Prepárese para la Transición

Liderazgo Pastoral

por Joel Comiskey

2004

PREPÁRESE PARA LA TRANSICIÓN

¿Ha puesto alguna vez una capa nueva de pintura sobre una madera podrida? En lugar de corregir permanentemente el problema eliminando la parte afectada, muchos optan por el arreglo a corto plazo. Y funciona… por un tiempo corto. Entonces empieza a pelarse parte de la pintura y se asoman partes de la madera a través de lo que antes tenía un aspecto inmaculado.

El ministerio de los pequeños grupos en muchas iglesias es como una capa de pintura nueva aplicada encima de la madera podrida. Muchísimo entusiasmo acompaña el comienzo. “Por fin tenemos grupos pequeños en nuestra iglesia,” exclaman los miembros entusiasmados. Pero luego la infraestructura defectuosa falla, reduciendo los grupos pequeños a unos estudios bíblicos independientes aquí y allá. Yo he tratado con estos grupos autónomos después de estar rodando durante dos años en su propio sistema solar. Incluso llegué a rogarles que se unieran a nuestro sistema celular. “Bueno, tenemos nuestra propia manera de ver los grupos pequeños,” contestó el líder cortésmente.

En algún punto, la madera podrida debe ser reemplazada. La clave: piense a largo plazo. Una solución de los pequeños grupos lograda a la ligera puede parecer sensacional en el momento. Puede resolver el problema – o enterrarlo – por dos, tres o cuatro años. Pero aparecerá de nuevo – y con mayor fuerza – posiblemente con otro pastor al frente. Aunque se pudiese experimentar algún éxito a corto plazo de este modo, es casi imposible de construir un ministerio que perdure a largo plazo. Por lo general, un comienzo falso conduce a una iglesia a decir: “Nosotros probamos con los grupos pequeños una vez, y no funcionó.”

Nosotros nos preparamos para las cosas que valoramos. Cuando no nos preparamos para algo, es porque no lo valoramos. Preparando para lograr que el ministerio celular funcione en su iglesia demandará mucho esfuerzo y tiempo.

EL PROCESO DE CAMBIO

“Estoy seguro que aceptarán nuestra propuesta,” yo pensé. Después de todo, nosotros como los pastores de esta iglesia habíamos decidido convertir la iglesia en una iglesia celular. Entonces empezó la reunión. Dos horas después, machucado y abatido, me preguntaba qué era lo que había salido mal. Esa noche se me hizo claro como el cristal que a la iglesia no le interesaban nuestros planes para el cambio: el ministerio celular seguiría siendo un programa entre muchos. Apendí esa tarde que la tradición está profundamente arraigada y no se quita fácilmente.

Se han escrito estantes de libros sobre la dinámica del cambio. Cualquiera que intenta realizar la transición a la filosofía de una iglesia celular haría bien en entender la dinámica del cambio en el proceso de llegar a ser una iglesia celular. Manejar la dinámica de cambio es uno de los problemas críticos con respecto al comienzo o a la reconstrucción de un ministerio de grupos pequeños en una congregación. Si los cambios se manejan bien, la introducción de los grupos pequeños puede ser una verdadera bendición.

Recuerde esto: Cuando se introduce algo nuevo en la vida de una iglesia, hay un potencial para que surja un conflicto. Introducir un ministerio nuevo de pequeños grupos siempre involucra un cambio.

EL CAMBIO REQUIERE TIEMPO

Dése tiempo, y tenga presente este adagio: “Todo toma más mucho tiempo del que usted espera, incluso cuando usted espera que tome mucho más tiempo del que usted espera.” Lleva más tiempo construir un rascacielos que un galpón para la leña. La diferencia está en los cimientos. La profundidad de su excavación depende del tamaño y el propósito de su edificio.

Las personas necesitan tiempo para procesar sus ideas sobre la iglesia celular, así como le tomó tiempo a usted para llegar a sus conclusiones. Sus cabezas asentirán con entusiasmo cuando presenta el concepto de estos nuevos grupos pequeños, pero todavía necesitan tiempo para digerir las implicaciones. Personas diferentes responden al cambio en tiempos diferentes, y el tiempo involucrado no está basado necesariamente en su madurez espiritual.

