El Discipulado en la Reunión más Grande

Liderazgo Pastoral

Por Joel Comiskey

2014

Tomado del capítulo 7 de Haciendo Discípulos en la Iglesia del Siglo Veintiuno

A muchos no les agrada la palabra célula. Ellos la equiparan con una celda de prisión o con una pequeña y secreta reunión comunista, a las que también se les llama células. Y a causa de estas negativas connotaciones, animo a las iglesias a cambiar la palabra a algo más aceptable, como grupos de vida (aunque yo les digo a las iglesias que eviten cambiar la definición de la célula). [1] Con tantas connotaciones negativas, ¿por qué muchos siguen utilizando la palabra célula?

Una de las principales razones es por la comparación con el cuerpo humano. Existe una relación simbiótica especial entre las células individuales y el cuerpo humano como un todo. Uno no puede existir sin el otro. Las células biológicas no son entidades independientes que actúan por su cuenta. Ellas dependen del ecosistema del resto del cuerpo, y la salud de todo el cuerpo depende de cada célula individual.

El cuerpo humano se compone de alrededor de cien trillones de células individuales que trabajan en conjunto para producir un cuerpo humano en pleno funcionamiento. A veces, cuando una sola célula se altera, puede cambiar dramáticamente todo el cuerpo. Esto ocurre en el desarrollo del cáncer. Desde la perspectiva de la célula(s) alterada, puede parecer que no está haciendo nada malo. Está viviendo mejor, por más tiempo, y puede ser más fructífera. Pero esto es un desastre desde el nivel del cuerpo humano. Las características de las células han cambiado ahora y afectarán inevitablemente su interrelación con el resto del cuerpo. La buena noticia es que las células cancerosas son normalmente destruidas antes de que tomen control. ¿Cómo? El cuerpo humano envía células blancas de la sangre que exploran de forma activa el cuerpo en busca de células anormales, destruyéndolas antes de que puedan convertirse en un cáncer real.

Las iglesias celulares funcionan de manera parecida a los cuerpos humanos. Las células individuales no están autorizadas para actuar como entidades independientes que no tienen una conexión más allá de sí mismas. Más bien, cada célula es parte de un todo mayor y recibe el alimento de otras partes del cuerpo. Cada célula trabaja en conjunto con las otras células para alcanzar un propósito común. Juntar estas células en una gran reunión realza ese propósito común para garantizar la salud celular, recordándoles a las células la visión común, y proporcionándoles la enseñanza que cada una de las células no recibiría de otra manera. El objetivo final de la reunión más grande de las células es que cada miembro sea más como Jesús.

La Conexión entre la Célula y la Reunión más G rande

La conexión entre la célula y la celebración (reunión más grande) es bíblica. La Escritura nos enseña una relación clara entre las iglesias en las casas del Nuevo Testamento. Las iglesias en las casas que Pablo plantó, en otras palabras, formaban parte de una unidad mayor. Gehring escribe: “Muchos eruditos del Nuevo Testamento creen que ambas formas— iglesias pequeñas en las casas y toda la iglesia como una unidad en ese lugar —existieron una junto a la otra en el cristianismo primitivo”.[1]

El propio liderazgo de Pablo fue crucial en conectar juntas a las iglesias en las casas. Vemos a Pablo y Silas en Hechos 16:4 viajando de pueblo en pueblo, entregando las decisiones tomadas por los apóstoles y ancianos de Jerusalén. La mayoría de las veces, esas iglesias en las casas formaban parte de una red que trabajaba junto con otras iglesias en las casas, pero sólo se juntaban ocasionalmente para las reuniones de grupo más grandes.

Sin embargo, en al menos dos casos, la iglesia de Jerusalén y la iglesia de Corinto, sus células se juntaban en una reunión más grande de manera constante y permanente. En Jerusalén, la iglesia primitiva se reunía en las casas para participar en la cena del Señor y tener comunión, pero luego esas mismas iglesias en las casas se reunían en el templo para escuchar las enseñanzas de los apóstoles. Hechos 2:46-47 dice: “No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos. No dejaban de reunirse en el templo. Y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo”. Vemos aquí tanto las reuniones de la iglesia en la casa, así como aquellas iglesias en las casas que se reúnen para escuchar la enseñanza de los apóstoles.

