El testimonio de Transformación a través del Ministerio Celular

Los Básicos Celulares

(Los eventos reales en este testimonio tuvieron lugar entre 2000-2001)

“Yo robé miles de dólares de mi compañía y ellos todavía no lo saben”, Nancy empezó [no es su nombre real]. “Mi jefe puso su confianza en mí, y yo la engañé.” Nancy, una cristiana completamente nueva, confesó esto una noche grupo celular. “Yo sé que debo ir ahora a ellos y debo confesar lo que hice. Estoy dispuesta a ir a la cárcel, si es necesario. Sin embargo, yo sé que incluso en la cárcel, Jesucristo estará conmigo.” Ella nos pidió que oráramos por ella, sabiendo que al otro día, ella confrontaría a sus dueños. Nosotros llevamos su carga, oramos por ella esa noche, y se dedicó para orar por ella al día siguiente.

Ella me pidió que la acompañara para el apoyo moral. Cuando me senté y escuché la confesión de Nancy al día siguiente delante de los dueños, mis ojos se llenaron de lágrimas. “Yo robé el dinero de usted [$60,000.00], y ahora que soy una creyente que necesito corregir este mal. Yo estoy dispuesta a ir a la cárcel”, ella dijo.

Ahora hace un año desde que Nancy confesó su pecado. Ella asistió a nuestro grupo celular fielmente, completó el entrenamiento de nueve meses en la Iglesia de la República (que incluye el bautismo), y empezó a dirigir su propio grupo celular. Ella también encontró un trabajo y está devolviendo su deuda. Nancy es un verdadero fuego para Jesucristo. Ella me escribió el testimonio siguiente:

Abrir mi grupo fue un punto importante teniendo comunión completa con Dios. La más grande bendición ha sido ver cómo Dios puede tocar los corazones de mis amigos en lo profundo de sus corazones. Cada palabra que yo hablo en mi grupo celular es un regalo de Dios. Mis amigos tienen sus problemas, sueños, y mi vida es tanto mejor. Ahora yo siento que Dios está en el control de mi vida, y mi vida es tanto mejor que antes. Tengo una alegría real, una felicidad como ningún otro, y una confianza extrema que Dios está conmigo y que todos los días son uno nuevo. A veces yo no puedo controlar mis lágrimas. Me siento ahora como una persona útil para mi Dios y también para la sociedad. He encontrado en Dios la verdadera fuerza para entender lo que Él ha hecho en mi vida. Comprendo ahora que valgo mucho porque Dios me rescató y me enseñó cómo obedecerlo. Sí, yo cometí un pecado [el robo], pero gracias a Cristo, yo pude confesarlo, y esto era muy importante. Hoy, yo soy una nueva criatura, libre de mis esclavitudes para dar mi vida al que me salvó. Mi Señor superó y destruyó mis cadenas. Al mismo tiempo, deseo pagar mi deuda. Hoy, yo no tengo miedo, porque Dios es Todopoderoso y el diablo puede tentarme sólo con la autoridad de mi Padre, y de esta manera yo puedo superar cada tentación para mi Dios.