Capítulo 1: Los Fundamentos Teológicos del Ministerio Basado en las Células

Disertación de Joel Comiskey

El ministerio de los grupos celulares está íntimamente relacionado con la teología de la iglesia. Para poder entender el ministerio basado en las células creo que es esencial comprender qué es la iglesia y lo que hace. A lo largo de este capítulo me enfocaré en la doctrina de la eclesiología con referencia específica a su relación con el ministerio basado en las células.

La Iglesia: Qué Es

Jesús nos dijo que Él edificaría Su iglesia (Mat. 16:18). A través de los siglos Cristo ha estado cumpliendo esa promesa. Para definir la iglesia de Cristo estaré citando la Escritura y de varias definiciones históricas de la iglesia. Mi propósito es entender mejor el papel del ministerio celular en lo que se refiere a la iglesia. La enseñanza fundamental con respecto a la iglesia proviene de la inspirada Palabra de Dios. Es a partir de esta fuente que debe juzgarse cualquier otra definición.

Descripción a Partir del Texto Bíblico

Para entender la iglesia del Nuevo Testamento uno debe examinar primero el trasfondo Hebreo. Hay dos palabras Hebreas significativas que son de utilidad: qahal y edah. La palabra edah se usa regularmente para referirse a la congregación reunida de Israel como un todo (Coenen 1975:294-295). Sin embargo, es la palabra qahal la que sirve como base para el concepto Novo Testamentario de la iglesia. La palabra qahal se refiere a la reunión de una asamblea lo mismo que al hecho de convocarla y reunirla. Millard Erickson ayuda a clarificar este significado cuando dice,

No es tanto una especificación de los miembros de la asamblea, sino más bien una designación del suceso de reunirse en asamblea. Algunas veces se le asocia un significado religioso a la palabra (e.g., Deut. 9:10; 10:4; 23:1-3). El término también puede denotar una asamblea más general del pueblo… las mujeres (Jer. 44:15), e incluso los niños (Esdras 10:1; Neh. 8:2) están incluidos. El término también se usa del acto de reunir tropas, y en Ezequiel se refiere a naciones distintas a Israel (1984:1031).

De manera que, el concepto clave es el de asamblea. Sin embargo, hay una diferencia distintiva entre la asamblea que se representa por edah y la asamblea que se representa por qahal. Según Lothar Coenen, a diferencia de la palabra edah, que es el término común para la asamblea de la comunidad ceremonial como un todo, la palabra qahal es la expresión de la asamblea que resulta de un pacto (1975:295). Esto puede verse por la manera como la Septuaginta traduce estas dos palabras Hebreas.

La palabra ecclesia, que es la palabra común para iglesia en el Nuevo Testamento, se usa solamente para traducir qahal y no edah. Es este concepto del pueblo pactado y reunido de Dios el que qahal representa en el Antiguo Testamento. Y es este significado el que sirve como base para la palabra ecclesia en el Nuevo Testamento. David Watson provee una información adicional sobre el trasfondo sobre las implicaciones de la palabra ecclesia en el Nuevo Testamento al enfatizar que era una comunidad “llamada fuera” (santidad), una comunidad “llamada para” (el propósito de Dios), una comunidad “llamada junta” (unidad), y una comunidad “llamada hacia” (herencia futura) (1978:67-74).

Se hace referencia al pueblo reunido y pactado en el Nuevo Testamento, que se representa por ecclesia, en una variedad de circunstancias. Por ejemplo, Pablo, Juan y Lucas usan el término para referirse a los creyentes reunidos en una ciudad específica (1 Co. 1:2; Apoc. 1-3; Hch. 5:11). La palabra también se usa comúnmente para referirse a todos los creyentes en una ciudad dada (Hch. 8:1; 13:1). Más específicamente, en lo que corresponde a esta disertación, la palabra se usa para designar iglesias que se reúnen en hogares particulares (Rom. 16::5; 1 Co. 16:19; Col. 4:15).

Las Imágenes Bíblicas de la Iglesia

El texto Bíblico es rico en una variedad de imágenes que ayudan a clarificar la teología de la iglesia y su relación con el ministerio celular. Vale la pena notar unas pocas de estas imágenes.

El Pueblo de Dios

La iglesia está conformada de personas que han sido escogidas por Dios (2 Cor. 6:16). Este concepto del Nuevo Testamento tiene profundas raíces en el Antiguo Testamento. Israel, el instrumento escogido de Dios, a menudo era descrito como el pueblo de Dios (Erickson 1984:1033). El tema o motivo del pueblo de Dios es especialmente relevante para la iglesia basada en células. Thomas Goslin declara con razón, “Cuando los fundadores de la iglesia primitiva hablaban de iglesias, ecclesias, se estaban refiriendo a comunidades de creyentes reunidos, no a edificios” (1984:2).

Elmer Towns afirma, “En la iglesia primitiva es claro que los ‘edificios que llamamos iglesias’ no existieron como tales sino hasta el segundo o tercer siglo” (1983:257-258). Según Donald McGavran, los arqueólogos no encontraron restos de edificios de iglesias anteriores al año 150 d.C. (citado en Goslin 1984:ii).

Esto no es decir que los primeros creyentes no se reunieran en el templo (Hch. 2:46; 5:20, 25, 42) y en el pórtico del templo (Hch. 5:12). Sin embargo, aún antes que la persecución hiciera que los eventos frecuentes de celebración llegaran a ser imposibles, la iglesia primitiva creció en su auto-entendimiento del pueblo de Dios mientras se juntaban en las reuniones hogareñas (Hch. 2:46; 5:42).