El segundo ejemplo se encuentra en Corinto. Pablo dice: “Así que, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos que no entienden o no creen, ¿no dirán que ustedes están locos?” (1 Corintios 14:23). Pablo al hablar de toda la iglesia junta implica que en otras ocasiones los cristianos de Corinto se reunieron por separado en las iglesias en las casas más pequeñas.

Ya sea que se reunieran en una reunión más grande con regularidad o de vez en cuando, las iglesias en las casas en el Nuevo Testamento estaban conectadas, y esta conexión tiene implicaciones importantes para el discipulado. Los discípulos eran desarrollados tanto en la iglesia en la casa como en la asamblea de los creyentes. Pero, ¿cómo tiene lugar este discipulado en la reunión más grande?

Enseñanza de Nivel Superior

El discipulado en la célula es práctico. El objetivo es aplicar la palabra de Dios a cada miembro. La meta es que cada persona se vaya transformado en lugar de simplemente informado. Esto requiere que el líder de la célula sea un facilitador de la discusión y permita a cada miembro la oportunidad de compartir, resolver sus problemas y ejercitar sus dones para ministrar a otros. Animo a los líderes celulares a no jugar hombre de respuesta bíblica. La enseñanza más profunda ocurrirá en la celebración más grande.

Una de las principales formas en que el discipulado tiene lugar en la reunión más grande es a través de la enseñanza de la palabra infalible de Dios. La exhortación de Pablo a Timoteo se aplica hoy en día, “Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. 3 Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír”. (2 Timoteo 4:2-3).

En la iglesia primitiva, leemos que los primeros creyentes perseveraban en la doctrina de los apóstoles (Hechos 2:42). Los apóstoles tuvieron un mejor manejo de la enseñanza de Cristo, porque habían estado con él durante tres años. Ellos fueron capaces de ayudar a los miembros de la iglesia en la casa a crecer en su fe. De la misma manera, los que han recibido formación adicional en la palabra de Dios son capaces de enseñar al resto de la iglesia, y además ayudar en el proceso de discipulado. El pastor y sus ayudantes pueden hacer frente a los pasajes de las Escrituras difíciles de entender y llenar los vacíos doctrinales. Los pastores también se pueden aplicar la palabra de Dios a las necesidades particulares dentro de la congregación. Por ejemplo, una cosa es escuchar un sermón en la radio, pero cuando un pastor predica la palabra de Dios a una congregación específica, la aplicación es mucho más rica ya que el pastor conoce al rebaño y puede dirigir la palabra de Dios a las necesidades de la congregación.

Tal vez, los líderes de células y los miembros han traído preguntas a los supervisores y los ayudantes. El pastor podría dar prioridad a esos temas que se enmarcan dentro de la predicación. Me he dado cuenta en las iglesias celulares alrededor del mundo que a menudo los que tienen el don de la enseñanza se identifican primero en la célula. A medida que estas personas se convierten en líderes de células y supervisores, a veces se les pide formar parte del equipo pastoral. Ellos entienden el sistema celular porque nacieron de nuevo dentro de él. Cuando predican la palabra de Dios, son capaces de utilizar las ilustraciones y las experiencias de la vida real para poner a tono a los miembros de la célula y a los líderes.

La mayoría de los grupos celulares utilizan el pasaje o tema del mensaje del pastor para dirigir la lección celular. De esta manera, los miembros de la célula pueden hacer preguntas, obtener una aclaración, y sobre todo aplicar las verdades espirituales que se enseñaron en el sermón. Cada vez me he convencido más de la eficacia de basar la lección celular en el tema del sermón que se imparte en la reunión más grande.

Juntos en la Celebración

La adoración en el grupo celular puede ser una experiencia íntima. Cada creyente puede pedir oración, ofrecer acciones de gracias, leer las Escrituras, compartir sobre las necesidades, y aplicar la Palabra de Dios a su vida cotidiana. Sin embargo, me he dado cuenta que los grupos celulares a menudo tienen más dificultades para entrar en adoración en el contexto de un grupo pequeño. Las razones pueden incluir la falta de talento musical, la falta de alguien que pueda tocar un instrumento, la vergüenza de cantar fuerte, y los sentimientos de insuficiencia vocal.

La adoración en el grupo más grande puede ayudar a las personas de un grupo pequeño. La transformación se lleva a cabo en el servicio de adoración más grande mientras los miembros de la célula son dirigidos por un ministro o líder de alabanza ungido para entrar en la presencia de Dios y recibir como resultado el empoderamiento.

