La amistad: El Secreto Sencillo del Asesoramiento

Asesoramiento celular

Por Joel Comiskey

Apareció en la edición de Dinámica del Grupo Pequeño en febrero de 2002. http://www.smallgroups.com/

“Mi asesor nunca pasa tiempo conmigo”, confesó el líder herido. “Él me administra, me dirige, e incluso continúa ejemplificando el liderazgo del grupo pequeño. Pero lo que yo realmente necesito es un amigo. Yo quiero a alguien que me saque para un café, y de vez en cuando ‘de pasar juntos un rato’.”

Como investigador, me he pasado muchas horas tratando de descubrir los principios detrás del asesoramiento eficaz. He buscado fórmulas secretas y los misterios ocultos. Cuando encontré lo que yo considero la CLAVE finalmente, me avergoncé por su simplicidad.

Yo me sentía como el teólogo alemán famoso que redujo todos sus años de investigación en una frase: Cristo me ama, esto sé, porque la Biblia me dice que es así.

La amistad. Nosotros pasamos por alto a menudo este simple, pero poderoso principio. Yo creo que es la clave para adiestrar a los líderes de los grupos pequeños con éxito.

Jesús, el último asesor, reveló esta CLAVE simple en el libro de Juan cuando Él dijo a Sus discípulos: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer” (15:15).

Jesús entró en una amistad con doce seres humanos pecadores a los que Él discipuló durante tres años. Él comió con ellos, durmió con ellos y contestó a todas sus preguntas.

El escritor del evangelio, Marcos, describe la profesión de los doce de esta manera: “Designó después a doce para que estuvieran con él…” designándolos como apóstoles (Marcos 3:14). Jesús estableció la prioridad de “estar con ellos” por encima de una cantidad de reglas o técnicas.

Mi Propia Experiencia

Yo aprendí esto de la manera difícil. Yo asesoré a siete líderes de grupos pequeños durante un período de tres años. Ellos venían a menudo a mi casa para el entrenamiento de habilidades, asesoramiento sobre las metas y cuidados.

Cuando nos reunimos yo prendí mi computadora y la ensamble a la TV, utilicé mis “slides” relumbrantes de PowerPoint y traté de IMPRESIONARLOS por mi enseñanza.

Cuando los interrogaba después, descubrí que algunos de ellos no estaban impresionados por mis presentaciones elegantes y artilugio de la alta tecnología. Ellos se fueron sintiéndose insatisfechos, queriendo algo más.

Dios empezó a mostrarme una manera mejor mientras yo hablaba con otros asesores más eficaces. Por ejemplo, un asesor con quien me encontré en Australia me explicó por qué su propia red de líderes de grupos pequeños estaba creciendo tan rápidamente: “Yo soy un amigo de mis líderes. Los que están bajo mí siguen mi ejemplo y ellos se hacen amigos de los nuevos líderes de los grupos pequeños bajo su cuidado. A través de la amistad, mi red de líderes celulares ha crecido más grande que cualquier otro.”

Empecé a darme cuenta finalmente que a las personas realmente no les importan cuánto usted sabe hasta que ellos sepan cuánto le importa a usted de sus personas. El conocimiento, el entrenamiento de habilidades, la resolución de los problemas, las dinámicas de grupo, y otras técnicas pueden jugar un papel importante en el éxito de un asesor. PERO, lo que un nuevo líder de un grupo pequeño realmente necesita es a alguien para llevar la carga, compartir la jornada, servir como una tabla sonora.

Compartiendo la Jornada

¿Esto significa que la reunión misma de asesoramiento no es importante? ¿Significa que no tiene que rotar fielmente entre los grupos ni proporcionar las habilidades de entrenamiento que necesitan? NO. Lo que significa es que usted debe ganar al líder primero a través de una amistad afectuosa. Todo lo demás fluirá naturalmente.

La mejor enseñanza, en realidad, es del tipo natural que ocurre espontáneamente. Jesús no enseñó a Sus discípulos simplemente sobre la oración. Más bien, Él les pidió que lo acompañaran a las reuniones de oración. Él les permitió a Sus discípulos verle orar. Cuando los discípulos le preguntaron finalmente lo que Él estaba haciendo, Él tomó esa oportunidad para enseñarles sobre la oración (Lucas 11:1-4). Lo mismo es verdad con respecto a la evangelización. Jesús evangelizó a las personas en presencia de Sus discípulos y después los instruyó después. Él se aprovechó de las situaciones reales de la vida para explicar cuidadosamente los temas doctrinales complejos (por ejemplo, el joven rico en Mateo 19:23).

Sugerencias Prácticas

Pongámonos prácticos. ¿Cómo puede usted, el asesor, ser un amigo de esos líderes de los grupos pequeños bajo su cuidado? Aquí hay algunas sugerencias:

  • Invite al líder del grupo pequeño para que venga a su casa para cenar. Permítale a él o a ella conocer a su familia, su perro, su vida.
  • Énvíele una tarjeta del cumpleaños al líder del grupo pequeño, una tarjeta para que se mejore pronto, o una carta espontáneo humorística.
  • Salga para tomar un café con la persona.
  • Invite al líder del grupo pequeño a jugar deportes con usted, o alguna otra actividad de la vida normal.
  • Ore diariamente por la persona (que solidificará su amistad espiritual).

Todos pueden ser un amigo, aunque sólo algunos asesores aventajan en la administración.

Todos pueden ser un amigo, aunque sólo algunos asesores poseen los dones para la enseñanza, una educación al nivel universitario o un llamado al ministerio de tiempo completo.

Usted probablemente no es tan denso como yo. Usted probablemente sabía que la clave era la amistad desde el principio. Si no, yo le animaría a que usted empiece a construir una relación sincera, afectuosa con aquellos que usted está asesorando ahora. Al igual que yo, usted descubrirá cómo una verdad tan simple puede tener un impacto tan poderoso en las vidas de las personas.