Extractos de Jóvenes en el Ministerio Celular

Liderazgo Pastoral

Por Joel Comiskey

Capítulo 1: Trasfondo Bíblico para el Ministerio Juvenil

En todo el mundo Dios está transformando a la juventud a través del ministerio celular. Fellowship Church Grace (Iglesia Confraternidad de La Gracia) en Hong Kong prepara misioneros a través de las células juveniles y los envía a grupos de personas que no han sido alcanzadas en todo el mundo. La Iglesia Elim en El Salvador está convirtiendo a los pandilleros violentos en discípulos de Jesús a través de las células juveniles. A medida que los pandilleros reciben a Jesús, se convierten en parte de una verdadera familia espiritual, algo que ellos sólo habían soñado con encontrar a través de las pandillas. York Alliance Church (YAC) (La Iglesia de la Alianza York) en York, Pennsylvania está conectando a jóvenes con adultos a través de sus grupos celulares intergeneracionales. En el proceso, YAC ha conectado a los jóvenes con los adultos y ha establecido un proceso de orientación que continúa después de la universidad.

Lo que Dios está haciendo hoy con la juventud refleja el patrón bíblico de la obra de Dios en los jóvenes desde las primeras páginas de las Escrituras. Dios siempre ha dado prioridad a los jóvenes y nosotros también deberíamos hacerlo.

Dios Empieza con los Jóvenes

Los nombres de Moisés, Josué, Abraham, José, Rut y David son muy conocidos tanto para judíos como para cristianos. Los púlpitos de todo el mundo proclaman a estos hombres y mujeres de Dios que se encuentran en las páginas del Antiguo y Nuevo Testamento. Sus nombres también aparecen en innumerables historias bíblicas en las escuelas dominicales, lecciones bíblicas para adultos e incluso en los medios seculares. Los llamamos héroes de la fe. Ellos alimentan nuestra imaginación de lo que Dios puede hacer y nos desafían a ser como ellos.

Sin embargo, a menudo pasamos por alto que Dios llamó a estos hombres y mujeres cuando eran jóvenes. Como jóvenes, Dios obró a través de ellos, los probó, y luego los llevó a tener una mayor influencia y posiciones de liderazgo. A través de sus testimonios, se nos recuerda que la juventud es un período de tiempo oportuno para que Dios inicie el proceso de discipulado. Dios ama hacer lo inesperado a través de la juventud y desafiar las falsas creencias de que sólo los adultos y más sabios pueden ser las herramientas especiales de Dios.

José, era un "joven de diecisiete años" cuando Dios lo interrumpió cuando dormía con unos sueños increíbles (Génesis 37: 5). Dios eventualmente usó a José para salvar al mundo del hambre y libertar a su familia, que era del linaje de Cristo, para tener prosperidad en Egipto. José escuchó a Dios y permaneció fiel durante los veintidós años que tardó el cumplimiento de esos sueños y la salvación de muchas vidas.

Josué fue la ayuda de Moisés desde "su juventud" (Números 11:28). Cuando Moisés intercedía con Dios en la tienda de reunión fuera del campamento, Josué lo acompañaba. Después de que Moisés recibió el mensaje para entregarlo al pueblo, "su joven ayudante Josué hijo de Nun no salió de la tienda" (Éxodo 33:11). El fuerte liderazgo de Josué se desarrolló a través de los muchos años en que Moisés fue su mentor. La influencia de Josué se puede ver por el hecho de que Israel siguió viviendo para Dios después de su muerte: "Durante toda la vida de Josué, el pueblo de Israel había servido al Señor. Así sucedió también durante el tiempo en que estuvieron al frente de Israel los jefes que habían compartido el liderazgo con Josué y que sabían todo lo que el Señor había hecho a favor de su pueblo". (Josué 24:31).

Samuel es otro excelente ejemplo del llamado de Dios a los jóvenes. Leemos que el "muchacho Samuel ministró delante de Jehová bajo el cuidado de Elí" (1 Samuel 3: 1). Primero escuchó la voz de Dios y el llamado como un niño. Cuando Samuel estaba "viejo y lleno de canas", testificó que desde el tiempo de su juventud había sido un líder para el pueblo de Israel (1 Samuel 12: 2).