Esto nos lleva a otra pregunta: ¿Cuánto tiempo tiene planes usted para quedarse en su ministerio presente? Después de introducir los cambios, ¿tiene usted planes para ver que se mantengan? Ni siquiera empiece a menos que esté dispuesto a ver que la transición llegue a su culminación. Esto podría requerir cinco años y, en algún punto, todo pastor quiere salir y encontrar pastos más verdes. Justo cuando está pensando que está progresando, se desata todo el infierno. Yo le llamo a estos momentos “tirones de la rodilla programática.” Cuente el costo y manténgase agarrado durante todo el viaje.

NO FUERCE EL CAMBIO

Cuando el Dr. Bobby Clinton enseña sobre el “Cambio de Dinámica” en el Seminario Teológico Fuller, él dice lo siguiente: “Una persona convencida contra su voluntad todavía es de la misma opinión.” Pasar por alto la sabiduría de esta frase podría perturbarle después.

Estoy viviendo ahora en Ecuador con los resultados de los cambios forzosos que están perturbando a la Iglesia Católica Romana. Cuando los españoles invadieron la tierra hace 500 años, a los indios se les dio la opción de convertirse o morir. Por supuesto, ellos se convirtieron. Aunque estos indígenas se volvieron católicos oficialmente, simplemente cambiaron los nombres de sus deidades personales a los santos de la religión católica. Los conquistadores destruyeron los templos antiguos y construyeron sus iglesias en los mismos lugares. Hasta el día de hoy, estos lugares son sagrados para los indígenas. Están físicamente en la iglesia, pero no emocional o espiritualmente. Los informes indican que todo el país se convirtió hace 500 años al Catolicismo. Sin embargo el estado presente de los indígenas demuestra la veracidad de la declaración: “Una persona convencida contra su voluntad todavía es de la misma opinión.”

No intente convertir a las personas inmediatamente contra su voluntad. Prepárelos bien y luego dispóngase para el largo proceso de cambio.

EL CAMBIO ES UN PROCESO COMPLEJO

Las iglesias están compuestas de innumerables, y a menudo, invisibles interacciones entre las personas, creencias y fuerzas externas. Las implicaciones de estos componentes actuando entre sí pueden tardar años para que se conozcan plenamente. La relación entre la causa y el efecto no siempre es obvia.

Las personas desean mantener el ‘status quo’ porque les ayuda a sentirse bien. Lyle Schaller dice: “Todas las organizaciones tienden a moverse en la dirección de re-definir su propósito en los términos del mantenimiento y supervivencia institucional. … El cuidado y la alimentación de la organización, en lugar del servicio a la clientela.”1 En cuanto una organización o sistema comienza a mover, tiende a seguir de ese mismo modo. Las personas se ponen cómodas con sus tradiciones y modelos y siguen haciendo las cosas de la misma manera.

CUATRO PASOS CLAVES PARA CAMBIAR

Paso Uno: Crear la Necesidad Para el Cambio

La mayoría de las personas recibe a Jesucristo como su Salvador durante un tiempo de crisis. Las circunstancias crean una necesidad, y la persona está abierta al Evangelio. Este es el contexto para el cambio: necesidad, confusión, desesperación. A menos que haya una necesidad para el cambio, las personas lo resistirán. Están satisfechos con el ‘status quo’.

¿Existe la necesidad de un cambio en su iglesia? Algunas personas están satisfechas con el ‘status quo’. Ellos se niegan a cambiar porque no ven la necesidad o simplemente lo pasan por alto. “Yo quiero conservar el mismo grupo de amigos y el mismo círculo de influencia,” dicen inconscientemente. Esto es normal.

Muchas iglesias languidecen año tras año en el mismo estado desesperado de estancamiento. Van cojeando porque ciertas personas diligentemente guardan la puerta que se llama ‘cambio’. Se niegan firmemente a permitir cualquier cambio que pudiera perturbar el ‘status quo’. Es como calentar una rana en una sartén. La rana no se da cuenta del conflicto hasta que es demasiado tarde.

Los expertos nos dicen que las personas necesitan estar disgustadas con la situación presente antes que pueda haber cualquier cambio intencional, motivado internamente y dirigido. El agente de cambio se preocupa por resolver esta pregunta, “¿Hay alguna otra persona descontenta con la situación actual?”2

Bobby Clinton dice: “A menudo la primera tarea del agente de cambio es aumentar el descontento para abrir la puerta para el cambio intencional. Esto a veces puede sonarle de entrada al líder cristiano como algo que no es ético. Pero un cuidadoso análisis muestra que esta técnica es básicamente lo que se hace cuando un evangelista predica para convencer a los pecadores de su necesidad de la salvación de Dios.”