La iglesia como el pueblo de Dios se halla en directo contraste a la visión de muchos de que la iglesia es principalmente una institución. La Biblia más bien presenta un cuadro diferente. Es vista como la familia espiritual viviente del pueblo de Dios. Howard Snyder subraya este punto al decir, “El poder de ver la iglesia como la comunidad del pueblo de Dios ha estado desafiando y minando los modelos atrincherados de la iglesia como una institución religiosa dedicada a una especie de trabajo técnico espiritual…” (1983:15).

El Cuerpo de Cristo

La iglesia también es descrita como el Cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:27). Cristo es visto como la cabeza de Su cuerpo (1 Cor. 1:18; 2:9-10). Él ha escogido a los miembros de Su cuerpo y cada parte es de igual importancia (1 Cor. 12:12-26). Así como en el cuerpo humano hay muchas partes diferentes con varias funciones, así también sucede en el cuerpo de Cristo. Sin embargo, las diferencias no afectan el hecho de que existe una unidad fundamental (Morris 1958:173). De hecho, Ladd cree que el énfasis principal de la metáfora del cuerpo de Cristo es la unidad de todos los creyentes (1974:545).

En todos los tres pasajes importantes (Efe. 4; Rom. 12; 1 Cor. 12-14) en los que Pablo habla acerca del cuerpo de Cristo, define el papel de cada miembro por sus dones correspondientes. De hecho, cuando Pablo habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo, la implicación es que los creyentes ejercitaban sus dones espirituales. Tenían la oportunidad de interactuar entre ellos. Robert Banks nos recuerda, “Debido a que Dios le dio a cada individuo en la comunidad alguna contribución para su bienestar, existe una fuerte tendencia democrática. Todos participan de manera autoritativa en sus actividades” (1994:148).

¿Cómo participaban todos y cada uno de ellos? Junto con la celebración unida (Hch. 2:46a), leemos que también partían el pan en sus casas y comían juntos con alegría y sencillez de corazón (2:46b). Pablo le enseñaba a la gente, no solo públicamente, sino también de casa en casa (Hch. 20:20). Es con esta íntima atmósfera en mente que Pablo podía decir, “ Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina…” (1 Cor. 14:26).

Creo que la atmósfera más liberadora para el ejercicio de los dones espirituales es en el seno de la comunidad de un grupo pequeño. Carl George nos recuerda que, “Debido al contexto íntimo, y que invita a la responsabilidad mutua de un grupo basado en la afinidad, los participantes aceptarán con facilidad el llamado de Dios que acompaña al descubrimiento de sus dones” (1993:136). Siguiendo esta misma línea, Ralph Neighbour afirma, “Reconociendo que no puede haber una participación total de cada miembro cuando las reuniones están únicamente conformadas de grupos grandes e impersonales, el pueblo de Dios se movía de casa en casa en grupos pequeños” (1990:41).

El motivo o tema del cuerpo de Cristo también demanda no solamente que ejercitemos nuestros dones, sino que también reconozcamos las otras partes del cuerpo, y que seamos sensibles para cubrir sus necesidades. Es este sentido íntimo de comunidad en el cuerpo de Cristo que el movimiento celular de hoy ha recobrado (Snyder 1975:143-148).

La Familia de Dios

La iglesia como pueblo de Dios es algo que está íntimamente vinculado al entendimiento de que la iglesia es la familia de Dios (Efe. 2:14-15). Dios es nuestro Padre Celestial y nosotros somos el pueblo escogido de Dios, adoptados en Su familia, la iglesia. Banks sostiene que la metáfora Paulina de la familia, “… debe ser considerada como el uso metafórico más significativo de todos” (1994:49). Debiésemos vernos los unos a los otros principalmente como miembros de la familia de Dios. Hemos sido adoptados en Su familia celestial, y por lo tanto podemos llamarnos honestamente unos a otros “hermanos y hermanas.” El grupo celular hogareño pone de relieve esta verdad por el simple hecho de reunirse en los hogares. J. Goetzmann confirma esta realidad cuando dice,

De hecho, lo que pudiera entenderse por la idea de la familia de Dios llegó a existir en la primitiva comunidad Cristiana a través de las iglesias hogareñas. La familia como una comunidad… formaba la unidad más pequeña y la base de las congregaciones. Las iglesias hogareñas mencionadas en el N. T. (Hch. 11:14; 16:15, 31, 34; 18:8; 1 Cor. 1:16; Fil. 2; 1 Tim. 1:16; 4:19) sin duda que llegaron a existir por el uso de los hogares como lugares de reunión. El evangelio era predicado en ellos (Hch. 5:42; 20:20), y en ellos se celebraba la Cena del Señor (Hch. 2:46) (1975:250).

No hay nada como la atmósfera de un hogar para confirmar el hecho de que somos en verdad la familia de Dios. Las decoraciones en las paredes, la disposición del amueblado, y el olor de la comida, todo le añade el sabor de la vida en familia. Como resultado los miembros de la célula normalmente llegan a estar más animados los unos con los otros más rápidamente en el hogar que durante una reunión similar en la iglesia.

Las Señales de la Iglesia

La iglesia ha sido tradicionalmente definida como una Iglesia única, santa, católica (universal) y apostólica. Aunque sin dejar de lado las cuatro señales credales tradicionales de la iglesia, los Reformadores enfatizaban la importancia de la predicación Bíblica y los sacramentos administrados apropiadamente (nota 1). A través de la predicación de la Palabra los Reformadores esperaban traer a la iglesia de regreso a su pureza (Van Engen 1981:91). Los evangélicos en general han adoptado las señales presentadas por la Reforma para identificar la presencia de la verdadera iglesia. Donald McGavran y Arthur Glasser escriben,

Los evangélicos también tienen una elevada doctrina de la iglesia. Sin embargo, no limitarán la iglesia a la Iglesia de Roma. Por ejemplo, la Confesión de Fe de Dordrecht dice que la iglesia consiste de aquellos que se han arrepentido verdaderamente y que han creído correctamente; quienes son bautizados de la manera correcta, están unidos a Dios en el cielo, e incorporados a la comunión de los santos en la tierra (1983:186-187).

