Por Joel Comiskey, 2020
Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Todos los poderes del infierno no vencerán a la iglesia de Cristo. Ni persecución, ni guerra, ni terremotos, ni hambre, ni materialismo.
Y tampoco el virus Covid-19.
Jesús ha ordenado a su iglesia que resista e incluso prospere bajo una crisis. Ha preparado su cuerpo, la iglesia, para salir victorioso en todas las situaciones, incluida la vida bajo la pandemia de Covid-19. ¿Por qué? Porque él es el Señor resucitado.
A lo largo de la historia la iglesia triunfó en pruebas y dificultades. Durante los primeros trescientos años de la existencia de la iglesia, sufrió persecuciones horribles pero se hizo más fuerte como resultado. Leamos en Hechos 8: 1: “En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.” Dios ordenó una crisis para extender la iglesia y hacer más discípulos.
En mi libro 2000 años de pequeños grupos (2000 Years of Small Groups), destaco los movimientos de grupos celulares más poderosos en la historia de la iglesia, que prosperaron bajo la represión y la persecución, incluido el movimiento de la iglesia en casa hoy en China.
Pero pongámonos realmente prácticos aquí. ¿Cómo puede prosperar la iglesia en tiempos de pandemias, como la que estamos viviendo hoy? ¿Cómo pueden conectarse los creyentes cuando no pueden verse personalmente? ¿Cuál es el papel del liderazgo en tiempos de crisis?