Rut aún era una mujer joven cuando enviudó y siguió a Noemí hacia Belén (Rut 1).

David era un simple muchacho cuando derrotó a Goliat y atrajo la atención del rey. El desarrollo del carácter de David y las hazañas de la fe comenzaron cuando él era un niño pastor, cuidando de las ovejas (1 Samuel 17).

Josías fue rey a la edad de ocho años, y cuando él estaba en su adolescencia, Dios lo usó para traer una nación rebelde a Dios (2 Reyes 22: 1).

Daniel y sus amigos eran probablemente adolescentes cuando fueron conducidos a través del Creciente Fértil al cautiverio. Podemos imaginarlos como jóvenes, posiblemente a finales de su adolescencia, mientras testificaron de Yahweh e interpretaron los sueños del rey (Daniel 1-5).

Salomón dice en Eclesiastés 11: 9, "Sé feliz, jovencito, mientras eres joven, y que tu corazón te dé gozo en los días de tu juventud". Salomón concluye en Eclesiastés 11: 9-12: 1 que el objetivo principal de la vida es "recordar" a Dios mientras eres joven y todavía puedes determinar el curso de tu vida. Muchos adultos se han enredado en los asuntos del mundo, perdiendo la paz y la alegría de seguir a Dios de todo corazón y viviendo de acuerdo con su verdad.

María, la madre de Jesús, era una jovencita cuando el ángel se le apareció con noticias sin precedentes de su embarazo sobrenatural (Lucas 1: 26-38).

Algunos consideran que Jesús dirigió el primer "grupo juvenil", y se cree que los doce discípulos de Cristo probablemente tenían menos de dieciocho años (nota 1).. La elección de los doce que hizo Cristo da un nuevo significado al ministerio juvenil y la motivación para discipular a los jóvenes.

El apóstol Pablo comenzó a trabajar con Timoteo cuando tenía aproximadamente dieciséis años. Pablo discipuló a Timoteo y lo preparó para convertirse en pastor de Éfeso, una iglesia muy importante. Exhortó a su joven discípulo: "Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza." (1 Timoteo 4:12). Entonces le dijo a Timoteo: " Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros" (2 Timoteo 2: 2).

Discipulado Relacional

Hay más de cincuenta referencias directas sobre la frase “los unos a los otros” en las Escrituras, exhortando a la Iglesia a amarse los unos a los otros, a cuidarse los unos a los otros, a confesarse culpas entre sí y así sucesivamente. Estos pasajes que hablan sobre “los unos a los otros” enfrentan al individualismo, ayudan a la Iglesia de Cristo a reflejar el carácter de la Trinidad y a combatir la creciente despersonalización. Los jóvenes, como la Iglesia en general, están llamados a reflejar el carácter relacional y trino de Dios. Los grupos celulares juveniles brindan una oportunidad para que los jóvenes experimenten la interacción cara a cara y se conviertan en el proceso en discípulos relacionales.

Muchos jóvenes, especialmente en el mundo occidental, experimentan una profunda soledad. Llegan a una casa vacía, donde son criados por unos padres vacilantes llamados la televisión. Pasan horas y horas a solas en sus pequeños reinos llamados sus dormitorios. Más que cualquier otra generación, los jóvenes de hoy han tenido que criarse a sí mismos sin tener el beneficio de relaciones significativas (nota 2). Las células juveniles proporcionan esas relaciones íntimas— amigos con quienes pueden hablar, escuchar y compartir su vida. El experimentado Ron Hutchcraft, quien trabaja con jóvenes dice:

La prioridad número uno para los jóvenes modernos son las relaciones. Harán casi cualquier cosa para conseguir una— y para luego mantenerla. Cuando un joven recibe algo que parece que podría ser una relación decente, él o ella pagará casi cualquier precio por ella. Las relaciones se han convertido en la prioridad número uno porque la privación crea valor. De lo que eres privado es a lo que das valor (nota 3).

