El Discipulado a través de la Multiplicación

Los Básicos Celulares

Por Joel Comiskey

2014

Tomado del capítulo 6 de Haciendo Discípulos en la Iglesia del Siglo Veintiuno

En febrero de 2010, tuve un “momento de realización”. Yo estaba hablando en una conferencia celular en Dallas, Texas, con Mario Vega, Pastor General de Iglesia Elim en San Salvador. Me senté, y fue el turno de Mario para hablar. El tema de Mario fue la base bíblica para el ministerio celular y durante su discurso, dijo: “La multiplicación es el resultado de la salud de la célula”. Mario explicó que la multiplicación no es la meta. Más bien, el objetivo es hacer discípulos que hagan nuevos discípulos. A medida que esos discípulos son formados y desarrollados en un ambiente de cuidados y amor, la multiplicación se presenta como resultado. Sabiendo que Mario era el pastor general de una de las iglesias de más rápido crecimiento en el mundo, escuché atentamente lo que tenía que decir acerca de la multiplicación celular.

Cuando pienso en retrospectiva, es probable que haya escuchado esas palabras muchas veces anteriormente, pero no estaba listo para escuchar realmente hasta ese momento. Se había convertido en algo cada vez más claro para mí que la multiplicación no podía ser el objetivo principal—como ya lo había pensado previamente en 1997.[i]

Se necesitarían muchos más años y vivir en un contexto diferente para entender que la multiplicación no es la meta. Más bien es el resultado de un enfoque en hacer discípulos que hagan discípulos. En otras palabras, se forma un discípulo sano y moldeado en una célula que da vida.

Debemos desear hacer tantos discípulos saludables como sea posible, pero es igualmente importante entender que multiplicar un grupo celular no es lo mismo que hacer un discípulo saludable. Es posible multiplicar un grupo celular y ni siquiera tener un líder, como algunas iglesias celulares ya lo han hecho. Estas iglesias han multiplicado grupos celulares pidiéndole a un líder que dirija a más de un grupo. Sin embargo, tener muchos grupos no es el propósito del ministerio celular, y dicha actividad puede tener nocivos efectos secundarios, como desgastarse y el desánimo. La misión es hacer discípulos que hagan discípulos-así como Jesús lo enseñó.

No Fuerces la Multiplicación

Cuando verdaderamente capté la visión de que las células saludables se multiplican porque los discípulos son preparados y están listos para comenzar nuevos grupos, comencé a concentrarme en hacer discípulos y dejé de preocuparme por el tiempo que toma para multiplicar el grupo. Hasta entonces, estaba más preocupado por multiplicar el grupo dentro de un cierto período de tiempo o en una fecha de multiplicación prevista— aunque no se desarrollaran discípulos saludables. Fue un acto reflejo mecánico, y estaba poniendo la carreta delante del caballo.

Por ejemplo, recuerdo un grupo celular, en el que disfrutamos de una dulce comunión y comunidad. La principal pareja que asistía al grupo tenía muchos amigos no cristianos que tenían negocios seculares en auge en la ciudad, y me encantaba el grupo. Sin embargo, después de cierto tiempo, sentí que necesitábamos multiplicarnos, porque eso era lo que se suponía que las células debían hacer. El problema era que los discípulos no estaban preparados. Esta pareja correctamente se dio cuenta que estaba forzando una multiplicación antes del momento oportuno— algo de lo que me di cuenta más tarde. Finalmente ellos abandonaron la iglesia

Sí, los nuevos nacimientos serán dolorosos, y el malestar es parte de la experiencia de crecimiento, pero también creo que tenemos que asegurarnos de que el dolor no sea auto-infligido a través de la actividad motivada por la fuerza de parte del hombre. El énfasis debe estar siempre en hacer discípulos que hagan discípulos y el resultado será la multiplicación— y no al revés.

Al crecer en mi comprensión sobre la multiplicación saludable, también he cambiado mi definición de célula para resaltar el hecho de hacer nuevos discípulos, y que esto traiga como resultado la multiplicación:

Un grupo de tres a quince personas que se reúnen semanalmente fuera del edificio de la iglesia con el propósito de la evangelización, la comunidad y el crecimiento espiritual con la meta de hacer discípulos que hagan discípulos lo que resulta en la multiplicación.

