Penetrando un Mundo Perdido Por Medio de Células

Por Joel Comiskey, La Explosión de los Grupos Celulares en los Hogares

Entonces, ¿qué es exactamente una iglesia celular? En la terminología cotidiana, es simplemente una iglesia que ha puesto a los pequeños grupos de evangelización en el centro de su ministerio. El ministerio celular no es “otro programa”; es el corazón mismo de la iglesia. Como dice Lawrence Khong, pastor de Faith Community Baptist Church (Iglesia Bautista Comunidad de Fe) en Singapur:

Hay una gran diferencia entre una iglesia con células y una iglesia celular… No hacemos nada más excepto la célula. Todas las cosas que la iglesia debe hacer—entrenamiento, equipamiento, discipulado, evangelismo, oración, adoración—se hacen a través de la célula. Nuestro servicio dominical es solo la celebración corporativa (revista Charisma)

Las células son pequeños grupos abiertos, enfocados en el evangelismo, entrelazados con la vida de la iglesia. Se reúnen semanalmente para edificarse unos a otros como miembros del Cuerpo de Cristo y para hacer discípulos que hagan discípulos. La meta de cada célula es multiplicar nuevos discípulos que funcionen como equipos en grupos pequeños (Mateo 28:18-20). Jesús fue pionero en su grupo pequeño, envió a sus discípulos a los hogares para evangelizar y los preparó para el ministerio de casa en casa después de Pentecostés. La iglesia primitiva evangelizó todo el mundo romano a través del ministerio basado en células (vea mi libro Biblical Foundations for the Cell-Based Church/ Fundamentos bíblicos para la iglesia basada en células).

Al crecer en mi comprensión sobre la multiplicación saludable, también he cambiado mi definición de célula para resaltar el hecho de hacer nuevos discípulos, y que esto traiga como resultado la multiplicación:

Un grupo de tres a quince personas que se reúnen semanalmente fuera del edificio de la iglesia con el propósito de la evangelización, la comunidad y el crecimiento espiritual con la meta de hacer discípulos que hagan discípulos que resulten en multiplicación.

En febrero de 2010, tuve un “momento de realización”. Yo estaba hablando en una conferencia celular en Dallas, Texas, con Mario Vega, Pastor General de Iglesia Elim en San Salvador. Me senté, y fue el turno de Mario para hablar. El tema de Mario fue la base bíblica para el ministerio celular y durante su discurso, dijo: “La multiplicación es el resultado de la salud de la célula”. Mario explicó que la multiplicación no es la meta. Más bien, el objetivo es hacer discípulos que hagan nuevos discípulos. A medida que esos discípulos son formados y desarrollados en un ambiente de cuidados y amor, la multiplicación se presenta como resultado. Sabiendo que Mario era el pastor general de una de las iglesias de más rápido crecimiento en el mundo, escuché atentamente lo que tenía que decir acerca de la multiplicación celular.

Cuando pienso en retrospectiva, es probable que haya escuchado esas palabras muchas veces anteriormente, pero no estaba listo para escucharlas realmente hasta ese momento. Se había convertido en algo cada vez más claro para mí que la multiplicación no podía ser el objetivo principal—como ya lo había pensado previamente en 1997.

Se necesitarían muchos más años y vivir en un contexto diferente para entender que la multiplicación no es la meta. Más bien es el resultado de un enfoque en hacer discípulos que hagan discípulos. En otras palabras, se forma un discípulo sano y moldeado en una célula que da vida.

Debemos desear hacer tantos discípulos saludables como sea posible, pero es igualmente importante entender que multiplicar un grupo celular no es lo mismo que hacer un discípulo saludable. Es posible multiplicar un grupo celular y ni siquiera tener un líder, como algunas iglesias celulares ya lo han hecho. Estas iglesias han multiplicado grupos celulares pidiéndole a un líder que dirija a más de un grupo. Sin embargo, tener muchos grupos no es el propósito del ministerio celular, y dicha actividad puede tener nocivos efectos secundarios, como desgastarse y el desánimo. La misión es hacer discípulos que hagan discípulos-así como Jesús lo enseñó.