Ocurre algo poderoso en una reunión de grupo más grande que inspira a la gente a buscar al Dios vivo. En el Antiguo Testamento leemos cómo el Señor instituyó festivales anuales y reuniones grandes para su pueblo. Esto les daba un sentido de una perspectiva más amplia de lo que Dios estaba haciendo en el mundo, y la oportunidad de ser inspirados por la imponente majestad de Dios. Algo similar ocurre en la reunión de adoración más grande. Hay una relación simbiótica maravillosa entre las células y el resto del cuerpo mientras el grupo más grande se reúne para reflexionar sobre la majestuosa grandeza de Dios.

La adoración en la reunión más grande es un tiempo para practicar las palabras de Cristo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma”. (Mateo 11:28-29). Aquellos que ministran en las células funcionarán mejor, al recibir una fresca unción. La vida golpea a la gente y no hay nada como la adoración para levantar al pueblo de Dios y recordarles que Dios está en control.

Me gustó escuchar a un ministro de alabanza decirle a la congregación que se sumergiera en la presencia de Dios y que le permitiera a Dios ministrar directamente sus corazones. Les animó a cerrar sus ojos y solamente escuchar la voz de Dios. Él les dijo que no se preocuparan por la postura o la habilidad para el canto sino sólo en recibir el amor y la gracia de Dios. En lugar de insistir en que la congregación cantara más fuerte o en lugar de gritar, “no les oigo”, este ungido ministro de alabanza le pidió a la iglesia que descansara en la presencia de Dios y recibiera su unción fresca. Las mejores experiencias de adoración fomentan este tipo de actitud transformadora.

En muchas iglesias celulares el ministro de alabanza primero utilizó por primera vez sus dones y talentos en el grupo celular y luego se le pidió dirigir la alabanza en una escala mayor. Esto es útil porque el ministro de alabanza conoce las necesidades de las personas en la congregación y entiende que los miembros de la célula, líderes, supervisores y el personal que ayuda al pastor necesitan refrescarse delante de Dios a fin de seguir dándose.

La célula y la celebración van de la mano en el proceso de discipulado. El discipulado celular es más intensivo y práctico. El discipulado que se lleva a cabo en la celebración ayuda a los miembros a ver todo el panorama mientras todo el mundo adora en un ambiente festivo. Ambos son esenciales en el proceso de llegar a ser más como Jesús.

Reuniones de la Familia Extensiva

El discipulado se lleva a cabo en grupos celulares, ya que cada persona es capaz de compartir profundas necesidades y experimentar la familia de Dios de una manera íntima. La separación de estas relaciones cercanas cuando ocurre la multiplicación puede ser un proceso doloroso que a menudo es resistido por los miembros del grupo por temor a que se pierdan esas relaciones que se han cultivado en el grupo. De hecho, la palabra división se asocia a menudo con la multiplicación celular. Muchos sienten que la multiplicación perturba las relaciones, y por lo tanto la quieren evitar a toda costa.

Aunque sea dolorosa, la multiplicación no significa separación, especialmente cuando los grupos celulares se reúnen regularmente en la reunión más grande. La reunión más grande proporciona una manera para que la familia de Dios se conecte de nuevo a un nivel más amplio.

Los amigos cercanos que estuvieron en algún momento en el mismo grupo celular pueden verse, revivir los viejos tiempos, y recibir una unción renovada y fresca antes o después del servicio. Incluso podrían sentarse juntos durante el servicio de adoración.

Veo a la familia en la reunión más grande como el tiempo de reunión de la familia extensiva de Dios, para ministrarse los unos a los otros y en el proceso acercarse más a Jesús.

Muchas iglesias tradicionales son lo que yo llamo las iglesias celulares únicas, porque todo lo quieren hacer juntos. Si hay un cumpleaños, todos tienen que celebrarlo juntos. Si hay una actividad, todos tienen que estar presentes. Estas iglesias no crecen más allá del círculo cerrado de amistades, y la mentalidad de célula única conduce al estancamiento y la exclusividad.

Sin embargo, en la iglesia celular las amistades íntimas se desarrollan en la célula. La reunión más grande fomenta la renovación de una diversidad de relaciones familiares extensivas. Kirk es un buen amigo mío. Estábamos en el mismo grupo celular hace años. Ahora él dirige una célula familiar y yo soy parte de un grupo para hombres. No obstante, Kirk y yo disfrutamos de la compañía mutua y nos animamos el uno al otro durante las reuniones dominicales. Nos preguntamos acerca de la familia de cada uno, compartimos peticiones de oración, y en general nos animamos en la vida cristiana.