En el pasado, prioricé en la multiplicación y di a entender que el hacer discípulos era el resultado. Sin embargo, a menudo pasé por encima de esa implicación y fallé en practicarla. En mis viajes por el mundo, veo a muchos pastores caer en la misma trampa. Empujan la multiplicación como un fin en sí misma, más que como el resultado de algo más grande—hacer discípulos que hagan discípulos. Los discípulos preparados son moldeados en nutridos grupos celulares que dan vida— así como los bebés saludables son formados en vientres sanos.

Forma ción desde el Vientre

La formación de un bebé y el posterior nuevo nacimiento es un proceso milagroso. Uno de los momentos más maravillosos de mi vida fue ver a Sarah Comiskey nacer en Quito, Ecuador, el 16 de septiembre de 1991. No podía creer que lo que el médico había colocado en nuestros brazos era un ser humano vivo y respirando. Sin embargo, el nacimiento de Sarah no sucedió de la noche a la mañana. Ella fue formada en un ambiente que la preparó para enfrentarse a los retos de la nueva vida.

A lo largo de los tres primeros meses, un bebé crece a un ritmo asombroso, pasando de un pequeño grupo de células a ser un feto. El bebé obtiene la nutrición de la madre, y al séptimo mes, el bebé llega a medir nueve pulgadas. Los órganos internos del bebé están madurando y ahora tiene un rostro completamente formado. Algunos bebés incluso han sido fotografiados chupándose el dedo en el útero durante el segundo trimestre. El bebé sigue aumentando de peso rápidamente y para el final del séptimo mes tiene cejas y pestañas. El cerebro del bebé se desarrolla rápidamente durante el último trimestre

El ambiente nutricional del vientre de una madre afecta la salud del bebé, no sólo en el nacimiento y durante la infancia temprana, sino para el resto de su vida. Esto significa que la salud futura del bebé se verá afectada cuando la madre obtiene muy poco de los nutrientes adecuados o demasiados de los equivocados.

Al igual que un bebé en desarrollo necesita de las condiciones adecuadas dentro del útero para crecer fuera, los discípulos saludables crecen a medida que se desarrollan en las células sanas. ¿Cuáles son las señales claves que determinan que los discípulos han sido formados dentro de la célula y que están listos para dar a luz?

Señal #1: ¿Está Teniendo Lugar la Comunidad?

Jesús escogió a doce discípulos diversos y se tomó tres años para moldearlos juntos como una sola unidad. Les tomó ese tiempo para que aprendieran a mirar más allá de sus diferencias y a amarse los unos a los otros. Jesús les dijo que su impacto en el mundo dependía del amor que se mostraran los unos a los otros.

Jesús moldea y da forma a los grupos celulares de la misma manera hoy en día. Si una nueva célula que no ha experimentado una verdadera comunidad se multiplica, hay una buena probabilidad de que no sobreviva. Antes de que ocurra la multiplicación, los de la célula deben experimentar primero lo que significa ser la familia de Dios. Si no hay comunidad en la célula madre, ¿qué tendrá para ofrecer el nuevo grupo? Esos nuevos discípulos en el vientre de la célula necesitan tener la oportunidad de depender de sus hermanos y hermanas en los momentos de dificultades y luchas. Los futuros discípulos necesitan tener la oportunidad de compartir consistentemente y con transparencia, pedir oración, contribuir con informes de alabanza, y orar por otros.

Deberían haber aprendido a lidiar con el conflicto en el grupo. Sin conflicto, los creyentes no ejercitarán sus músculos para crecer más profundamente en su fe cristiana. Pedro dice: “Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados”. (1 Pedro 4:7-8). La palabra profundamente en griego significa estirarse literalmente. Denota la tensa actividad muscular de un atleta. Amar a los demás requiere el estiramiento y ejercitar de los músculos que no sabíamos que existían. Tenemos que cubrir los pecados de nuestros hermanos y hermanas con un amor que sólo el Espíritu Santo puede proporcionar. Este tipo de amor no viene de manera natural—sólo de manera sobrenatural. Insistir en que haya comunidad aún a través del conflicto vale la pena, y no es conveniente apresurar el proceso de multiplicación hasta que se esté formando una comunidad. Recuerde que la meta no es simplemente que haya un nuevo grupo celular. Más bien, el objetivo es que haya discípulos saludables que se forjen en una comunidad dada por Dios.