La manera comprobada de aumentar el descontento es cuando el Espíritu Santo de Dios revela la necesidad de volver a las normas del Nuevo Testamento – comunidad, servicio, sacerdocio de todos los creyentes, para nombrar algunas. Esto podría ocurrir por la predicación de la Palabra o pasando profundos tiempos de oración.

Otro enfoque es analizar los modelos de crecimiento de su iglesia completamente, áreas fuertes y débiles, y las proyecciones futuras. El análisis de 40 páginas que elaboró la Iglesia de la República en septiembre de 1997 creó la necesidad para el cambio. Desenterró la debilidad inherente de nuestro ministerio de la iglesia “sólo el domingo por la mañana”. Comprendimos que nuestras estructuras no eran bíblicas. Perturbados por lo que vimos, nos sentimos atraídos al enfoque de la iglesia celular. En lugar de mostrar a su congregación sólo la visión para el futuro, explique cuáles fueron las malas decisiones que condujeron a la iglesia a su situación actual. Esto les dará una razón a las personas para seguir el proceso de cambio.

Paso Dos: Realizar los Cambios

En cuanto haya creado la necesidad para el cambio, actúe rápidamente. Usted tiene una ventana de oportunidad, pero no durará para siempre. Cuando volví a la Iglesia de la República, Dios había abierto la puerta para el cambio. Lo primero que me dijo el director celular era: “Realmente necesitamos ayuda.” Se abrió una puerta tras otra, pero teníamos que actuar.

Paso Tres: Prepararse para la Reacción

Después de hacer los cambios, prepárese para contrarrestar las reacciones mixtas. A todos les gusta algo nuevo – por un poco de tiempo. Pero cuando llegan las dificultades, la tendencia es volver a lo ya conocido, lo establecido, lo tradicional. Así es la naturaleza humana.

Durante estos “tirones programáticos de la rodilla,” las personas empiezan a comprender que el cambio les afectará en los detalles prácticos de su diario vivir. Entienden que el cambio les podría afectar la estructura de la Escuela Dominical o la habilidad de la iglesia para aceptar todos y cada uno de los programas. Algunos gritarán una cosa; otros gritarán otra. Esto es cuando se pone duro y usted tiene que aguantar por su vida hasta que los cambios estén congelados, es decir, que todos estén a bordo.

Al comenzar su ministerio celular, éste es joven y tierno. Concéntrese en él más bien que en dar una nueva dirección a sus energías para acomodar la última novedad. Esto es lo que hicimos en la Iglesia de la República, una y otra vez. Yo le escribí lo siguiente a un misionero colaborador:

Sugiero que pongamos una moratoria para los programas nuevos durante 14 meses en nuestra iglesia. En 14 meses tendremos más de 100 células, por la gracia de Dios, y habremos empezado a establecer la filosofía celular como un estilo de vida en nuestra iglesia. Si luego de ese tiempo notamos áreas débiles en nuestra iglesia que requieren programas adicionales, podríamos integrarlos más prontamente con nuestra filosofía celular. Desde que llegué a Ecuador he tenido que combatir una multitud de programas bien intencionados personalmente: una nueva Escuela, un programa para adolescentes aparte de las células, un programa de asistencia social, Guardadores de Promesas, Evangelización explosivo, programa de Encuentros Matrimoniales, etc. La presión para agregar más programas ha venido de afuera y de dentro. Yo supongo que en lugar de disminuir, estas solicitudes y planes aumentarán.