Igual que los Reformadores los evangélicos señalan hacia la pureza de la iglesia de Cristo. No obstante, ha habido un creciente interés en que la definición de la iglesia por parte de los Reformadores daba poca atención al rol misionero de la iglesia. Este tema misionero ha sido reconocido cada vez más como una señal vital de la iglesia de Jesucristo. Charles Van Engen escribe, “… cuando una congregación local entiende que es, por naturaleza, una constelación de actividades de misión, y vive intencionalmente su vida como un cuerpo misionero, entonces comienza a emerger hacia el llegar a ser la auténtica Iglesia de Jesucristo” (1993:70). Jurgen Moltman añade, “… la misión no proviene de la iglesia; es a partir de la misión y a la luz de la misión que la iglesia ha de ser entendida” (1993:10).

Los Grupos Celulares y las Señales de la Iglesia

¿Puede el grupo celular, en sí mismo, ser considerado como la iglesia de Jesucristo? Los proponentes del modelo celular plantean que la verdadera iglesia se lleva a cabo en la célula (Beckham 1995:28). Es verdad que en algunos grupos celulares se predica la Palabra de Dios y que los sacramentos son administrados. Sin embargo, parece que ese no es el caso en la mayor parte de los grupos celulares. Por ejemplo, en ninguna de las iglesias celulares que tomé como base de mi investigación en Latinoamérica le permitían a sus líderes de células servir la Cena del Señor en el grupo celular y solamente en uno de los casos se le permitía a los líderes de célula bautizar a los miembros de la misma.

También es importante recordar que la mayor parte de los líderes de célula no son llamados ni equipados para ser pastores y maestros de tiempo completo. No se esperan que asuman la responsabilidad última por aquellos que están bajo su cuidado. Más bien funcionan más como “sub-pastores.” Como facilitador el líder de célula se enfoca más en guiar el proceso de comunicación, orar por los miembros de la célula, la visitación y alcanzar a los perdidos para Cristo.

Los Grupos Celulares Como Un Brazo de la Iglesia

Por lo tanto, probablemente sea mejor el ver el ministerio del grupo celular como un brazo de la verdadera iglesia, un instrumento en las manos de Dios para capacitar a los miembros a experimentar la plenitud de la iglesia de Cristo. No es asunto de escoger entre el tiempo de celebración en la iglesia o la célula en el hogar. Más bien, para todo creyente debiese ser una proposición del tipo que las incluye a ambas.

El ministerio basado en las células la permite a los creyentes experimentar la iglesia de Cristo de una manera más dinámica. En la iglesia celular no es suficiente con solo asistir al servicio de adoración del domingo por la mañana. Se espera que todos los miembros asistan a la célula y a la celebración. George Hunter hace eco de este pensamiento,

Muchas personas están involucradas en la congregación, y de este modo están involucrados en la vida de proclamación, sacramental y litúrgica, pero no en la célula; por lo tanto, nunca experimentan la mitad de lo que la “iglesia” tiene que ofrecer. Solo en las células redentoras de la iglesia llegamos en verdad a conocernos los unos a los otros, a apoyarnos los unos a los otros, a impulsarnos unos a otros, a fortalecernos unos a otros, a llorar unos con otros, a regocijarnos unos con otros, a tener responsabilidad mutua unos con otros, a identificar los dones unos a otros y a experimentar lo que significa “miembros los unos de los otros” (1996:48).

La Iglesia: Lo que Hace

Entender la iglesia de Jesucristo requiere no solamente que reflexionemos en su naturaleza sino también en sus funciones. En esta sección analizaré esto último, dando especial atención a como el ministerio celular amplifica y da realce a lo que la iglesia está llamada a hacer.

Compromiso con el Discipulado

Un análisis de Mateo 28:18-20 demuestra que de los cuatro verbos principales enumerados en Mateo 28:19-20, solamente el verbo “hacer discípulos” se usa como un mandamiento directo (Bosch 1983:228-233). Dado que el Señor le dejó a Su iglesia este mandamiento, un correcto entendimiento de él es esencial para que la iglesia funcione adecuadamente.

¿Qué significa hacer discípulos? Algunos han tendido a enfatizar el perfeccionamiento espiritual de los Cristianos ya existentes (Hull 1988:135-140), mientras que otros interpretan el mandamiento de Cristo en términos del evangelismo (McGavran 1980:123). En realidad, la iglesia está llamada a hacer ambas cosas simultáneamente. Una no debiese ser enfatizada a expensas de la otra.

El Énfasis Evangelístico del Discipulado

Cuando los discípulos recibieron el último mandamiento de Cristo había solamente un puñado de creyentes. Por lo tanto, es necesario interpretar el mandamiento de discipular a las naciones como un llamado al evangelismo. Sabemos que una parte importante del evangelismo en la iglesia primitiva se llevó a cabo a través de la iglesia hogareña. Hadaway S. Wright y DuBose escriben,

Otro asunto significativo con respecto al evangelismo en el Nuevo Testamento es que mucho de él – si no es que la mayor parte del tipo más perdurable – se llevaba a cabo en las iglesias hogareñas. Esto era verdad no simplemente porque los hogares más grandes fuesen capaces de ajustarse para cumplir esa función. También era verdad porque la proclamación se llevó a cabo como resultado del testimonio total de las funciones interrelacionadas de la vida de la iglesia en los hogares (1987:66).