Señal #2: ¿Están Participando Todos?

Las iglesias en las casas del Nuevo Testamento eran flexibles y dinámicas. Todo el mundo participaba y Pablo podía decir a la iglesia de la casa en Éfeso, “. . . Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro”. (Efesios 4:16) Pablo escribió a otra iglesia en la casa en Colosas, “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón”. (Colosenses 3:16). Pablo quería que los creyentes de la iglesia en la casa compartieran libremente, se animaran unos a otros, y que se regocijaran en la bondad de Dios. No vemos una agenda rígida o a una persona que da el estudio de la Biblia. Más bien, la reunión era un tiempo para ministrarse los unos a los otros y satisfacer las necesidades. El Espíritu Santo usaba a cada miembro como un instrumento de edificación. Los miembros disfrutaban de la presencia del otro, se reían juntos, y experimentaban una rica comunión. Robert Banks escribe: “No encontramos ninguna sugerencia de que estas reuniones se hayan llevado a cabo con el tipo de solemnidades y formalidades que rodean a la mayoría de las reuniones cristianas semanales en la actualidad”.[ii]

Un grupo no está listo para multiplicarse a menos que los miembros del grupo se estén ministrando activamente los unos a los otros, estén aplicando la Palabra de Dios a la vida real, y estén usando activamente sus dones. Los discípulos que finalmente dirigirán la célula hija estarán mejor preparados en este tipo de ambiente. Los futuros discípulos también tendrán que saber identificar sus propios dones y ayudar a otros en la búsqueda y en el uso de estos. Necesitan primero ser testigos de un grupo celular dinámico y orgánico, para poder reproducir lo mismo en la célula hija.

Señal #3: ¿Está Evangelizando el Grupo?

Si el grupo celular madre no ha practicado el evangelismo juntos, lo más probable es que la célula hija tampoco lo practique. Y si la célula madre está creciendo hacia dentro, los futuros discípulos que van a dirigir el nuevo grupo no tendrán una imagen mental positiva de lo que se supone que deben hacer.

Algunos han enseñado que la célula madre tiene que ganar un número determinado de personas para Jesús antes de que ocurra la multiplicación. No estoy de acuerdo con esto. Dios tiene que traer el fruto. Nuestra parte es la de sembrar la semilla. La responsabilidad del grupo celular es la de alcanzar a otros sistemáticamente, tanto como grupo como individualmente. ¡Tal vez la célula hija vea mucho más fruto que la célula madre! Pero si la célula madre no está evangelizando activamente, los nuevos discípulos que guiarán al nuevo equipo de liderazgo no sabrán qué hacer. Si el líder de la célula madre sólo puebla la célula con las personas que ya están en la reunión más grande (celebración), la célula se reproducirá según su especie que crece sólo hacía dentro.

También es cierto que los discípulos se forman a medida que ejercitan sus músculos en el desarrollo de las relaciones con no cristianos, sirviendo en la comunidad, orando por amigos no cristianos, aportando ideas para alcanzar a otros a través de la célula, e invitando a las personas a los grupos celulares. Si creemos que el objetivo de la célula es hacer discípulos que hagan discípulos, es importante que los discípulos potenciales hayan estado usando sus músculos evangelísticos para alcanzar y ganar a nuevas personas.

Señal #4: ¿Han Sido Formados Nuevos Discipulos?

Si nadie en el grupo está siendo formando para dirigir el próximo grupo, la multiplicación no tendrá lugar. Es posible imaginar e incluso fijar las metas para la multiplicación celular, pero si un potencial nuevo hacedor de discípulos no se está moviendo a través del canal del parto, la multiplicación no tendrá lugar.