Y es a través de estas íntimas conexiones que los jóvenes experimentan la sanidad. Cuando Carlos llegó por primera vez a la célula juvenil del sábado por la noche, le parecía tan extraño recibir un abrazo y oír las palabras "bienvenido a casa". Su madre nunca le dio un abrazo, ni mencionó la frase "te amo". Ella trabajaba doce horas cada día en una fábrica y tenía poca energía positiva para impartir a sus hijos. Su padre, un trabajador en la construcción, no había estado ni cerca por seis años.

Normalmente, el sábado por la noche, Carlos salía con sus amigos y fumaba marihuana y tomaba drogas. A los dieciséis años, Carlos había desarrollado un hábito de droga y fumaba marihuana varias veces al día. Sin embargo, algo sucedió ese sábado por la noche en la reunión celular. Carlos escuchó las buenas nuevas sobre la muerte y resurrección de Cristo y la posibilidad de vivir una vida abundante aquí y ahora. El líder de la célula juvenil parecía estarle hablando directamente a Carlos, y se dio cuenta que él necesitaba cambiar.

Carlos trató de resistirse a las palabras del líder de la célula, pero luego sucedió algo inesperado. El líder juvenil vino y se sentó a la par de Carlos y le dijo: "Jesús conoce tu tristeza y está dispuesto a ayudarte, siempre y cuando se lo permitas". En ese momento, Carlos ya no pudo contenerse. Se derrumbó, llorando incontrolablemente. Él asintió con la cabeza informando al líder que quería recibir a Jesús para que lavara sus pecados y se llevara su tristeza. "Una tremenda paz vino sobre mí", dijo Carlos. "Sentí como si un peso fue levantado de mis hombros." Carlos sintió amor por primera vez en su vida mientras los que estaban en la célula juvenil lo abrazaban, dándole la bienvenida a la familia de Dios. “Por primera vez” dijo Carlos, “sentí que tenía un propósito en mi vida”. Desde ese día, la célula juvenil se ha convertido en una nueva familia, en un nuevo hogar.

Carlos nunca más usó marihuana. "Incluso me sentía asqueado por el olor de la marihuana", dijo. Él también desarrolló un amor profundo por su mamá, papá, hermanos y hermanas. Dijo, "La Iglesia Elim es mi nueva familia, y seguiré luchando por que toda mi familia pueda experimentar a Jesucristo, igual que yo lo hice". Carlos encontró una familia a través del grupo celular, un lugar para crecer espiritualmente, y está en el proceso de convertirse en un discípulo de Jesús. Las relaciones están en el corazón del ministerio de encarnación de Cristo. Brian Sauder, co-autor del libro Youth in Cell Ministry (La Juventud en el Ministerio Celular), escribe:

Para que ocurra un cambio real en la vida de los adolescentes, especialmente en nuestro mundo posmoderno, los jóvenes tienen que experimentar, oír y ver la verdad antes de creerla. En el pequeño entorno relacional de los grupos celulares, los jóvenes pueden adquirir la responsabilidad y ser animados a asumir la responsabilidad por sus vidas. Pueden aprender a amar a Dios y encontrar la curación para su dolor más profundo (nota 4).

Aprender a someterse los unos a los otros y practicar un humilde servicio mutuo complace a Dios porque así es como las tres personas de la Trinidad se relacionan entre sí. Los jóvenes de todo el mundo están siendo transformados para ser como Dios a través de las conexiones íntimas en la célula.

Ministros Juveniles

Las células juveniles eficaces esperan que todos se conviertan en ministros. Ellos aceptan la exhortación del apóstol en el último libro de la Biblia: " Al que nos ama y que por su sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén."(Apocalipsis 1: 5-6)

Esta es una de las razones principales por las que Jesús escogió la atmósfera del grupo pequeño para impartir conocimiento a su propia célula juvenil. Cristo quería que la información se difundiera en las vidas de sus discípulos, por lo que mientras caminaba con ellos cada día durante tres años, no sólo les enseñó, sino que les pidió que interactuaran con otros y aplicaran sus enseñanzas. A veces, Jesús les permitía cometer errores para enseñarles lecciones importantes y ofrecer una aplicación práctica de sus enseñanzas (Mateo 14:22 y sig.).