Parece que la efectividad de este evangelismo se debía al estilo de vida de aquellos que se reunían en estos hogares lo mismo que por su agresivo alcance.

El Evangelismo como Estilo de Vida

Jesús declara en Juan 17:23, “ Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” De acuerdo a Jesús la iglesia ganará al mundo al demostrar su unidad y amor los unos por los otros. A medida que el mundo observa este tipo de amor y unidad práctica en acción, Cristo nos dice que serán ganados para Él. Varios veteranos del ministerio de los grupos pequeños se asocian para escribir,

Y ese es el propósito de todo esto – el cuidar de los unos por los otros, … para que el mundo sepa que Jesucristo es el Señor. Esa es la razón por la cual la iglesia existe, en primer lugar. La meta última del grupo pequeño es exponer a las personas que no conocen a Jesucristo a Su amor. Tenemos pequeños grupos para que el mundo pueda ver a Cristo hecho carne. Es nuestra manera de llevar a Cristo al mundo (Meir, Getz, Meir, Doran 1992:180).

Este evangelismo como “estilo de vida” en el grupo pequeño a menudo se lleva a cabo a través de la amistad. Frecuentemente un no Cristiano se muestra inseguro de entrar inmediatamente por las puertas de una iglesia. Es mucho más fácil participar primero en un grupo celular en la calidez de un hogar. Dale Galloway escribe, “Muchas personas que no asistirían a una iglesia debido a que les resulta demasiado amenazante, vendrán a una reunión hogareña” (1986:144). Más tarde estos mismos no Cristianos entrarán a la iglesia al lado de un amigo que hayan conocido en el grupo celular. Richard Peace escribe,

“… en un grupo pequeño exitoso, el amor, la aceptación y el compañerismo fluyen en una medida poco común. Esta es la situación ideal de la cual escuchar sobre el reino de Dios. En este contexto los “hechos del evangelio” se dan no como una fría proposición sino como verdades vivientes visibles en las vidas de otros. En tal atmósfera una persona es irresistiblemente atraída a Cristo por su presencia llena de gracia” (1996:36).

Evangelismo Pro-Activo

Aunque los no Cristianos sean atraídos por el estilo de vida de los miembros del grupo celular, el esfuerzo de alcance del grupo celular también debe ser planificado intencionalmente. Las Escrituras enseñan que el mundo está perdido y al filo de una eternidad sin Cristo (Jn. 3:36; 2 Tes. 1:7-9; 1:16; Judas 23). En la parábola del banquete de bodas el rey les dijo a sus siervos que “fueran a las esquinas de las calles y que invitaran al banquete a cualquiera que encontraran” (Mat. 22:9). Pablo se sentía obligado a predicar el evangelio (1 Cor. 9:16) a causa del amor de Cristo que le controlaba (2 Cor. 5:14). Otra compulsión interior para persuadir a las personas era el hecho de que todas las personas se encontrarían ante el trono de juicio de Cristo (2 Cor. 5:11). Era esta misma urgencia la que impulsaba a Pablo a decir en Romanos 10:14, “ ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Algunos han catalogado a este tipo de preocupación “evangelización de urgencia” (nota 2).

Para la mayoría de iglesias celulares, este “evangelismo urgente” o agresivo se ve gráficamente en la rápida multiplicación de los grupos celulares. El liderazgo pastoral anima a los líderes de célula a alcanzar a los no convertidos a través de la rápida multiplicación celular. En muchas de las iglesias celulares de más rápido crecimiento alrededor del mundo el tiempo que se requiere para que las células individuales se multipliquen es de seis meses (Neighbour 1992:32-35).

El evangelismo agresivo y pro-activo debe ser una parte vital del ministerio de los grupos celulares si la iglesia va a cumplir hoy la gran comisión. Muchas iglesias están encontrando que esto es verdad mientras se extienden a sus vecinos no Cristianos a través del ministerio de los grupos celulares.

El Énfasis de Perfeccionamiento del Discipulado

El mandamiento de Cristo de discipular a las naciones también involucra el “perfeccionamiento de los santos.” Cristo subraya este hecho al añadir las palabras, “… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mat. 28:20). Dios proveyó líderes dotados a la iglesia, “…a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efe. 4:12-13).

Es a través de la iglesia que se lleva a cabo el discipulado. Sin embargo, mucho de lo escrito con respecto al ministerio del discipulado proviene de las organizaciones paraeclesiásticas. George Peters comenta,

El discipulado uno-a-uno no es la norma del Nuevo Testamento… Pentecostés introdujo un nuevo método de hacer discípulos. La Iglesia de Jesucristo… nació el día de Pentecostés. A partir de entonces el “hacer discípulos” fue diferente. La maduración y el equipamiento de los Cristianos se lleva a cabo en el cuerpo de Cristo y en el templo de Dios tal y como se manifiesta en las congregaciones locales (1980:13, 14).

Como instrumento de la iglesia el ministerio de los grupos celulares puede jugar un papel importante en el proceso de discipulado por medio del cuidado de los convertidos, siendo una ayuda al proceso de santificación y proveyendo compañerismo para los creyentes.

El Cuidado de los Convertidos

El ministerio celular es una herramienta importante para el cuidado del individuo. No es poco común para las iglesias el nombrar sus grupos pequeños de diferentes maneras, “Grupos de Vinculación,” “Grupos de Cuidado Tierno y Cariñoso,” “Grupos de Pastoreo,” o “Grupos de Cuidado” (Logan 1989:125). Estos nombres reflejan el llamado indispensable de cuidarse los unos a los otros. Cuando las personas nuevas se vinculan con miembros que demuestran cuidado, es mucho más probable que continúen el proceso de discipulado. Es debido a la falta de cuidado que los nuevos creyentes en muchas iglesias “caen al lado del camino.”