Presentación de la Visión

Los miembros de las células reciben la visión y la dirección de su líder para usar sus dones, evangelizar como grupo, practicar hacer todo lo que las Escrituras indican que hay que hacer para ayudarnos los unos a los otros, e incluso recibir el equipamiento del discipulado (siguiente capítulo). Los grupos celulares proveen un contexto maravilloso para que los miembros puedan cumplir la visión de Dios para sus vidas y para avanzar en el ministerio. Sin embargo, los grupos celulares son parte de un todo mayor, al igual que las células biológicas. Las células biológicas no se supone que tracen su propio curso. Más bien, tienen un papel específico que desempeñar en todo el cuerpo.

Durante las reuniones más grandes, el pastor principal de una iglesia celular tiene la oportunidad de discipular a los de la célula y a los que dirigen las células presentándoles la visión, dirección, y ofreciéndoles ánimo. Los líderes de células pueden ser fácilmente desanimados debido a problemas en el grupo, la falta de frutos, o por los compromisos que tiene cada persona. Los pastores sabios de las iglesias celulares utilizan la predicación, los anuncios, los testimonios y otros medios para recordar a los líderes de sus recompensas eternas, de las grandes cosas que Dios está haciendo, y de la necesidad de persistencia.

Los nuevos miembros de la célula pronto se dan cuenta que forman parte de un grupo más grande de personas que hablan el mismo idioma y que tienen el mismo objetivo de ganar el mundo para Jesús. Pronto la congregación comienza a darse cuenta de que la vida celular es la vida cristiana normal y que la asistencia al servicio de celebración es sólo una parte de esa realidad. Se anima a los asistentes a la Iglesia, que aún no asisten a un grupo celular, a participar en una célula para captar todos los beneficios de lo que en realidad es la iglesia.

La mayoría de las iglesias hacen tiempo para dar anuncios y testimonios. Algunas iglesias lo hacen al final del servicio o antes de la predicación. ¿Hace alguna diferencia darles prioridad a algunos anuncios? Creo que sí. En la iglesia celular, el ministerio celular es fundamental para todo lo que se lleva a cabo. ¿Por qué no hacer que sea una prioridad en los anuncios? Estas son algunas ideas:

  • Pedirle a un miembro de la célula que ha sido transformado a través del ministerio relacional—ministerio de nuevas amistades, tiempo con el ministerio especial—que comparta lo que Dios ha hecho.
  • Escuchar el testimonio de alguien que ha recibido sanidad dentro del grupo celular.
  • Presentar a un nuevo líder de multiplicación a toda la iglesia.

Como resultado, tanto la persona que da el testimonio como aquellos que lo escuchan crecerán en su relación con Jesús. Los que asisten a la celebración del domingo tienen que darse cuenta que los principales servicios pastorales de la iglesia se ofrecen a través del sistema celular. Si necesitan de un ministerio y ayuda, lo pueden encontrar en un amoroso grupo celular.

La presentación de la visión para el ministerio celular puede encontrar un gran aliado en el boletín o en otros anuncios de la iglesia. Algunas iglesias no tienen un boletín, pero si hay incluso una hoja informativa ocasional, esta es una buena ocasión para darle al ministerio celular su puesto. Sugiero que el boletín en la iglesia celular resalte un testimonio de cómo las vidas de las personas han sido transformadas a través del ministerio celular.

Estoy supervisando una iglesia que tiene doce células y ciento veinticinco personas reunidas el domingo. En el boletín, que es una hoja de papel de dos caras, en la portada se enumeran todos los grupos celulares cada semana. Esta declaración se hace todos los domingos: “Estamos haciendo discípulos a través del ministerio celular”.

Un visitante de la iglesia debe ser capaz de detectar la filosofía y la prioridad de la iglesia en el servicio dominical de la mañana. Animo a las iglesias basadas en células a tener una mesa de información celular donde se encuentren los libros más importantes sobre el ministerio celular, la lección semanal de la célula, una caja para colocar los informes de las células, y otra información pertinente sobre el ministerio celular.

Es una gran idea colocar en el vestíbulo un mapa de la ciudad con cada grupo celular. Este mapa debe explicar dónde se localizan las células, su enfoque (por ejemplo, si son células familiares, células para mujeres, células para jóvenes, y así sucesivamente), y cuándo se reúnen. Un trabajador voluntario o secretaria debe estar disponible cada semana para responder a las preguntas y conectar a nuevas personas al ministerio celular.