Miembro Celular en Pleno Funcionamiento

El primer paso es que los líderes de célula observen a los miembros de la célula, prestando especial atención en el desarrollo de su carácter. Los que van a formar parte de un nuevo equipo de liderazgo deben ser FAST (rápidos): Fieles, A (disponibles),- Siervos de corazón, y T (enseñables). ¿Han demostrado estas características dentro de la célula? ¿Asisten sistemáticamente? ¿Llegan a tiempo? ¿Están dispuestos a orar, dirigir la adoración, dirigir el rompehielos, o facilitar la lección celular?

La Biblia es clara en que un discípulo en crecimiento necesita tener un buen testimonio frente a los de afuera (1 Timoteo 3:7). Usted no querrá levantar a alguien que más tarde va a hablar mal de la Iglesia. Creo que es también esencial que los miembros del equipo caminen en un cierto grado de santidad (Hebreos 12:14). No me estoy refiriendo a la perfección, porque eso no va a ocurrir de este lado del cielo. Me refiero a ser libre de pecados mayores como la fornicación, la pornografía, y así sucesivamente.

En segundo lugar, ¿Ha sido en realidad probada la persona que dirigirá la reunión celular? Un nuevo discípulo no estará listo para dirigir el nuevo grupo a menos que él haya participado plenamente en el grupo madre—incluyendo dar la lección en más de una ocasión.

Equipamiento del Discipulado Completado

Vamos a aprender en el capítulo 8 que los futuros discípulos deben completar el equipamiento del discipulado, en el que se enseña sobre la doctrina, la disciplina espiritual, la evangelización y el desarrollo del liderazgo. Los miembros del grupo, por ejemplo, van a aprender en el grupo cómo evangelizar, pero en el equipamiento de discipulado se les enseñarán los detalles de cómo compartir el Evangelio, preparar testimonios, e implementar las bases bíblicas para el evangelismo. El camino del equipamiento del discipulado está íntimamente ligado con el ministerio celular y fomenta el proceso de hacer discípulos que hagan discípulos que se traduce en la multiplicación celular. Las iglesias celulares utilizan diferentes términos para este equipamiento del discipulado tales como pista de entrenamiento o escuela de líderes.

El equipamiento del discipulado lleva al nuevo creyente del punto A al punto B. Todos en la iglesia deben cursarlo. El equipamiento es específico, y el proceso produce discípulos que hacen otros discípulos a través de nuevos grupos celulares. El equipamiento de la iglesia celular incluye la claridad y la “capacidad para hacer”. Existe definitivamente un principio y un fin y una nueva persona que entra en la iglesia puede entender fácilmente lo que se necesita para ir del punto A al punto B.

Así que mientras los nuevos discípulos son formados dentro de la célula, también están siendo moldeados por el equipamiento del discipulado que tiene lugar fuera del grupo celular. Este es un empuje que ayuda a las iglesias celulares a destacarse en el proceso de hacer-discípulos.

Verificación del Carácter

Aunque una persona haya completado el equipamiento del discipulado, haya participado en el grupo celular fielmente, y sea considerado FAST (rápido) Fiel, A (disponible), Siervo de corazón, y T (enseñable), esto no significa que el nuevo discípulo está listo para dirigir un grupo—o incluso formar parte de un equipo de discipulado. Es posible que haya defectos de carácter ocultos que pudieran obstaculizar su involucramiento en el liderazgo y en última instancia causar problemas en el futuro. Es por esto que es importante que el liderazgo de nivel superior apruebe al nuevo candidato antes de que él o ella sea colocado en un nuevo equipo de liderazgo

La Iglesia Amor viviente, en Tegucigalpa, Honduras, es un gran ejemplo de la ventaja de requerir una verificación de carácter de los candidatos a un nuevo equipo de liderazgo de la célula. La Iglesia Amor viviente exige que el pastor entreviste a cada nuevo líder potencial de equipo. Se hacen una serie de preguntas acerca de la vida devocional de la persona, de su matrimonio, del tiempo disponible que tienen para la iglesia, y de sus actitudes personales. Cuando observé por primera vez este proceso, pensé que era demasiado restrictivo y consumidor de tiempo, pero con los años he visto la importancia de este control de calidad. Ayuda a asegurar (no garantizar) que el líder se mantendrá fuerte bajo presión y que el grupo celular tendrá una mejor oportunidad de sobrevivir. Y me dijeron que sólo uno de cada diez grupos celulares fracasa en la Iglesia Amor Viviente.

