aceptó ese desafío y ha dirigido las últimas cuatro lecciones. Dos de esas lecciones eran tan secas como un hueso mientras que las otras dos provocaron un diálogo muy animado. ¿La diferencia? Las preguntas de Pablo. Pablo hizo todo lo demás perfectamente. En todas las cuatro lecciones, él escuchaba atentamente, llamaba a los miembros individualmente por sus nombres, tuvo el cuidado de no dominar, etc. En otras palabras, no pude hallar ninguna otra falta en ningún otro punto. Más bien, en dos ocasiones su uso de preguntas cerradas, que se contestaban con una palabra, mataron la participación y redujeron al grupo a un silencio desconcertante. [1]

Durante las otras dos reuniones celulares inferiores, Pablo enfocó casi completamente en los pasajes bíblicos. Él le pidió al grupo que le dijeran lo que decía el pasaje de la Biblia. Estábamos estudiando el libro de Jonás, así que Pablo preguntó: “¿Adónde huyó Jonás?” A Nínive”, contestó un miembro. “Buena respuesta”, dijo Pablo. “¿Nadie más?” Silencio. “¿Por qué huyó Jonás?”, Pablo preguntó. “Porque era desobediente”, dijo otro miembro celular. Pablo intentó conseguir que más personas hablaran. “¿A nadie más le gustaría compartir?” Algunos balbucearon una variante de la misma respuesta, pero cuando todo se había dicho, había sólo una respuesta: Jonás era desobediente. Ahora, Pablo escuchó bien, dio una retroalimentación positiva, e hizo todo lo que era correcto. ¿Qué más podía decir el grupo? Había básicamente sólo una respuesta para dar. Jonás huyó porque era desobediente. ¿Alguien podrían haber agregado algunos adjetivos como por ejemplo: “Jonás era terriblemente desobediente”, pero por qué molestarse? Un líder de grupo celular extraordinario, muy entrenado no podría haber conseguido mucho más. Pablo podría esperar en silencio por una hora, esperando para que alguien más hablara, y nosotros nos habríamos quedado sentados allí en silencio con él. Yo hablé con Pablo unos días después del grupo celular seco y aburrido. Compartí con él mis propios fracasos y descubrimiento – sobre todo en el área de hacer las preguntas.

Algo hizo clic en Pablo y la próxima lección fue excelente. Estudiamos Salmo 46:1, “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”, y Salmo 46:10, “Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones, enaltecido seré en la tierra.” Pablo empezó con algunas preguntas cerradas de observación para ayudarnos a entender el texto bíblico. Sin embargo, esta vez él aplicó el pasaje bíblico rápidamente a nuestras propias vidas con preguntas como: “¿Cuándo tuvo usted una crisis y cómo la manejó?” Pablo siguió con otra pregunta de aplicación: “Comparta con el grupo cómo Dios ha sido su refugio a través de un tiempo difícil.” Todos teníamos algo que compartir. “Hace muchos años yo administraba el negocio de la sastrería más exitosa en el país”, Jaime empezó. “Yo amaba mi trabajo e incluso hice los trajes para el presidente. En la plenitud de mi éxito, los doctores me dijeron que era mi salud o mi trabajo, así que yo tenía que dejarlo. Pero Dios. . . . ” Después María compartió, “Recientemente, mi hija Nancy dijo que ella estaría casa a las diez de la noche, pero a la una de la mañana ella todavía no había llegado. De todas maneras yo soy una persona nerviosa, pero esta vez yo ya estaba enloqueciendo. Sin embargo, a través de la oración Dios empezó a . . . ” Nuestro grupo compartió esa noche profundamente. Nos llevamos las cargas los unos de los otros. Nos fuimos edificados, animados, y ávidos por regresar por más. La preparación de las preguntas correctas antes de que empiece la reunión puede darle la seguridad de que la discusión celular será viva y dinámica.

Líder celular, yo les estimulo a reflexionar en su experiencia actual del grupo celular. ¿Qué fluidez está usted experimentando durante el tiempo de compartir la Palabra? ¿Sus lecciones celulares rebosan de la participación de todos? ¿Tiene que detener la entusiasta conversación debido a la falta de tiempo? ¿O se agota naturalmente mientras los miembros nerviosos anhelan que llegue la oración para terminar? El tipo de preguntas que se hacen pueden hacer toda la diferencia entre un grupo celular lleno de vida, diversión, estímulo o uno de aburrimiento, frustración, y silencio.

Líder celular, lo primero que tiene que hacer es librarse de la mentalidad de que usted es un maestro de la Biblia que dirige un estudio bíblico. Nada de esto es verdad. Los líderes celulares son capacitadores, facilitadores.