Espere que el sistema establecido querrá volver atrás. Algunas personas que lo felicitarán con palmadas en la espalda durante las fases iniciales retrocederán de repente cuando usted deja de promover el programa favorito de ellos. El material de entrenamiento de TOUCH Outreach Ministeries ofrece un valioso consejo: “Dé la bienvenida a la oposición inicial. La resistencia es una buena señal. ¡Significa que las personas entienden lo que usted está diciendo y están luchando con él!”4

A veces la resistencia no viene de una persona sino de la cultura de la iglesia tradicional en general, que no sabe manejar el cambio. Los miembros de las iglesias a menudo tratan con sus miedos reprimidos extendiendo su descontento por medio de la murmuración, y lo más probable es que usted no sabrá lo que está ocurriendo. Manténgase firme. La mayoría de los agentes de cambio que se rinden en el momento cuando están por lograr el éxito.5

Paso Cuatro: Congelar los Cambios

“Usted debe congelar los cambios para que los resultados permanezcan a largo plazo.” Esta es la frase que yo recuerdo vivamente de la clase de Bobby Clinton sobre las “Dinámicas de Cambio”. Los misioneros, por ejemplo, a menudo implementan programas que son abandonados por los paisanos en cuanto dejan el campo. Los cambios no se estabilizan ni llegan a formar parte del sistema natural. Si no hay ningún misionero para empujar el programa, no hay ningún programa. La estabilización de un cambio en un sistema es crucial.6

Después de que la excitación inicial se va, algunos miembros de la iglesia anhelarán las “cosas anteriores.” Estas mismas personas podrían haber estado de acuerdo con los cambios al principio pero quizás no entendieron todas las implicaciones. Entonces empiezan a anhelar “las cosas como eran antes.”

Piense que esto va a suceder, porque invariablemente pasará. Y no se rinda. Finalmente los cambios serán parte del sistema y se volverá un hábito. Por lo tanto, protegiendo esos cambios hasta que lleguen a ser parte de la cultura de la iglesia es esencial. Los que en un primer término le resistían empezarán a apoyarlo. Los cambios se volverán un estilo de vida para usted y para su iglesia. Usted percibirá el cambio permanente cuando los líderes se apropien de la innovación y estén supervisando su aplicación.

CONCLUSIÓN

En los primeros tiempos de los largos viajes por mar, el escorbuto (una enfermedad que era el resultado de una deficiencia de vitamina C) mató a más marineros que la guerra, los accidentes, y todas las otras causas de muerte. En 1601, el Capitán James Lancaster de la armada británica dirigió un experimento para evaluar la efectividad del jugo de limón para prevenir el escorbuto en cuatro naves. Él les daba porciones diarias de jugo de limón a los hombres en una nave, mientras que los hombres a bordo de las otras tres naves no recibieron nada. Los que recibieron el jugo de limón permanecieron saludables; 110 de los 278 hombres en las otras tres naves murieron de escorbuto.

Los resultados eran tan evidentes que toda la armada británica adoptó la nueva cura inmediatamente. ¿Verdad? Lamentablemente, no se adoptó el “jugo cítrico” como la cura oficial para el escorbuto en los marinos británicos hasta 1795, (194 años después.) Parte de la resistencia provino de otros remedios que se ofrecían en ese tiempo. Baste decir que muchos factores impedían la total aceptación del remedio cítrico.7

A menudo la innovación se difunde despacio. Muchos factores, a veces inexplicables, contribuyen a esta resistencia. Trate tiernamente a los miembros de la iglesia cuando usted presenta la visión de la iglesia celular. Déles tiempo suficiente para procesar las ideas nuevas, y explique cuidadosamente cómo la iglesia celular beneficiará sus vidas. Lleva tiempo adoptar ideas nuevas, y siempre hay un potencial para el conflicto. Aprendiendo cómo manejar la dinámica de cambio le ayudará a trabajar a través del conflicto y establecer la filosofía de la iglesia celular como la nueva norma en su iglesia.

NOTAS

  1. Lyle Schaller, Planificación de la Parroquia según lo cita C.Kirk Hadaway en Principios para el Crecimiento de la Iglesia,: Separando los Hechos de la Ficción (Nashville, TN,: Broadman Press, 1991), 111.
  2. Robert J. Clinton, Estrategias como Puentes (Altadena, CA,: Barnabas Publishers, 1992), 2-13.
  3. Idem.
  4. Seminario de Entrenamiento Celular Avanzado, (Houston, TX,: TOUCH Outreach Ministeries Inc., 1998), pág. 2 de Día 3, Sesión 2.
  5. Idem., Pág. 4 de Día 3, Sesión 1.
  6. Clinton, 2-10.
  7. Everett M. Rogers, La Difusión de las Innovaciones, ed 4. (Nueva York: La Prensa Libre, 1995), 7-8.