Mito: El Contexto Cultural Debe Dictar la Estrategia Ministerial

Liderazgo Pastoral

por Joel Comiskey

2011

Este articulo viene de Mitos y Verdades de la Iglesia Celular: Principios Claves que Construyen o Destruyen un Ministerio Celular

Mito: El Contexto Cultural Debe Dictar la Estrategia Ministerial

La teoría del crecimiento de la iglesia promueve que los pastores y líderes primero deben comprender la cultura y luego crear las estrategias que ayudarán a la iglesia a crecer en esa cultura en particular.

De acuerdo con este punto de vista, la clave para el crecimiento de la iglesia se encuentra en la comprensión de la cultura y posterior creación de estrategias basadas en esa cultura.

La sensibilidad cultural, por su puesto que es algo bueno y correcto. Pablo también promovió la relevancia cultural cuando dijo,

Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él (1 Corintios 9:20-23).

¿Es posible darle demasiada relevancia a la cultura? ¿Deberían ser los métodos que funcionan para hacer crecer a la iglesia, los factores determinantes para establecer qué estrategia un pastor o iglesia deba adoptar? Porque funcionan, las personas asumen que son bendecidos por Dios. Esto no siempre es así.

Verdad: La Biblia Critica Lo Bueno y lo Malo de Cada Cultura

Rendirles cuenta a otros creyentes, vivir la vida cristiana, y luego invitar a los no cristianos a que se nos unan es simplemente bíblico. Cuando ganamos a las personas para Cristo, debemos ganarlos para que vivan el estilo de vida bíblico de “unos-a-otros”. La pregunta no es si este ministerio “funcionará” en el contexto occidental. Por el contrario la pregunta debería ser, “¿Es el correcto?

La iglesia celular corta con el individualismo. Desafía a la iglesia a vivir un estilo de vida de comunidad del Nuevo Testamento. Grita fuertemente que la asistencia del domingo es sólo la mitad de la ecuación. El cambio del estilo de vida tiene lugar en una estructura de rendición de cuentas dónde las personas están creciendo en relaciones mutuas con los demás.

Para mí fue muy difícil escribir el libro Relational Disciple (El discípulo relacional). Tenía prejuicios contra lo que yo consideraba un énfasis excesivo en la comunidad por parte del movimiento de grupos pequeños en la iglesia occidental en general, y más específicamente en Norteamérica. Había dedicado mucho de mis primeros escritos a la evangelización celular y a la multiplicación, y me había convencido que el “énfasis” que ponían muchos ministerios de grupos pequeños en “la comunidad”, era una excusa para no alcanzar a otros.

Sin embargo, en mi lucha al escribir el libro, me di cuenta que no tenía la opción de aceptar o rechazar la comunidad. La Escritura simplemente no me daba esa opción, está llena de referencias sobre la comunidad. Jesús repetidamente les dijo a sus discípulos que se amaran unos a otros y que el mundo incrédulo vendría a conocerle por la unidad que vería en ellos (San Juan 13).

“Los unos a otros” están tejidos a través de toda la Escritura y hay más de cincuenta referencias bíblicas que enseñan a los creyentes a servir, esperar, cuidar, dar, y en general, practicar la comunidad. Tuve que someterme a la clara enseñanza de la Biblia, aunque fuera en contra de mis nociones preconcebidas.

Dios comenzó a mostrarme que todas las culturas tienen puntos buenos y malos. Algunos rasgos culturales están en acuerdo con las Escrituras, mientras que otros aspectos deben ser corregidos por la Escritura.

Por ejemplo, en algunas culturas, el soborno es algo común. Algunos podrían decir, “para superarnos en nuestra sociedad, tenemos que sobornar.” Un pastor en Rusia me dijo que los policías establecen puntos de registro y que les quitan las licencias a las personas si no les pagan el soborno. Sentí mucha pena por este pastor y no tengo ni idea cuan espantoso sería vivir en una cultura como esta.

No obstante, a pesar de las normas culturales, la Escritura enseña que el soborno es malo. Muchos versículos hablan en contra de él.7 Así que podemos decir con confianza que este aspecto de la cultura necesita cambiar para ser conforme a la Escritura, y no al revés. No importa si todo el mundo lo está haciendo. Simplemente está mal.

Me considero parte de la cultura Norteamericana, aunque algunas personas consideran a los Californianos como de otro planeta. Algunos rasgos de la cultura Norteamericana, tales como la diligencia y la adhesión al imperio de la ley son claramente escriturales y respaldados por muchos versículos en la Biblia. Otros rasgos Norteamericanos, tales como el individualismo necesitan ser criticados por la clara enseñanza de la Escritura.

La mayoría en Norteamérica no piensan dos veces sus tendencias individualistas. Pero, ¿Son estas escriturales? La Escritura es clara cuando habla de la comunidad, el “unos a otros” de la Escritura, caminar en unidad, hospitalidad, y muchas otras normas del Nuevo Testamento. Joseph H. Hellerman, catedrático del Seminario Talbot, escribió un libro llamado When the Church Was a Family (Cuando la Iglesia era una Familia). Su conclusión es que la cultura del Nuevo Testamento estaba orientada al grupo, y que Dios nos ordena a vivir como una familia.

La norma bíblica no es el individualismo sino el ministerio mutuo, y un estilo de vida orientado al grupo. Es doloroso para los individualistas convertirse en personas orientadas a relacionarse. Todos queremos hacer lo propio. No obstante, la Escritura, no la cultura es la que debe determinar quiénes somos y lo que hacemos.