Los sinónimos para facilitar incluye: ayudar, auxiliar, socorrer, aliviar, autorizar, lubricar, y allanar el progreso. Su trabajo, líder celular es de capacitar a otros para compartir. Su papel no es de predicar o enseñar la Palabra de Dios. Esto es donde la mayoría de los líderes celulares fallan. Yo no puedo contar el número de los grupos celulares a los que he asistido en los que el líder celular dominó toda la reunión. “Esa célula era más como un mini-culto de la iglesia de los domingos con el pastor que realiza su papel de predicador,” he pensado a menudo para mis adentros en el camino a casa después visitar las reuniones celulares.

Dios ha bendecido a Su iglesia con los maestros dotados y predicadores, pero ése no es su trabajo, líder celular. Los grupos celulares se levanta en contraste con la mentalidad del “predicador-congregación.” Los líderes celulares que enseñan la Biblia en el grupo pequeño realmente pueden impedir el desarrollo de los nuevos líderes porque pocos miembros de los grupos alguna vez se sentirán calificados o dotados para enseñar la Biblia. Por consiguiente, estoy asumiendo en este artículo que usted desea una reunión celular dinámica en la que todos participen. Doy por sentado que usted cree que el papel del líder de grupo celular no es de predicar o enseñar la Palabra de Dios. Creyendo que somos de la misma idea, miremos ahora cómo mejorar su habilidad para hacer preguntas. Las preguntas cerradas esperan una sola respuesta correcta.

A menudo el propósito de una pregunta cerrada en un grupo celular es descubrir lo que dice el versículo de la Biblia o el pasaje. Este tipo de pregunta es eficaz inmediatamente después de leer un nuevo versículo o pasaje de las Escrituras. Las personas quieren conocer el contexto o el significado del versículo. Sin embargo, demasiadas preguntas cerradas convierten el grupo celular en un examen escolar. Cuando un líder usa muchas preguntas cerradas tipo examen, él se coloca como el experto bíblico que está intentando descubrir a los más iluminados, a los estudiantes más instruidos en la Biblia. Algunos brillarán mientras hacen alarde de su conocimiento de la Biblia, mientras que la mayoría tratará de esconderse de la mirada penetrante del líder celular.

Las preguntas abiertas, por otro lado, provocan la discusión y el compartir. Hay más de una respuesta correcta. Las preguntas abiertas mueven a los miembros celulares para que apliquen las verdades bíblicas a sus propias vidas.

Miremos un ejemplo del pasaje familiar en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no perezca mas tenga vida eterna.” Usted podría empezar con una pregunta cerrada de observación como por ejemplo: ¿Cómo demostró Dios su amor por nosotros? La respuesta queda dentro del texto. En este caso, usted está pidiéndoles simplemente a las personas que observen y contesten lo que ellos ven en el versículo. Hasta un hindú que nunca había leído la Biblia podría leer el versículo y contestar que Dios demostró su amor enviando a Su Hijo. No hay realmente ninguna otra respuesta. Usted podría pedirlos a los que no hablan en el grupo que expresen su opinión, pero ellos probablemente dirán lo mismo. Tratar de extenderse en el significado podría ayudar un poco, pero no mucho. De nuevo, es bueno incluir algunas de estas preguntas al empezar la lección celular. Preguntas como éstas ayudarán a sus miembros a entender el significado del pasaje de la Biblia.

Usted podría avanzar un paso más lejos y pedirles a sus miembros celulares que interpreten lo que el versículo significa, sin embargo este todavía es en gran parte una manera cerrada de hacer preguntas. Por ejemplo, usted podría preguntar: ¿Qué tipo de amor demostró Dios? Algunos podrían hablar sobre el amor de Dios que se sacrifica por nosotros; otros podrían referirse a la compasión Paternal de Dios. El líder podría estar dispuesto para hablar sobre la palabra griega ágape que se refiere al auto-sacrificio de Cristo en la cruz. Aunque hay lugar para unas pocas preguntas de interpretación de este tipo para entender mejor la Biblia, ésta no es la meta del grupo celular. Si usa demasiado frecuentemente este tipo de pregunta, los miembros saldrán con mucho conocimiento pero poca transformación en sus propias vidas.

Las preguntas de observación y de interpretación nos ayudan a entender la Biblia, pero son mayormente preguntas cerradas. Ellos alcanzan la cabeza pero no el corazón. Pueden proporcionar información bíblica útil, pero generarán poca interacción. El diálogo del grupo celular, de hecho, podría llegar a una parada repentina. Algunos miembros celulares enfáticos podrían intentar de ayudarle a guiar la conversación en otra dirección, simplemente hacer hablar a otros, incluso.

Miremos una pregunta abierta de aplicación cubriendo el mismo versículo en Juan 3:16. Usted podría decir: “Describa su experiencia cuando entendió por vez primera que Dios le ama.” Después usted podría pedir a uno de los creyentes en el grupo: “Susana, ¿usted compartiría lo que pasó cuándo experimentó por primera vez el amor de Dios por usted?” Este tipo de pregunta/exhortación toma el versículo tan conocido en Juan e invita a los miembros a aplicarlo a sus propias vidas. Muchos compartirán. Usted también podría hacer una pregunta como: ¿Cómo llegó a saber que Dios le ama? ¿Alguien habló con usted sobre Dios? ¿Usted estaba solo en su cuarto? Comparta su experiencia.

