La gracia de Dios nos ayuda a vivir vidas saludables

Por Joel Comiskey, Viviendo en Victoria, 2022

“Si quieres algo que cuente en tu vida, ayuda encontrar una manera de contarlo”.  Esta cita de sentido común se aplica a los deportes, los negocios o las metas de vida personales. También se aplica a la buena salud. Ha sido muy útil para medir mi sueño, ejercicio y alimentación cada semana. Me va mejor al momento de cumplir mis objetivos si los estoy midiendo. Cada día, escribo la cantidad de pasos que he tomado, las horas que he dormido y si comí alimentos saludables (si deseas ver cómo mido mi propio progreso, consulta el Apéndice).

El progreso medible en el logro y mantenimiento de objetivos personales con respecto a la alimentación, el ejercicio y el sueño es esencial. Es poco probable que una persona logre y mantenga la cantidad requerida de sueño, ejercicio y una dieta adecuada para un estilo de vida saludable sin alguna forma medible de responsabilidad para que pueda ver su progreso y hacer ajustes. Todas las medidas deben hacerse bajo gracia, no legalismo, con la comprensión de que un estilo de vida saludable es beneficioso para la vida victoriosa. Solo la cruz de Jesús nos hace íntegros, no el comer sano, hacer ejercicio adecuado o dormir lo suficiente. Su gracia debe cubrir todos nuestros esfuerzos, o terminaremos volviéndonos farisaicos y criticones

Todas las personas son creadas a imagen de Dios y son valiosas para el Creador. Los creyentes en Cristo han sido redimidos por la sangre de Jesucristo, y nuestras vidas le pertenecen. Por esta razón, debemos honrar a Dios en todos los aspectos de nuestras vidas, y esto incluye cuidar nuestros cuerpos.

Los aspectos espirituales y emocionales de la vida son esenciales, pero el aspecto físico es crítico y a menudo se pasa por alto en la búsqueda de un estilo de vida victorioso. El ejercicio regular, el sueño y una dieta saludable optimizan la salud y nos ayudan a vivir una vida más fructífera. El descanso es esencial para la vida victoriosa, también lo es la nutrición adecuada, el ejercicio y dormir lo suficiente.

Y la buena noticia es que pronto seremos cambiados y se nos darán nuevos cuerpos celestiales. Pablo nos da una idea de esto cuando dice: “Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: ‘La muerte ha sido devorada por la victoria’” (1 Corintios 15: 51-54).