Por Joel Comiskey
Muchos creen que el metodismo del siglo XVIII salvó a Inglaterra del colapso moral. La participación en una reunión de clase (idéntica a la de los grupos celulares de hoy en día) entre los primeros metodistas fue tan esencial que una persona necesitaba un “boleto” para verificar que asistía regularmente a una reunión de clase para incluso ingresar a las reuniones de la sociedad en general.
Sin embargo, a comienzos del siglo XX, a medida que el metodismo se extendía por todo el mundo, la reunión de clase estaba casi extinguida, solo a veces mencionada por los historiadores.
¿Entonces qué pasó? ¿Por qué los grupos pequeños metodistas prácticamente desaparecieron?
Kevin Watson escribió un excelente libro de 2013 llamado The Class Meeting: Reclaiming a Forgotten (and Essential), una experiencia en grupos pequeños. Explica que las clases o grupos celulares de Wesley se enfocaron en compartir de manera transparente y el crecimiento en la santidad. Enfatizaron la relación actual de cada persona con Dios y cómo la vivían.
Pero según Watson, una razón clave de su declive fue el cambio gradual a los estudios bíblicos basados en el currículo, en lugar de los pequeños grupos que cambian la vida. Los metodistas empezaron a hablar entre sí sobre ideas abstractas, en lugar de aplicar la Palabra de Dios a sus vidas.
Cuando una persona se siente incómoda al hablar sobre su relación con Dios, un estudio basado en un plan de estudios puede ser menos intimidante. Una persona puede hablar sobre el contenido en lugar de hablar realmente sobre una relación con su Creador. En muchas iglesias metodistas, las “clases” se convirtieron literalmente en “clases” de la escuela dominical.
La transparencia es fundamental para los grupos celulares que dan vida. Compartir abiertamente conduce a la transformación bíblica y ese es el objetivo, en lugar de hablar de conceptos abstractos. Entonces, ¿cómo se ve la transparencia y cómo la practicamos en la iglesia celular?