Líder celular, asegúrese de captar el corazón durante su lección celular. Asegúrese de que usted les permita compartir a los miembros celulares hambrientos. No le permita a su gente que se vaya del grupo celular sin haber aplicado la Biblia a sus propias vidas. Yo conozco a un líder celular a quien le gusta concluir el tiempo de la Palabra tiempo usando el refrán: “A la luz de lo que hemos leído y hemos dialogado sobre este pasaje, ¿cómo piensa que Dios quiere usar esto en su vida o en la vida de este grupo?”

Hace varios años, visité una célula que estaba dialogando sobre la parábola del siervo sin misericordia en Mateo 18:21-35. El líder celular hizo una pregunta tras otra acerca de lo que el texto decía (observación) y después algunas preguntas más acerca del significado del texto (interpretación), pero no les pidió ni una sola vez a las personas que aplicaran estos versículos a sus propias vidas. Él perdió una oportunidad perfecta. Él podría haberles pedido a los miembros del grupo que compartieran una experiencia cuando ellos tenían que perdonar a alguien. Él podría decir: “Comparta una experiencia cuando usted sentía amargura hacia otra persona.” Él podría seguir con: “Comparta cómo usted superó esos sentimientos y pudo perdonar a esa persona.” Lo más probable es que había personas allí esa noche que necesitaban la liberación de la amargura reprimida y que estaban anhelando de compartir con otros. Me fui de esa reunión celular sintiéndome seco y débil, queriendo gritar desde las azoteas de las casas: “Líder celular, el lugar del grupo celular es para compartir basado en la aplicación íntima. El sermón del domingo es el lugar donde las personas se sientan y escuchan al hombre ungido y con los dones de Dios. El grupo celular debe animar a los miembros a sentarse y hablar.

¡Prepare preguntas abiertas de aplicación y permita que las personas compartan!” Usted no tiene que ser un experto para preparar preguntas dinámicas, y que transforman las vidas. Simplemente recuerde unos hechos básicos: Hágase la pregunta antes de preguntar a otros. ¿Si usted tuviera que contestar su propia pregunta, usted podría compartir libremente? ¿La pregunta genera más de una contestación?

¿La pregunta alcanza el corazón o sólo a la cabeza? Exprese su pregunta de tal manera que genere un sincero compartir. Una manera buena de hacer esto es empezar con: Comparta una experiencia cuando. . . . o ¿Cómo le hace sentir este pasaje sobre. . . . ?

De nuevo, no todas las preguntas tienen que ser del tipo abiertas, que alcanzan el corazón. Algunas simplemente clarificarán el pasaje bíblico. Sin embargo, una gran parte a lo largo de su lección debe estar basada en la aplicación. No espere hasta el final de la lección para aplicar el pasaje de la Biblia. Probablemente será demasiado tarde. Para ese tiempo, su gente habrá entrado en un letargo profundo. Muchas iglesias basan la lección de grupo celular en el sermón de la mañana del domingo. Esto es conveniente porque el líder celular no tiene que crear su propia lección. Sin embargo, aun cuando la lección se proporciona, usted todavía tiene que trabajar sobre las preguntas. Examínelas. Determine que si hay demasiadas preguntas del tipo cerradas/de observación. Usted podría tener que tomar una pregunta que estaba incluida al final de la lección y ponerla más cerca del principio.

Es la pregunta, líder celular. Antes de aporrearse, pensando que le faltan las habilidades de comunicación, examine el tipo de preguntas que usted ha estado usando. Simplemente quizá, la falta de participación en su grupo celular es el resultado de demasiadas preguntas cerradas y no tanto que le faltan habilidades como líder de un grupo celular. Empiece a asegurarse ahora que usted incluye preguntas abiertas de aplicación cerca del principio de su lección celular y observe cómo su grupo celular empieza a cobrar vida.

Ejemplos de preguntas que generan diálogo:

  • Cómo se siente usted con respecto a . . . .
  • Comparta su experiencia con respecto a . . .
  • ¿Por qué se siente de esta manera?
  • ¿Cómo haría usted . . . .?

Ejemplos de preguntas cerradas que sacan una respuesta:

  • Sobre qué este pasaje dice. . .
  • ¿Usted está de acuerdo con este pasaje?

[1] En realidad nuestro equipo pastoral era culpable por preparar lecciones pobres basadas en el sermón del pastor del domingo. Los líderes celulares eficaces, sin embargo, se toman la libertad para probar, ajustar, e incluso cambiar las preguntas preparadas para hacerlas más aceptables en general.