No es fácil adaptarse al modelo celular. La gente está acostumbrada a sus viejas costumbres y hábitos. A ellos se les debe recordar el enfoque de la iglesia celular a través de lo que ven en la iglesia durante el servicio de adoración.

Alcanzando la Cosecha

Los grupos celulares individuales son excelentes para fortalecer los músculos de cada miembro a través de la pesca con red, pero tirar una red mucho más grande es también muy eficaz. Muchas iglesias celulares fomentan eventos evangelísticos en la reunión más grande durante el año. Los grupos celulares están íntimamente involucrados en estos eventos de los grupos grandes.

He visto muchos videos de los eventos evangelísticos de iglesia Elim en San Salvador que han atraído a más de ciento cincuenta mil personas. La razón del éxito fue que cada miembro de la célula participó activamente en la invitación, la administración, y orando por el evento. Cada miembro de la célula, grupo celular, sector, zona y distrito trabajaron juntos en armonía para alcanzar a las personas para Jesús. En lugar de ser una campaña masiva, el evento fue administrado cuidadosamente por sectores con códigos de colores, zonas y distritos, de modo que todos sabían dónde sentarse, qué autobús debían tomar y la forma de dar un seguimiento después del evento.

Por supuesto, las concentraciones masivas, como las que realiza Elim no son comunes. Pero las iglesias celulares también movilizan las tropas celulares en una escala más pequeña. He visto a varias iglesias celulares utilizar el “Día del amigo” con gran eficacia. La iglesia moviliza a los grupos celulares para invitar a sus allegados a un servicio especial de búsqueda en un día particular. La transformación se lleva a cabo no sólo en las vidas de los que reciben a Jesús, sino en cada miembro, célula, y líder ya que todos trabajan juntos como un ejército disciplinado para lograr un objetivo mayor. Se requiere un conjunto diferente de músculos para el evento más grande. Se requiere disponibilidad, disposición para trabajar en equipo y seguir las órdenes, sumisión, fidelidad y compromiso. Los futuros discípulos se nutren en la atmósfera de las misiones.

La Iglesia de Dos Alas

Bill Beckham acuñó el término iglesia de dos alas para describir el énfasis del grupo pequeño y del grande en la iglesia celular. Ambas alas ayudan al vuelo de las aves. Beckham a menudo utiliza la siguiente parábola para describir la iglesia celular:

Una vez fue creada una iglesia con dos alas, que podía volar alto a la presencia de Dios. Un día, la serpiente, que no tenía alas, desafió a la iglesia a volar con una sola ala, esa es el ala de la reunión grande. Con mucho esfuerzo la iglesia logró volar, y la serpiente le aplaudió fuertemente. Con esta experiencia, la iglesia se convenció que podía volar muy bien con una sola ala. Dios, el creador de la iglesia, estaba muy triste. La iglesia con una sola ala apenas podía elevarse por encima del suelo, y sólo volaba en círculos sin ser capaz de ir más allá de su punto de origen. La iglesia se acomodó y comenzó a subir de peso y se hizo perezosa, irradiando una vida puramente terrenal. Finalmente, el creador formó una nueva iglesia con sus dos alas. Una vez más, Dios tenía una iglesia que podía volar a Su presencia y cantar sus gozosas alabanzas.[2]

Una iglesia con dos alas está mejor equipada para hacer discípulos que hagan discípulos, que una iglesia que hace énfasis en una u otra forma de manera exclusiva. Ambas son importantes en el proceso del discipulado.


Notas

[1] Entre más en detalle sobre los nombres de los grupos en este artículo: http://www.joelcomiskeygroup.com/articles/basics/NAMEcell.html. Aunque está bien cambiar el nombre, Yo recomiendo mantener una definición de calidad como: grupos de tres a quince que se reúnen semanalmente fuera del edificio de la iglesia con el propósito de hacer evangelismo, tener comunidad, y crecimiento espiritual con la meta de hacer discípulos que hagan discípulos, que resulte en la multiplicación.

[1] Gehring, p. 25.

[2] Bill Beckham, “Chapter 3: The Church with Two Wings,” (“Capítulo 3: La Iglesia con Dos Alas”) en Michael Green, editor, Church Without Walls (Iglesia sin Paredes) (Londres: Prensa Paternoster, 2002), pp. 27-28.