Señal #5: ¿Está el Equipo de Liderazgo en su Lugar?

Estoy cada vez más convencido que una célula no debe multiplicarse hasta que un equipo de discípulos esté en su puesto y listo para dirigir al nuevo grupo. Esto significa que los que empiezan una nueva célula han participado plenamente en la célula madre y han pasado por el proceso de equipamiento.

La Norm a Bíblica

Una pluralidad de líderes guió a la iglesia primitiva en las casas. Pablo, por ejemplo, dijo a los líderes de la iglesia de Éfeso que el Espíritu Santo los había hecho “supervisores u obispos” del rebaño (Hechos 20:28). Al escribir a la iglesia de Filipos, Pablo saludó a la congregación y por separado a los “supervisores u obispos” (Filipenses 1:1). Cuando le escribió a Tito, Pablo dirigió el nombramiento de ancianos, a los que también identificaba con las funciones de “supervisor u obispo” (Tito 1:5-7). Ya sea que sean designados como un “cuerpo de ancianos” (1 Timoteo 4:14) o simplemente como “ancianos”, esta forma de liderazgo fue siempre ejercido por un grupo de personas más que por un solo individuo (Hechos 20:17; 1 Timoteo 5:17; Tito 1:5; Santiago 5:14; 1 Pedro 5:1-4). Michael Green habla sobre el liderazgo de la iglesia primitiva:

El liderazgo siempre fue plural: la palabra “presbítero” de la que se deriva “sacerdote” se utiliza regularmente en plural para describir el ministerio cristiano en el Nuevo Testamento. Ellos eran un equipo de liderazgo, que se apoyaban y se animaban los unos a los otros, y sin duda también sobre llevando mutuamente sus deficiencias. Este liderazgo de equipo es muy evidente en los viajes misioneros del Nuevo Testamento, y Hechos 13 es particularmente interesante. Esto indica no sólo un liderazgo plural en Antioquía, que constaba de cinco miembros, sino de diversos tipos de liderazgo: algunos eran “profetas” que se apoyaban en los dones del Espíritu, mientras que otros eran “maestros” que se apoyaban en el estudio de las Escrituras.[iii]

Incluso los primeros apóstoles operaban como un equipo. Mientras guiaban a la iglesia de Jerusalén, compartían el liderazgo de la congregación con un grupo de ancianos (Hechos 15:4; 6; 22), que permanecieron mucho tiempo después de que los apóstoles se fueran (Hechos 21:18). Los escritores del Nuevo Testamento evitaron la idea de uno, de un solo líder. La norma para la iglesia primitiva era tener un equipo de pastores en vez de sólo uno. Además de ancianos, dos iglesias mencionan tener diáconos (Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:8; 12). Cualesquiera que hayan sido sus funciones, sus servicios también eran prestados sobre la base de un liderazgo compartido, ya que siempre se mencionan en plural.

Me resulta mucho más liberador decirles a los futuros hacedores de discípulos que ellos no van a dirigir el grupo de forma individual, sino que van a funcionar en equipo. Los hacedores de discípulos potenciales se sienten más seguros cuando saben que no tendrán que hacer todo ellos mismos. Los nuevos grupos son también mucho más saludables cuando son dirigidos por un equipo de liderazgo. Pero, ¿cómo hacemos para que esto sea práctico?

Una Persona a Cargo

Incluso con el énfasis de la pluralidad del liderazgo del Nuevo Testamento, hay indicaciones en el Nuevo Testamento que una persona encargada dirigía a los equipos de la iglesia en la casa (por ejemplo, 1 Timoteo 5:17). He supervisado a iglesias que no tienen a una persona a cargo debido a sus convicciones bíblicas acerca de la igualdad dentro del ministerio en equipo. Aunque me gustó su espíritu de equipo, descubrí que cuando no hay nadie a cargo, es común que nadie asuma la responsabilidad, lo que conduce a la falta de claridad y dirección.