Las iglesias celulares alrededor del mundo cuidan de sus nuevos convertidos por medio del ministerio celular. A menudo este cuidado se lleva a cabo primero, dirigiendo a los nuevos convertidos a un grupo celular según su locación, edad, y/o status civil; segundo, contactando al nuevo convertido inmediatamente a través de una visita de un miembro del grupo celular; y tercero, asignándole el nuevo convertido a alguien en el grupo quien le ayudará a establecerse en su caminar Cristiano (Neighbour 1992:26) (nota 3).

El Proceso de Santificación

Pablo nos dice que Dios en Su soberanía nos ha llamado “… para ser hechos conformes a la imagen de su Hijo…” (Rom. 8:29). Llegar a ser como Jesucristo es algo que requiere toda la vida. Este proceso de maduración es descrito con precisión en la doctrina Bíblica de la santificación. La Biblia nos dice que la santificación es tanto una acción instantánea lo mismo que una experiencia progresiva (1 Cor. 1:30; Heb. 10:14). Aunque la iglesia no santifica a nadie, sí facilita la santificación a través de la predicación de la Palabra, la participación en los sacramentos y otros ministerios de la iglesia.

El grupo pequeño es particularmente útil en el proceso de santificación. Por medio de la adoración, la exhortación, el ministerio los unos a los otros y la presentación de la visión el creyente es ayudado en su crecimiento espiritual (nota 4). La Biblia nos dice que debiésemos alentarnos los unos a los otros diariamente para que no nos endurezcamos por el engaño del pecado (Heb. 3:13). Snyder señala,

La prioridad de la santificación es otra razón por la cual la iglesia necesita pequeños grupos unidos o células en pacto que sostengan y fundamenten su vida. Tales grupos son tan importantes como las otras ayudas hacia la espiritualidad y la edificación que la iglesia provee (1983:89).

Aubrey Malphurs añade,

Hay un propósito clave y global para los grupos pequeños. Ese propósito es la transformación de la vida de una persona o el cambio de vida por medio de la comunidad. A menudo es en el grupo pequeño donde los pecados son expuestos, donde se hace la confesión, donde se experimenta el amor, donde se siente la comunidad, y de este modo, se llevan a cabo el crecimiento espiritual y la santificación (1992:213).

El Compañerismo de los Creyentes

El compañerismo Cristiano es particularmente útil en el crecimiento y edificación de los creyentes. El apóstol Juan declara, “ pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Juan usa la palabra koinonia que literalmente significa, “tener todas las cosas en común.” Jesús es el terreno común para el compañerismo Cristiano, y Él es quien une y vincula a los Cristianos, poniéndolos juntos. Dietrich Bonhoeffer comenta,

… el Cristiano necesita a otro Cristiano… Le necesita una y otra vez cuando se desanima, pues no puede ayudarse a sí mismo sin empañar u ocultar la verdad. Necesita a su hermano como portador y proclamador de la palabra divina de la salvación. Necesita a su hermano solamente a causa de Jesucristo. El Cristo en su propio corazón es más débil que el Cristo en la palabra de su hermano; su propio corazón es inestable, el corazón de su hermano es seguro (1954:23).

Igual que la santificación, la necesidad de compañerismo Cristiano probablemente pueda llenarse mejor en el contexto de un grupo pequeño. El grupo celular lleva al creyente de la reunión grande e impersonal de la iglesia y cariñosamente le lleva a comunicarse e interactuar con otros creyentes en un nivel más profundo y personal (Hamlin 1990:52-59). Es esta necesidad fundamental de compañerismo, calidez y entendimiento lo que hace tan atractivo al ministerio de los grupos pequeños (Peace 1996:36).

El Uso del Laicado en el Ministerio

He estado describiendo el estado perfeccionador del proceso de discipulado que abarca el cuidado personal, la santificación y el compañerismo. Hemos visto como estos tres aspectos de la vida Cristiana son realizados de manera excepcional en el contexto del grupo celular. Sin embargo, el papel de la iglesia en el discipulado no está completo hasta que el creyente esté activamente involucrado en el ministerio. El papel de la iglesia, según Efesios 4:11, 12, es promocionar al laicado para hacer la obra del ministerio. Apocalipsis 1:6 declara que Cristo ha llamado a la iglesia para ser un reino de sacerdotes.

Como hijos de la Reforma la mayoría de los Cristianos van a estar de acuerdo en que todo creyentes es un ministro. Sin embargo, desde una perspectiva práctica la iglesia ha permitido que solo ciertas personas especialmente escogidas hagan la obra del ministerio. Como David Sheppard señala, “Nos hemos conformado con el sacerdocio de todos los creyentes educados” (1974:123). Solo a las personas muy “dotadas” y “altamente educadas” se les permite usar sus dones en los típicos ministerios de enseñanza y predicación el domingo por la mañana. El resto delos santos se sienta y escucha. Hadaway escribe, “El Cristianismo dominado por el clero del mundo Occidental ha ampliado la brecha entre el clero y el laicado en el cuerpo de Cristo. Esta división del trabajo, autoridad y prestigio es común cuando existe un clero profesional” (Hadaway 1987:203).

Una de las soluciones a esta división es el modelo de iglesia celular. El ministerio le es quitado a unos “pocos escogidos” y colocado en las manos del laicado. No se deja que ninguno se quede sentado de manera pasiva. Todos deben estar involucrados. Debido a la rápida multiplicación de los grupos celulares, hay una constante necesidad de nuevos líderes, asistentes de líderes, anfitriones, líderes de música y equipos evangelísticos. La responsabilidad es compartida entre muchas personas (Hadaway 1987:171).

