Descansar Restaura Nuestra Energía

Por Joel Comiskey, Viviendo en Victoria, 2022

Recuerdo la ubicación exacta en Quito, Ecuador, donde le dije a Dios: “Señor, tengo tanto que hacer por ti esta semana que no voy a tomar mi día libre programado”. ¿Eso está bien? Esperaba que Dios estuviera impresionado con todo lo que tenía que hacer por Él como misionero y que me daría luz verde para evitar tomarme el día libre. Más bien, sentí una amonestación gentil y amorosa:
“Joel, estoy más preocupado por ti y tu descanso que de todo lo que puedes hacer por mí”.

Ese día, Dios me estaba invitando a la disciplina del descanso. Dios me estaba pidiendo pasar tiempo con Él, renovar mi mente y mi cuerpo, y alejarme de la rutina diaria para amarlo y buscar su rostro.

Y algo muy interesante sucedió como resultado de esa experiencia. Comencé a darme cuenta de que a medida que me tomaba fielmente un día libre, hacía más y mejor trabajo el resto de la semana. Después de mi día libre, me sentía descansado y renovado para enfrentar los desafíos con mucho más vigor y efectividad. Cuando trataba de realizar siete días de trabajo, pasaba esos días con muy poca energía y lograba poco. Lejos de ser un obstáculo, descubrí que tomarme un día libre me ayudaba a vivir victoriosamente cada día de la semana.

Peter Scazzero admite en su libro, La iglesia emocionalmente saludable (The Emotionally Healthy Church), que su propia iglesia se había vuelto tóxica en su búsqueda de crecimiento y éxito. Se dio cuenta de que la iglesia estaba priorizando la producción sobre el descanso y los números sobre el discipulado. Sí, tuvieron un crecimiento en números, pero el pecado y la lucha acompañaron esos números y como resultado la iglesia sufrió.

Afortunadamente, Scazzero giró a la iglesia en una nueva dirección y comenzó a priorizar la vida saludable de los miembros. Entre otros principios espirituales, Scazzero requería que los líderes de la iglesia se tomaran un día de descanso. Modelaron la prioridad del descanso para el resto de la iglesia, y la iglesia como resultado se volvió mucho más sana y productiva.

Las personas deben darse cuenta de que tendrán mucho mejor salud y victoria si simplemente dedican un día por semana a recargar sus mentes y cuerpos. De hecho, sin descanso, vacilamos, tropezamos y perdemos eficacia. El descanso, por otro lado, trae una productividad renovada, una mente más aguda y una mejor actitud. Tomar un día libre es ventajoso para todos los involucrados.

Dios sabe que los humanos cansados e intranquilos causan estrés y angustia a los demás y, en última instancia, se logra mucho menos. Él nos invita a descansar no solo por nuestro propio bien sino también para ser más eficaces en nuestras vidas y ministerios. Algunos recapacitan de la manera difícil.

Dios nunca ha prometido implícitamente la fuerza para que el ser humano trabaje sin descansar al menos un día por semana. Pero la buena noticia es que nuestra energía puede ser restaurada, renovada y luego reutilizada, si estamos dispuestos a descansar y recargarnos.