Yo creo que lo mejor es tener a una persona que dirija el equipo de discipulado, aunque es esencial que la persona a cargo dirija el equipo con una actitud de servicio. La Escritura es clara cuando dice que los que están a cargo tienen que dirigir en humildad, en lugar de un espíritu dominante y controlador. Jesús dijo que el más grande en el liderazgo sería el servidor de todos (Mateo 20:25-28; Juan 13:13-17).

Ext iende el Equipo

Con demasiada frecuencia en el ministerio de grupos pequeños, hemos enfatizado en una o dos personas a quienes nosotros llamamos líderes. Pero ¿por qué limitar el equipo a dos personas? ¿Por qué no tener un equipo de tres personas, como Jesús, o cuatro o cinco, como el apóstol Pablo? No sólo se pueden distribuir las responsabilidades de los grupos pequeños de manera más amplia en un equipo más grande, sino que hay más posibilidad de multiplicación.

Me parece que cuando usamos el término asistente de-líder o líder asistente, nos estamos limitando a tener miembros adicionales en el equipo. ¿Por qué no utilizar el término líder del equipo o miembro del equipo y añadir poco a poco nuevos potenciales hacedores de discípulos al equipo?

Con más personas en el equipo de discipulado, más personas realmente asistirán fielmente cada semana (asumiendo que los miembros del equipo estarán siempre allí), y más personas pueden ayudar con las funciones dentro del grupo (por ejemplo, con el refrigerio, la adoración, la oración, la lección, con la evangelización, y así sucesivamente).

Enfócate en los Dones de Cada Miembro del Equipo

Las funciones del equipo de liderazgo deben ser distribuidas de acuerdo a los dones de cada miembro. Si Juan tiene el don de la evangelización, él debe ser el responsable de dirigir las actividades de asistencia y alcance del grupo pequeño. Si Nancy tiene el don de la misericordia, ella podría ayudar con la visita de un miembro hospitalizado u organizar la visita. Si José tiene el don de la enseñanza, él podría alternar con alguien más en la enseñanza del grupo pequeño o en conducir a un miembro en el equipamiento del discipulado aprobado por la iglesia. Si Juana tiene el don del apostolado, ella debería estar encabezando la siguiente multiplicación. Si Andrés tiene el don de la administración, él podría estar a cargo de la distribución de las responsabilidades del grupo pequeño —quién traerá el refrigerio, conducirá la adoración, la oración, la lección, y así sucesivamente.

La Comunica ción como un Equipo

Una vez que hayas establecido quién estará en el equipo, es fundamental hacer hincapié en el amor y la servidumbre. Es importante establecer la regla de que los miembros del equipo deben hablar directamente con los otros miembros del equipo, en lugar de hacerlo a través de chismes, sobre todo para evitar la sutil trampa de chismear dis que para orar por fulano de tal. La honestidad absoluta y la voluntad de caminar a través de los conflictos— y en realidad crecer a través de ellos —son rasgos importantes que hacen o deshacen un eficaz ministerio en equipo. Recuerde que incluso el gran apóstol Pablo experimentó problemas con su equipo (Hechos 15:1-4), y con el miembro del equipo llamado Bernabé (Hechos 15:36-41). La voluntad de Pablo de caminar a través de estos conflictos con honestidad y a hacer frente a estos problemas directamente tuvo como resultado la continuación de su gran ministerio. El ministerio en equipo puede ser intenso, y por lo tanto, es esencial mantenernos sin resentimientos, permitir que el amor cubra una multitud de pecados, y en especial desarrollar la amistad entre los miembros del equipo. De hecho, la amistad es el pegamento que mantiene al equipo a través del tiempo.

¿Cómo puedes hacer esto? Recomiendo hablar por teléfono, mandar mensajes de texto, correos electrónicos, hablar en la iglesia, y llegar a conocerse personalmente los unos a los otros. ¿Con qué frecuencia? Cuanto más, mejor, pero yo diría que el equipo debe reunirse por lo menos una vez al mes para tener compañerismo y para planificar.