La Participación en la Actividad Social

Las funciones de la iglesia de Jesucristo son numerosas. Hemos analizado una de esas funciones llamada discipulado y hemos tratado de relacionarla con el ministerio de los grupos celulares. Además de la edificación de los creyentes y la evangelización de los perdidos, Jesús llama a la iglesia al alcance social práctico.

El Patrón del Nuevo Testamento del Interés Social

Quizá el tema del interés social pueda ser resumido mejor por las palabras de Juan el apóstol, “ Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Jn. 3:17-18). Francis Schaeffer se dirige a la iglesia usando el mismo lenguaje penetrante,

Déjenme decirlo muy fuertemente una vez más: no sirve de nada hablar del amor si no se relaciona con los asuntos de la vida en el campo de las posesiones y necesidades materiales. Si no significa un compartir de nuestras cosas materiales con nuestros hermanos en Cristo que están cercanos a nuestro hogar o en el exterior, significa poco o nada (1985:73).

Este tema del interés social no tiene que ver solo con alimentar al hambriento. Incluye la condenación de la injusticia lo mismo que llenar las necesidades físicas. A veces implica simplemente aliviar al herido, mientras que otras veces requiere cambiar las circunstancias que han causado el problema. Jesús, la cabeza de la iglesia, es nuestro ejemplo. Él sanó al enfermo y al herido (Mat. 9:35-38) y alimentó al hambriento (Mat. 15:29-39). Al mismo tiempo condenó audazmente la hipocresía y la opresión (Mat. 21:12-16; 23:13-36). Gustavo Gutiérrez nos recuerda que, “Durante toda su vida pública Jesús confrontó a los grupos que tenían el poder sobre el pueblo Judío” (1988:132). Él esperaba que los creyentes siguieran Su ejemplo (Luc. 10:25-37).

Este mismo énfasis del alcance social se encuentra en las epístolas. Santiago les recuerda a los creyentes que cuiden de los huérfanos y las viudas (1:27), que vistan y alimenten al hambriento (2:15-17), lo mismo que condenen las estructuras sociales injustas que causan la pobreza (5:1-6). Pablo le escribe a la iglesia en Galacia, “ Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (6:10).

La iglesia del Nuevo Testamento es un excelente ejemplo de alcance práctico de “ mayormente a los de la familia de la fe.” Ellos demostraron su interés social práctico al ayudarse los unos a los otros en tiempo de necesidad. Muchos pasajes en la Biblia presentan esta verdad (Hch. 2:43-47; 4:32-37; 5:1-11; 6:1-7). Por ejemplo, en Hechos 11:29 la iglesia Gentil en Antioquia envió dinero para ayudar a la congregación Judía en Jerusalén. Las congregaciones Macedónicas fueron elogiadas por su abundante generosidad en tiempos de prueba severa (2 Cor. 8:2).

Jesús incluso ayuda a la iglesia a llevar a cabo Su obra social proveyendo los dones necesarios. Stephen Mott comenta, “Cristo le ha dado a su cuerpo, la iglesia, dones para llevar a cabo la obra de su reinado. Estos dones espirituales incluyen un ministerio social: dar a los pobres (2 Cor. 8:7), servicio, compartir, brindar ayuda y actos de misericordia (Rom. 12:7-8)” (1982:134).

Esta cita de Mott arroja luz sobre la tarea social de la iglesia. Pero, ¿qué separa el ministerio social de la iglesia de la obra de otras instituciones seculares? La respuesta parece encontrarse en el área del otorgamiento de poder. La iglesia es capacitada por Cristo a través de los dones de cada miembro. Esta dotación puede ser aprovechada en un nivel centralizado (e.g., una ofrenda de la iglesia para una necesidad particular, la acción de la iglesia en contra del aborto), pero para llenar necesidades sociales más específicas el nivel de alcance celular parece ser más efectivo. Ahora nos enfocaremos en este tópico.

Las Oportunidades para el Interés Social en el Ministerio Celular

Como se acaba de mencionar, la iglesia puede y debería llevar adelante un programa de interés social. Muchas iglesias levantan una ofrenda una vez al mes después del servicio de comunión. Esta ofrenda es llamada una “ofrenda de benevolencia.” Tal dinero es colocado en un fondo especial de emergencia cuyo propósito es proveer ayuda a los miembros de la congregación que estén sufriendo. Sin embargo, a menudo tal ayuda es limitada. Primero, normalmente no es suficiente que un miembro de la iglesia simplemente tenga una necesidad. Más bien, tal necesidad debe ser “juzgada como digna” por aquellos que están en autoridad. Segundo, muchas personas que sufren nunca darán a conocer sus necesidades a una junta de ancianos, al pastor titular o a la junta de la iglesia. El proceso a menudo es demasiado formal y rígido. Tercero, no siempre es posible para un pastor o junta de ancianos entender la necesidad de una persona desde la perspectiva de alguien que se halla fuera del problema. A menudo la solicitud se juzga sobre una base más superficial.

Sin embargo, no se puede decir lo mismo de un grupo celular. “El conocerse unos a otros” y “compartir las necesidades” son aspectos esenciales del grupo celular. John Mallison afirma, “Los grupos pequeños pueden jugar un papel importante en ayudar a que todos escuchen y respondan de maneras prácticas al clamor de nuestros hermanos y hermanas que están sufriendo en nuestro mundo alienado e hiriente” (1989:11) (nota 5) Ron Nicholas da un ejemplo personal,

Cuando mi automóvil no arrancó en una ocasión en un tiempo de invierno a diez grados bajo cero, Steve y Cathy (una pareja de nuestro grupo de Koinonía en la iglesia) me prestaron su carro nuevo para que pudiera ir en él al trabajo. Cuando mi esposa Jill regresó del hospital con nuestras nuevas gemelas, disfrutamos de muchas comidas traídas por los miembros del mismo grupo pequeño. Lloramos juntos cuando un miembro nos relató de un accidente automovilístico y de problemas en el trabajo. Todos sentimos el dolor cuando el niño de una pareja se halla en el hospital (citado en Jonson 1985:25).

