Mito: Mi Iglesia Crecerá Si Decido Convertirme en Iglesia Celular

Liderazgo Pastoral

por Joel Comiskey

2011

Este articulo viene de Mitos y Verdades de la Iglesia Celular: Principios Claves que Construyen o Destruyen un Ministerio Celular

Mito: Mi Iglesia Crecerá Si Decido Convertirme en Iglesia Celular

Muchas personas se unen al movimiento de la iglesia celular porque han escuchado de la Iglesia del Evangelio Completo de Yoido, de iglesia Elim, o de alguna de las otras iglesias en crecimiento alrededor del mundo.

Se apresuran hacia la estrategia de la iglesia celular debido a una promesa expresa-o-no expresa- sobre el crecimiento de la iglesia. El supuesto que yace en el fondo de todo esto es que si me convierto en una iglesia celular, mi iglesia crecerá.

Debo confesar que yo di esta impresión en mis primeros años de ministerio celular. Si un pastor o una iglesia trabajaban bien su iglesia celular, su iglesia crecería. Desde entonces me doy cuenta perfectamente bien de cuan fácil es caer en esta metodología basada en técnicas.

Verdad: Sólo Jesús Puede Dar Verdadero Crecimiento Orgánico

Nunca olvidaré el mes de febrero de 2008, mientras caminaba por la playa de Myrtle Beach, en Carolina del Sur. Al caminar sobre la arena, reflexionaba sobre mi experiencia del crecimiento de la iglesia celular en Ecuador y en Norteamérica.

Llegué a darme cuenta que la estructura llamada iglesia celular no tenía poder alguno en sí misma para hacer que una iglesia creciera. En ese momento mientras caminaba sobre la arena, me imagine a la iglesia celular como si fuera una gigantesca cometa. La cometa sólo yacía allí sobre la arena, y no se podía mover sin que el viento la levantara. Las personas podían pasar cerca de la cometa y admirarla, pero esta no podía volar sin el poder del viento.

Me di cuenta que muchas iglesias celulares son como esa bella cometa, están bien lustradas y bellamente construidas. El sistema ha sido cuidadosamente establecido. Sin embargo la iglesia no alzará el vuelo por sí misma. Solamente estará allí. Un pastor no puede obligar a la cometa a alzar el vuelo. A menos que el viento del Espíritu sople en la estructura causando que esta alce el vuelo, nada sucederá.

El crecimiento de la iglesia no ocurrirá separado del Espíritu Santo. De hecho no debe ocurrir. El único crecimiento que glorifica a Dios es del tipo que Él inicia.

Jesús dijo, “…sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella.” Jesucristo es la cabeza de la iglesia. Toda autoridad le ha sido dada a Él (San Mateo 28:18) El edificará su iglesia, y Él es el único que puede sostener ese crecimiento.

El pastor general no puede hacer crecer a la iglesia. Las células no pueden hacer crecer a la iglesia. Los programas no pueden hacer crecer a la iglesia. Porque es la iglesia de Cristo, Él debe hacerla crecer. El único tipo de crecimiento digno de la iglesia de Cristo es el crecimiento sobrenatural inspirado por Dios.

Nosotros podemos sembrar y podemos regar, pero al final Dios debe dar el crecimiento (1 de Corintios 3:6-9). No podemos desear ser parte de una iglesia que creció por las habilidades o por la personalidad del pastor general. ¿Te podrías imaginar la presión sobre ese pastor por mantener la iglesia en crecimiento? (Muchos de los más grandes escándalos pastorales fueron causados por esta presión humana de hacer un buen desempeño). Tan pronto como el crecimiento de la iglesia se convierta en una estrategia hecha por el hombre, de “yo lo hice”, debemos huir.

Algunos pastores están tan desesperados por tener crecimiento, que parece que estarían dispuestos a todo por que ocurra. Escuché sobre una iglesia en Texas que regaló quince carros nuevos durante un servicio de Pascuas. ¡La asistencia fue alta en todo tiempo durante ese día! Supongo al incremento de la asistencia de ese día se le podría llamar crecimiento de la iglesia, pero probablemente lo mejor sería quitar la palabra “iglesia” de esa ecuación. Llámale sorteo, evento, o rifa de carro. Simplemente reunir a personas en un grupo o dentro de una multitud es cualquier cosa, menos la iglesia del Nuevo Testamento. Aún Jesús mientras estuvo en la tierra atrajo multitudes con sus milagros, pero entonces Él les pedía que pagaran el precio y la mayoría se alejaba.

El punto es que no importa cuan desesperados estén, Jesús no será manipulado para dar el crecimiento a una iglesia. La buena noticia es que Jesús está en control de la iglesia, y Él quiere que lleguemos al punto de buscarle a Él si queremos el crecimiento, para que señalemos Su milagro de crecimiento, y no a un hábil conjunto de programas que se implementaron para que ocurriera humanamente.