¿Qué debes cubrir en la reunión del grupo? En primer lugar, es un tiempo para orar los unos por los otros y por el grupo pequeño. En segundo lugar, llegar a conocer a cada miembro del grupo pequeño. ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Necesita Juan una reunión personal? ¿Necesita Juana tener una mayor responsabilidad en el grupo? ¿Quién en el grupo celular necesita ser animado para cursar el equipamiento del discipulado de la iglesia? En tercer lugar, asigna responsabilidades para la reunión del grupo pequeño.

Multiplicando Discípulos

Tal como se mencionó en la introducción, Mario Vega cree que las células saludables se multiplican. Antes de que Mario se convirtiera en pastor general de Iglesia Elim en San Salvador, muchos líderes iniciaban y dirigían más de una célula durante el año para cumplir con la meta de la iglesia (a menudo bajo presión). Cuando Mario Vega asumió el liderazgo de Elim en San Salvador, él comenzó a fomentar una visión más saludable de la multiplicación, una que se basaba en hacer discípulos en lugar de iniciar nuevos grupos. De hecho, él dejó de contar los grupos que no tenían su propio líder, porque sentía que esos grupos estaban alterando las estadísticas de Elim, pero no cumpliendo la meta de hacer discípulos que hicieran discípulos.

En lugar de crear nuevos grupos, tenemos que hacer énfasis en hacer discípulos. Abe Huber es el fundador y pastor de un movimiento brasileño de iglesia celular que ha crecido a casi diez mil grupos celulares. Él escribe:

  • A partir de mi experiencia puedo decir que la clave para tener grandiosas células es tener un grandioso discipulado.
  • La gran pregunta es: “¿Cómo podemos garantizar que todos serán atendidos y verdaderamente discipulados?” Para iniciar un proceso de discipulado en tu iglesia, tienes que tomar la iniciativa y ser un ejemplo. En primer lugar, tu como pastor necesitas tener un mentor / discipulador a quien tu le rindas cuenta de tu vida espiritual. Me refiero a alguien que orará contigo y te dará consejos. Esta persona deberá ser alguien que admiras, quien también es respetado por su congregación, y quien te da cobertura espiritual.
  • Una vez que tienes a un discipulador, siempre resulta mucho más fácil animar a toda la iglesia a querer ser discipulada. A continuación, debes comenzar discipulando a algunos de tus hombres clave, uno por uno. Pasa tiempo de calidad con ellos, ayudándoles en su relación con el Señor, y en su relación con su familia.
  • También es muy importante que tus discípulos principales se conviertan en líderes y supervisores de tus células. Tu tiempo de discipulado con ellos incluirá tu mentoreo sobre la manera de dirigir efectivamente, multiplicar y supervisar sus células.
  • Tú y tus discípulos tiene que recordar esto: Nuestra prioridad no es multiplicar las células. Más bien, la multiplicación celular es la consecuencia natural de hacer discípulos de manera eficaz. Nuestra prioridad es hacer “discípulos que hagan discípulos”. Como líderes debemos estar reproduciendo nuevos líderes. Si tus discípulos son líderes de células, y si están siendo efectivos en su discipulado, ¡ellos definitivamente estarán reproduciendo nuevos líderes de células!
  • Con amor, tengo que recordarte, por lo tanto, que sólo se puede reproducir en otros lo que primeramente se ha producido en ti. Sólo se puede dar a luz a nuevos líderes, si permites humildemente que alguien hable a tu vida y permites que los “dolores de parto” de Cristo sean formado en ti. Sólo serás un buen discipulador, si primero te conviertes en un buen discípulo. Es por eso que es tan importante que modeles el discipulado. Tus principales líderes y miembros de la iglesia también querrán ser discipulados y mentoreados al ver lo mucho que valoras a tu discipulador y recibes de él.
  • ¡Creo que esto es sólo el comienzo de una revolución de discipulado que te transformará a ti y a tus ministerios! [iv]

El enfoque de hacer discípulos a través del ministerio celular sigue siendo cierto en todas las culturas y fronteras. En algunos lugares, como España, multiplicar nuevos discípulos podría tomar un largo, largo tiempo. En otros lugares, como Brasil, la multiplicación de grupos y discípulos puede ocurrir rápidamente a causa de la receptividad. Si bien la frecuencia de la multiplicación difiere, el proceso es el mismo.