En la iglesia celular de David Yonggi Cho en Corea es bastante frecuente que el grupo celular recoja una ofrenda o encuentre alguna otra manera práctica de cubrir una dificultad. Dicho con simpleza, los líderes y los miembros son alentados a “buscar una necesidad y cubrirla” (1981:59). Los miembros intencionalmente buscan descubrir maneras para mostrar actos de amabilidad hacia los no Cristianos a su alrededor. Además, para “hacer el bien” a aquellos que están a su alrededor, los miembros son instruidos a invitar a los grupos celulares a aquellos que parecen particularmente necesitados (e.g., en medio de un divorcio, problemas con el alcohol). A menudo, es la “gente necesitada” quien encuentra que el grupo celular es de lo más útil. Ellos son los que se muestran más receptivos, y son estas personas las que a menudo encuentran la respuesta a su dilema en medio de un grupo cálido y cariñoso del pueblo de Dios (Hurston 1995:104).

La Iglesia Comunidad Palabra Viviente en Filadelfia es otro ejemplo de amor práctico en acción. La iglesia reorganizó toda su estructura en 1970 alrededor del concepto de los grupos celulares hogareños. Como resultado la iglesia comenzó a crecer tanto en expansión numérica como en vida comunitaria. Los grupos celulares mantuvieron su dinámica espiritual mientras llenaban las necesidades sociales de los miembros. Ron Sider escribe,

Los miembros de las reuniones hogareñas han echado mano de los ahorros y las reservas para proveer préstamos libres de intereses para dos familias que compraron casas rodantes que les sirvieran como hogares. Cuando los miembros fueron a firmar los papeles de una hipoteca libre de intereses para el hogar de otra familia, ¡las personas seculares que estaban presentes para la transferencia se quedaron totalmente perplejas! (1984:185).

Hay que admitir que muchos grupos celulares no funcionan de esta manera. No todos los miembros de la célula se hallan lo suficientemente cercanos como para proveer este tipo de cuidado personal. Aunque he dado varios ejemplos de cómo el interés social puede ser practicado en el grupo celular, el movimiento celular necesita ser criticado en este punto. Concuerdo con el comentario de Sider, “Aunque los numerosos grupos pequeños que hoy florecen en las iglesias son útiles y valiosos, raras veces llegan lo suficientemente lejos” (1984:188). Al mismo tiempo, hay razón para tener esperanza. El potencial para el alcance social a través del ministerio celular es ilimitado. A medida que los líderes y los miembros de las células son instruidos a extenderse de maneras prácticas, las necesidades serán cubiertas y Cristo será glorificado a través de Su iglesia.

Testimonio del Reino de Dios

Una tercera función de la iglesia es dar testimonio del reino de Dios. Las primeras palabras registradas de Cristo en el evangelio de Marcos son, “ El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mar. 1:15). Mateo reitera este importante mensaje en 24:14, “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Quizá, el concepto del evangelio del Reino une las verdades con respecto al discipulado y la acción social de la manera más clara y efectiva.

No obstante, se debe recordar que la iglesia no es el Reino. El Reino es mucho mayor que la iglesia puesto que la predicación del mensaje del Reino por parte de Cristo fue el que creó la iglesia (Ladd 1974:111-119). La iglesia es más bien un instrumento del Reino. Es llamada a testificar del Reino de Dios a través del mensaje del evangelio.

Los Conceptos del Reino

Muchos creen que el tema central y unificador de la Biblia es el reino de Dios (Hazle 1982:52). Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento este tema aparece una y otra vez (e.g., Dan. 2:21; 4:24-25; Mat. 13). George Ladd, un experto en este tema, define el reino en términos de “el gobierno de Dios.” Él declara, “… el énfasis no se coloca sobre la condición de los asuntos o el orden final de las cosas, sino sobre el hecho de que Dios gobernará. La condición de todos los asuntos finalmente introducidos no es sino el resultado inevitable de la vindicación final del gobierno divino” (1972:46). Por ejemplo, el salmista dice, “Tu reino es reino de todos los siglos, y tu señorío en todas las generaciones” (Sal. 145:13).

Ladd cree que cuando Jesús dice que el reino de Dios está cerca, se usa en el sentido de “extenderse” sin la experiencia total de todo aquello que el Reino ha de implicar. En otras palabras, el Reino ha venido en la persona de Jesucristo, pero será experimentado plenamente en el futuro (1959:127). René Padilla habla de Cristo como quien es el “autobasileia”, el reino en persona (1986:86). Mateo 12:28 resalta esto muy claramente cuando Jesús les dice a los incrédulos Fariseos, “ Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.”

Los Conceptos del Reino y el Ministerio Celular

Como instrumentos de la iglesia de Cristo, los grupos celulares deben dar testimonio del Reino de Dios. Cada grupo celular es una comunidad del Rey viviente quien está reinando activamente aquí y ahora. Por esta razón las células debiesen esperar la intervención del reinado de Dios en cada encuentro. Cada vez que una persona es liberada del pecado, sanada de la enfermedad o liberada de Satanás, es una manifestación del Reino de Dios en la tierra. Wilbert Shenk escribe,

El contexto para la misión es la batalla cósmica entre el reino de Dios y el reino de este mundo. Cristo está desplazando el imperio de Satanás por el Suyo propio. Esta batalla está siendo llevada a cabo en la historia… Anunciar el evangelio del reino es ponerse en contra del reino de este mundo (1983:212).