Los jóvenes escuchan muchos sermones, pero esos mensajes son a menudo difíciles de aplicar hasta que se discuten. Los grupos pequeños permiten la discusión sobre cómo la verdad puede ser implementada en la vida de los estudiantes. Por ejemplo, si la enseñanza de la iglesia es sobre testificar de Cristo, un estudiante de un grupo pequeño puede hablar sobre las maneras particulares de cómo compartir de Jesús con sus compañeros de clase. La enseñanza se mueve de una plataforma impersonal de presentación hacia el grupo pequeño hasta llegar al estilo de vida del estudiante.

Muchos jóvenes no son desafiados. Están atrapados en el círculo vicioso de las bajas expectativas. No se les pide que hagan las cosas difíciles. Nadie espera mucho de ellos, e incluso ellos esperan menos de sí mismos. Las células están en una posición única para desafiar a los jóvenes a crecer en su fe, desarrollar relaciones, discipular a otros jóvenes y alcanzar un mundo perdido para Jesús.

Alex y Brett Harris escribieron una exitosa serie de blogs llamada The Myth of Adolescence (El Mito de la Adolescencia) que eventualmente se convirtió en un libro bestseller titulado Do Hard Things: A Teenage Rebellion Against Low Expectations (Haz Cosas Difíciles: Una rebelión Adolescente Contra las Bajas Expectativas). Ellos señalan que los adolescentes desean un significado más profundo y deben ser desafiados a cumplir sus sueños (nota 5).

El Espíritu Santo es capaz de hacer cosas asombrosas a través de jóvenes que confían en él y están dispuestos a sobresalir. Un pastor de una iglesia celular en África, refiriéndose a los líderes estudiantiles, dijo: "Si bien ellos pueden ser jóvenes, el Espíritu Santo en ellos no es un niño". El mismo Espíritu Santo funciona igual de poderosamente en los jóvenes como en los adultos.

Thayana, uno de los pastores de la juventud a cargo de los grupos celulares en una iglesia Cuadrangular en Belem, Brasil, está ayudando a romper el molde del ministerio juvenil tradicional y está mostrando a otros que la juventud puede lograr mucho. Thayana lideró su primer grupo pequeño en la iglesia Cuadrangular en Belem cuando ella tenía catorce años. Hablaba emocionada de Jesús en su escuela— invitando a sus amigos a su grupo celular. Su grupo condujo a tantas personas a Jesús y al bautismo en agua que en un año se había multiplicado en dos grupos y luego dos más el año siguiente. Para cuando tenía dieciséis años, ya tenía cinco grupos pequeños bajo su cuidado. Cuando Thayana tenía diecinueve años, se convirtió en una de las pastoras de la red. Ahora hay más de 200 grupos pequeños que surgieron a partir del que ella comenzó. Ella supervisa personalmente una red de ochenta y tres células.

Thayana es excepcional en su liderazgo y habilidades de supervisión. Ella también está en una iglesia que permite a los jóvenes prosperar. Todos los cristianos son animados a participar activamente en el ministerio celular. De hecho, el ministerio celular juvenil se opone a la idea de que sólo el pastor de jóvenes haga todo el trabajo mientras el resto de los jóvenes se sientan y escuchan­— y quizás participen en unos pocos programas.

La participación es lo central de la célula. Nadie se sienta como un espectador solamente. Mientras los jóvenes comparten sus historias, piden oración y se ministran unos a otros, son transformados en el proceso. Se convierten en los ministros y crecen como discípulos de Cristo. De hecho, los mejores líderes de células fortalecen a otros. Son facilitadores. La palabra facilitar significa hacer fácil, y los mejores facilitadores facilitan la participación de otros. Descubren los dones y talentos de los miembros del grupo. Sólo hablan un treinta por ciento del tiempo y alientan a los del grupo a hablar el setenta por ciento restante. Hablar, por supuesto, es sólo un aspecto de la vida celular. La participación es mucho más amplia e implica una participación activa en cada parte del grupo celular.

