Jenny, Una Líder Efectiva con Niños

por Joel Comiskey

2017

La semana pasada hablé en la conferencia de líderes de células infantiles de Elim en San Salvador, El Salvador. 1300 líderes de células infantiles llenaron el teatro local. La mayoría de ellos eran jóvenes, que se convirtieron en una célula para niños y ahora dirigen una de ellas. Una de estas líderes era Jenny, había escrito su historia en mi libro, Children in Cell Ministry, pero la conocí por primera vez en la conferencia.

Elim a menudo se orienta a las áreas de la ciudad plagadas de crimen con la esperanza de rescatar a los niños antes de que sean reclutados por pandillas. Jenny, por ejemplo, fue enviada para comenzar una célula infantil en una casa muy pobre en el centro de San Salvador. Una señora mayor y su nieto de ocho años de edad, Leonel, vivían en una casa pequeña y desordenada. Los niños del barrio llenaban la casa a rebosar cada semana. Jenny recuerda el desorden de la casa y la falta de espacio ya que los niños se ubicaban como les fuera posible en cada esquina para escuchar la Palabra de Dios, memorizar las Escrituras, adorar a Dios y orar juntos. El gallo de Leonel a menudo picoteaba a Jenny mientras ella daba la lección. A pesar de las dificultades, Jenny siguió adelante por el bien de los niños.

Jenny notó que Leonel estaba muy deprimido y a veces habló de no querer vivir más. Jenny le preguntó si algo andaba mal, pero Leonel siempre evitaba hablar de sus problemas. Con el tiempo, y después de hablar con la abuela, Jenny descifró la historia de Leonel. La madre de Leonel se embarazó a la edad de trece años por un miembro de la pandilla y entregó a Leonel a su abuela. El padre de Leonel tuvo que huir del país, y Leonel nunca supo de él. Sólo había visto una foto de él. Para sobrevivir, Leonel y su abuela intentaban vender plátanos asados en las calles de la ciudad.

La buena noticia fue que Leonel recibió a Jesús en la célula infantil y comenzó el proceso de discipulado semana tras semana. Memorizó los versículos y asistió fielmente a cada reunión. El humor de Leonel cambió dramáticamente, aunque a veces podía desanimarse a causa de las condiciones en las que vivía. Muchos de los vecinos de Leonel eran miembros de pandillas y Jenny sabía que él era vulnerable. Ella le dio a Leonel atención especial, orando fervientemente por que se mantuviese firme. Ella le pedía que le ayudara en la célula, lo que le hacía sentirse importante y necesario.

Leonel logró atravesar esos tiempos difíciles. Él tiene ahora diecisiete años y da testimonio de la gracia de Dios en su vida. “Antes no me importaba incluso vivir, pero ahora tengo un nuevo propósito en la vida”, dice Leonel. “Jesús es mi prioridad ahora, y Él me ha ayudado a evitar los errores de aquellos que me rodean.” Leonel ahora asiste a una célula juvenil de Iglesia Elim, así como a los servicios de celebración semanales. Actualmente está terminando la escuela secundaria y su sueño es estudiar ingeniería mecánica en la universidad. Es amable, respetuoso, y un trofeo de la gracia de Dios—alguien que fue rescatado por un grupo celular de Iglesia Elim en la oscura y rota ciudad de San Salvador.

Si usted es pastor, líder de célula o miembro, el poder de persistir en un ministerio como Jenny es el resultado de pasar un tiempo a diario con Jesucristo. Tener una consagración de devociones diarias y orar sin cesar es la fórmula para la vida y el ministerio exitosos.