Es el “evangelio del Reino” el que el ministerio celular debe proclamar a los cuatro puntos cardinales de la ciudad, y en última instancia, hasta los confines de la tierra. La exhortación de Padilla es relevante para el ministerio celular, “Impulsados por él [el mensaje del reino], los Cristianos son capaces de actuar en respuesta a la necesidad humana – no con el propósito de introducir el reino sino porque el reino ya ha venido en Jesús de Nazareth y aún ha de venir en toda su plenitud” (1986:91).

La realidad del ya pero todavía no del mensaje del reino debe guiar el ministerio celular alejándolo de una teología que promueva la violencia como camino para establecer el reino de Dios. El juicio último pertenece solamente a Dios. Sin embargo, esta distinción no siempre es clara en la Teología de la Liberación. El énfasis de esta teología es más bien la práctica que la teoría (Costas 1976:73). Promueve el establecimiento del reinado de Dios entre los pobres, los desposeídos y oprimidos de América Latina (Costas 1982:128). Por medio de la organización de miles de pequeños grupos llamados “comunidades de base” esta teología se ha extendido de manera práctica a los pobres y ha estado preocupada por la justicia (Dyrness 1990:99-102). Sin embargo, para promover la justicia social, se ha adoptado un análisis Marxista el cual no se opone al uso de la violencia. De hecho, a veces se cree que es necesaria para promover su evangelio (Escobar 1987:118-119).

En contraste, el mensaje del reino de Cristo no propugna por la violencia como medio para establecer el reinado de Dios (Yoder 1972:123-134). No obstante, sí promueve la liberación espiritual y física en la vida de toda persona. Incluye las buenas nuevas para los pobres, libertad para los prisioneros, recuperación de la vista para el ciego y liberación de los oprimidos (Luc. 4:18).

Finalmente, el mensaje del reino de Dios provee una gran esperanza para el ministerio celular. A medida que el reinado presente de Dios se manifiesta en la célula a través de momentos gloriosos de compañerismo y refrescamiento espiritual el grupo debe recordar aquel reinado futuro mucho más grande y majestuoso. Es la esperanza del reino futuro de Cristo lo que debiese impulsar al ministerio celular a continuar alcanzando al mundo perdido y sufriente.

Conclusión

Este capítulo ha buscado definir la naturaleza y actividad de la iglesia de Cristo. Ha intentado reflexionar en el ministerio basado en las células como un instrumento poderoso de la iglesia de Cristo. El ministerio celular es vital para que un creyente experimente plenamente la iglesia de Jesucristo.

El ministerio celular une al pueblo de Dios de una manera que ningún otro ministerio puede hacerlo. Le permite al pueblo de Dios ejercitar sus dones, ministrarse los unos a los otros, participar en el cuerpo de Cristo y ser en verdad un organismo viviente – lo cual es el propósito de Cristo para Su Iglesia. El ministerio celular también capacita a la Iglesia para cumplir la Gran Comisión.

El alcance social es otra función de la iglesia de Cristo. Este capítulo ha destacado como el ministerio de los grupos pequeños puede llenar necesidades humanas profundas. La iglesia local, en un nivel congregacional, no conoce las necesidades íntimas de sus miembros. Los grupos pequeños llena de manera excepcional esta necesidad proveyendo un compartir cercano e íntimo.

Finalmente, la iglesia de Jesucristo es llamada a proclamar el evangelio del Reino. La sanidad, los milagros, los encuentros de poder, y el alcance a los pobres son señales actuales de que Dios reina. El paradigma del Reino de Dios nos recuerda que el reinado último de Dios será perfecto y justo. Es el reinado de Cristo el que debe guiar cada aspecto del ministerio celular.

Notas finales

  1. En menor medida los Reformadores también enfatizaban el lugar de la disciplina en la iglesia.
  2. Llegué a ser consciente de esta terminología por primera vez de Ian Presley, director internacional del Compañerismo Misionero al Extranjero. Usó esta frase en su tesis en Misiología para describir la urgente tarea de la iglesia de evangelizar a los pueblos no alcanzados.
  3. Los resultados del proceso de seguimiento (ya sea que el nuevo convertido llegue o no a asistir al grupo) son controlados cuidadosamente, normalmente por medio de un sistema computarizado (Galloway 1986:149).
  4. En muchas iglesias “carismáticas” a lo largo de América Latina, el proceso de santificación en el grupo celular incluye la profecía, la palabra de ciencia, el orar por los enfermos y otros milagros diversos.
  5. En el Ecuador mi esposa dirigía un grupo celular en nuestro hogar. Una dama pobre y soltera llamada María comenzó a asistir. Su familia vivía en otra provincia en el Ecuador y ella estaba sola y lastimada. El “leal” novio de María la había abandonado, y de pronto se vio forzada a enfrentar sola la vida, pero peor aún, como una mujer embarazada. El grupo celular llegó a ser una familia para ella. Hicieron preparativos y planificaron para el bebé como si fuera propio. A medida que se acercaba la fecha del nacimiento, una de las reuniones regulares del grupo celular fue usada como baby shower para María. Cuando finalmente llegó el bebé una miembro de la célula la llevó en su vehículo al hospital, otra la recogió y la llevó a su casa, y los miembros de la célula proveyeron alimento para ella por casi una semana. Fue una María gozosa junto con su bebé quienes asistieron al grupo celular en las semanas que siguieron. No puedo dejar de pensar en las cicatrices emocionales que pudieron haberle sucedido a María si no hubiese sido por el alcance lleno de amor del grupo de mi esposa.