Vislumbrando Nuevos Grupos

¿Debería cada líder fijar una meta para un nuevo grupo celular? En mis primeros días de investigación celular y de ministerio, yo habría dicho: “Sí, todas las células necesitan establecer metas de multiplicación”. No importaba si la célula tenía alguna idea de si podría multiplicarse, pero me parecía que era mejor para la célula establecer una meta para la multiplicación. Parte de la razón era mi primera investigación que mostraba que los grupos celulares que en realidad tenían metas para la multiplicación se multiplicaban más rápido que aquellos que no tenían una meta.

Pero, ¿significa esto que el líder de la célula desde el primer día de la célula debe decir “Vamos a multiplicarnos en tal y tal fecha”? Hablar de multiplicación antes que la célula haya formado un sentido de comunidad puede hacer más daño que bien. En primer lugar, puede obstaculizar la formación de la comunidad. Las personas inmediatamente pensarán que estarán diciendo adiós muy pronto y no se tomarán el tiempo para establecer relaciones cercanas. Algunos ni siquiera podrían comprometerse con el grupo por temor a una rápida partida. En segundo lugar, pone temor en algunas personas pensar que van a ser “líderes” antes de que hayan tenido una oportunidad natural para desarrollarse en la célula y trabajar a través del componente de equipamiento del discipulado que forma parte del proceso de discipulado.

Creo que es mucho mejor para el equipo de liderazgo trabajar detrás de cámaras. Mientras los líderes crecen a través de la participación, ellos captarán el propósito de salir y ser parte de un equipo de discipulado. También sabemos que el equipamiento de discipulado es un componente crucial en el proceso de discipulado, por lo que es mejor para el líder del equipo invitar a todos los miembros a tomar el equipamiento del discipulado — ¡y no decirles inmediatamente que serán parte de un futuro equipo de multiplicación! En otras palabras, ellos van a entender mejor el liderazgo de equipo cuando estén atravesando por el equipamiento del discipulado y hayan tenido más tiempo para participar en la célula.

Le pregunté a un pastor de una iglesia celular cómo había llegado a ser tan exitoso con la multiplicación celular. Él me dijo: “Mi gente nace de nuevo en la célula y aprende a hablar el lenguaje de la multiplicación celular. Al igual que un bebé aprendiendo un nuevo idioma, ellos entienden que están llamados a ser discípulos y a formar nuevos grupos celulares. Ellos saben que su objetivo es alcanzar e infiltrarse en los nuevos vecindarios para Jesús”. Cuando una iglesia alcanza el punto de ver los nuevos nacimientos espirituales en el grupo celular y luego madurar a estas nuevas personas a través del proceso natural de discipulado celular, la célula se convierte en una poderosa herramienta en la mano de Dios para alcanzar a un mundo herido y moribundo.

NOTAS

[i] En 1998 mi primer libro best-seller, Home Cell Group Explosion (Explosión del Grupo Celular en la Casa), llegó al mercado. El libro mostró mi investigación sobre la explosiva multiplicación del grupo celular y el crecimiento de la iglesia que le seguía. Enseñé mucho sobre cómo las células se multiplicaban, pero no mucho acerca de la salud celular y sobre hacer discípulos a través del ministerio celular.

[ii] Robert y Julia Banks, The Church Comes Home: A New Base for Community and Mission (La Iglesia Viene a la Casa: Un Nuevo Fundamento para la Comunidad y la Misión) (Australia: Libros Albatross, 1986), p. 39.

[iii] Michael Green, Evangelism in the Early Church (Evangelismo en la Iglesia Primitiva) (Grand Rapids, MI: Eermans, 2003), Edición Kindle, p. 25.

[iv] Abe escribió esta serie de blogs en www.joelcomiskeygroup.com/blog_2 en enero 2013.