Juventud Dotada

Los dones del Espíritu han sido entregados libremente a todos, sin importar la edad, género o raza. 1 Pedro 4:10 nos dice que todos los nacidos del Espíritu tienen al menos un don espiritual. Los jóvenes, de hecho, son los principales candidatos para usar sus dones espirituales porque abundan en energía y están dispuestos a practicar lo que Dios les ha dado. Esperan que Dios se mueva y, a diferencia de muchos adultos, no se han endurecido y limitado en su pensamiento acerca del poder y la voluntad de Dios. Kara Powell escribe,

No existe evidencia bíblica que los dones sean dados a los creyentes en una cierta edad. Más bien, se otorgan cuando cualquier niño, adolescente o adulto entrega su vida a Cristo. La iglesia, el cuerpo continuo de Cristo, requiere que sus miembros sean de todas las edades y ejerciten estos dones para mantenerse sanos y productivos (1 Corintios 12: 14-20) (nota 6).

La Antioch Community Church (Iglesia Comunitaria Antioquía), con sede en Waco, Texas, comenzó como un movimiento juvenil en el campus de la Universidad de Baylor y ahora planta iglesias en todo el mundo, centrándose en los jóvenes quienes a su vez alcanzarán un mundo perdido para Jesús. No es una iglesia pentecostal tradicional, pero alientan a los jóvenes a usar sus dones espirituales. Mi hija de 22 años, Nicole, abrió recientemente un grupo de preparatoria en una iglesia Antioquía en La Mirada, California. Ella describe su experiencia:

Cada joven que había entrado por la puerta del grupo de vida estaba llorando durante la adoración mientras orábamos por ellos, hablábamos palabras proféticas sobre sus vidas y escuchábamos lo que salía de sus corazones. La cabeza de una estudiante fue sanada, otra joven decidió dar su vida al Señor completamente por primera vez, y todos fueron profundamente tocados por Jesús. Al final de la noche, uno de los estudiantes comenzó a llorar y declaró que, "¡Seguramente, éste es el comienzo de un movimiento juvenil!" Las semanas que siguieron fueron tan sobrenaturales mientras los estudiantes comenzaban a ministrarse los unos a los otros. Cada semana nos íbamos más sorprendidos por la belleza y el poder de Dios (nota 7).

En el grupo celular cada persona juega un papel esencial. De hecho, aquellos que tienen un papel más visible no son los más importantes. Las partes que no se ven reciben un honor especial. El cuerpo necesita el uno del otro para ser sano y completo. El objetivo es que todos participen, descubran sus dones y ministren a otros.

Dios establece a la juventud en su cuerpo sobrenatural y orgánico según los dones del Espíritu (1 Corintios 12-14). En los tres pasajes principales en los que Pablo habla del cuerpo de Cristo, él define la parte de cada miembro en el cuerpo por sus correspondientes dones (Efesios 4, Romanos 12- 1 Corintios 12-14). La enseñanza de que la Iglesia es el cuerpo de Cristo es para recordar a la Iglesia que cada creyente es valioso y esencial y necesita ejercer sus dones (nota 8). Aquellos en la iglesia primitiva del Nuevo Testamento tuvieron la oportunidad de interactuar entre ellos mientras se reunían en las iglesias de las casas. Crecieron juntos como discípulos mientras ejercitaban sus dones espirituales y se ministraban unos a otros.

Los grupos pequeños son una atmósfera ideal para experimentar el poder de Dios, descubrir dones espirituales y ministrarse los unos a los otros. El grupo pequeño lleno del Espíritu, de hecho, era la iglesia "normal" en el Nuevo Testamento; nunca fue visto como una "adición" a la "verdadera" iglesia. El grupo pequeño era la iglesia. Estas pequeñas iglesias en las casas se reunían en un grupo más grande para las celebraciones corporativas siempre que era posible, pero las pequeñas iglesias en las casas, llenas del Espíritu, eran el principal vehículo a través del cual el cuerpo de Cristo creció en el período del Nuevo Testamento.

Las células juveniles efectivas y los líderes celulares juveniles hacen discípulos de la misma manera que Jesús los hizo. La célula es lo suficientemente pequeña para movilizar a cada persona y para involucrarla en el uso de sus dones y talentos. Ginny Ward Holderness hace eco de esto: "La experiencia ha demostrado que los jóvenes estarán involucrados activamente en el ministerio juvenil si se apropian de él. Necesitan sentir que el ministerio juvenil les pertenece, que todo lo que sucede en su iglesia les pertenece. Poseerlo, conducirlo y cuidarlo" (nota 9). Cuando el grupo es pequeño e íntimo, la gente se siente cómoda en participar debido a que esta participación se realiza cara a cara.

De Generación a Generación

Mi buena amiga Daphne Kirk dirige un ministerio llamado De Generación a Generación. Ella cree que preparar a la próxima generación es el mayor énfasis de Dios en las Escrituras y su objetivo principal en la Iglesia de hoy. Como lo declaró el Salmista: " Cada generación celebrará tus obras    y proclamará tus proezas" (Salmos 145: 3-4). No todas las generaciones tienen éxito en hacer esto. La generación que siguió al Éxodo de Egipto, por ejemplo, "no conocía al Señor ni lo que había hecho por Israel" (Jueces 2:10). Los padres no lograron inculcar en sus hijos el verdadero conocimiento de Dios y sus grandes obras.

Alcanzar a la próxima generación es lo que mueve al ministerio juvenil. Es el celo de transmitir la verdad de Dios a aquellos que serán los líderes de la Iglesia del mañana. La súplica de Pablo a Timoteo para transmitir su conocimiento a personas fieles es de lo que trata el ministerio juvenil (2 Timoteo 2: 2). Cada generación debe ser enseñada sobre quién es Dios y lo que ha hecho por la humanidad. Es falso suponer que las generaciones futuras abrazarán completamente el cristianismo porque sus padres fueron cristianos. La realidad es que la fe tiende a disiparse y a perder su entusiasmo con la próxima generación.

Priorizar la generación futura significa preparar a los jóvenes ahora. Así como las iglesias de las casas del Nuevo Testamento desarrollaron el liderazgo futuro en un ambiente cálido e íntimo, la célula proporciona un ambiente ideal para desarrollar a la próxima generación. Hay muchos jóvenes en este momento que podrían cambiar el curso de la historia en nuestras ciudades, países y naciones. Dios quiere darnos una nueva visión para hacer discípulos de la juventud con el fin de equiparlos para cambiar al mundo y remodelar el futuro.

Notas:

  1. No hay ningún indicador en las Escrituras de una edad específica para ningún discípulo, pero el contexto histórico da pistas. En el tiempo de Jesús, un hombre judío recibía una esposa después de la edad de 18 años. Ray VanderLaan da varios argumentos para las jóvenes edades de los discípulos aquí: https://kbonikowsky.wordpress.com/2008/08/20/jesus-disciples-a-teenage-posse/
  2. Ron Hutchcraft, The Battle for a Generation (La Batalla para una Generación) (Chicago, IL: Moody Press [Imprenta Moody], 1996), p. 20.
  3. Ibid., p. 20.
  4. Brian Sauder y Sarah Mohler, compiladores, Youth Cells and Youth Ministry (Células Juveniles y Ministerio Juvenil) (Ephrata, PA: House to House Publications [Publicaciones de Casa en Casa], 2000), p. 56.
  5. Alex y Brett Harris, Do Hard Things: A Teenage Rebellion Against Low Expectations (Haz Cosas Difíciles: Una Rebelión Adolescente en Contra de las Bajas Expectativas) (Colorado Springs, CO: Multnomah Books [Libros Multnomah], 2008), p. 12.
  6. Kara Eckmann Powell, "Chapter 12: Focusing Youth Ministry through Community," (“Capítulo 12: Enfocando al Ministerio Juvenil a través de la Comunidad”) en Kenda Creasy Dean, Chap Clark, Dave Rahn, editores, Starting Right: Thinking Theologically about Youth Ministry (Empezando Bien: Pensando Teológicamente sobre el Ministerio Juvenil) (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House [Editorial Zondervan], 2001), p. 201.
  7. E-mail personal enviado a mi cuenta el 10 de junio de 2016.
  8. George Ladd, A Theology of the New Testament (Una Teología del Nuevo Testamento) (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1974), p. 545.
  9. Ginny Ward Holderness, Teaming Up: Shared Leadership in Youth Ministry (Haciendo Equipos: Liderazgo Compartido en el Ministerio Juvenil) (Louisville, KY: Westminster John Knox Press [Imprenta John Knox de Westminster], 1997), p. 38.

 

 

 

 

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