por Joel Comiskey
Enero 2020
Escuchamos mucho sobre la necesidad de hacer más discípulos (Mateo 28: 18-19). Y esto es muy importante porque al menos el 65% de los 7,5 mil millones de personas en esta tierra no son cristianos. Tenemos mucho trabajo por hacer.
Pero Jesús también quiere que hagamos mejores discípulos. En la gran comisión que se encuentra en Mateo 28, Jesús dice: “y enseñándoles a obedecer todo lo que te he mandado” (Mateo 28:20). Sí, necesitamos llegar al mayor número posible, pero la calidad de nuestra formación de discípulos también es esencial.
En mi investigación inicial de las iglesias celulares en todo el mundo, me impresionó descubrir que todas ellas implementaron una clara vía de equipamiento del discipulado que llevó a los creyentes de la conversión a liderar una célula y más allá. La razón del equipamiento era enseñar a sus miembros a obedecer las enseñanzas de Cristo y ayudarlos a convertirse en mejores discípulos de Cristo.
Las iglesias celulares también maximizan la predicación dominical semanal para hacer mejores discípulos. Los pastores se preparan diligentemente para enseñar a los miembros cómo obedecer la enseñanza de Cristo. En el grupo celular, los miembros aplican esas enseñanzas a través del intercambio transparente.
Pero los líderes también necesitan entrenamiento para poder crecer más profundamente. Me gusta usar la frase “entrenamiento de discipulado” para recordarle a las personas que el entrenamiento de líderes es parte del proceso de discipulado. Vemos muchos ejemplos de entrenamiento de liderazgo uno a uno en la Biblia (por ejemplo, Jetro y Moisés, Elías y Eliseo, Bernabé y Pablo, y Pablo y Timoteo).
Pero hacer mejores discípulos también incluye ayudar a cada creyente individual a caminar con Jesús diariamente. Por ejemplo, ¿cuántos creyentes en su iglesia tienen un día libre regularmente? ¿Cuántos tienen devociones diarias? ¿Y cuántos cuidan sus cuerpos? (que son los templos del Dios viviente).
En mayo de 2020, tendré con un nuevo libro llamado Viviendo en Vitoria : 8 Verdades espirituales para la transformación y la renovación. El objetivo de este libro es ayudar a los creyentes a convertirse en mejores discípulos de Jesucristo y vivir en la victoria cristiana. La mayoría de mis libros se han centrado en cómo hacer esto a través de la iglesia celular local, pero en mi libro Viviendo en Victoria el objetivo es proporcionar recursos a los creyentes individuales para profundizar y vivir en esa victoria.
En el libro, cubriré la victoria que proviene de confiar en el control de Dios, comprender la gracia de Dios, pasar tiempo diario con Jesús, desarrollar relaciones profundas, compromiso con la iglesia local, tomar un día libre, cuidar nuestro cuerpo y prepararnos para la eternidad. El objetivo de cada uno de estos temas es ayudar a los creyentes a vivir en la victoria y convertirse en mejores y más profundos discípulos de Jesucristo.
La iglesia celular está afinada para hacer mejores discípulos. Sin embargo, los miembros individuales también son responsables de crecer en la gracia y el conocimiento de Jesucristo. El objetivo del discipulado es llegar a ser como Jesús, como dice Juan: “Queridos amigos, ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos aún no se ha dado a conocer. Pero sabemos que cuando él aparezca, seremos como él, porque lo veremos tal como es ”(1 Juan 3: 2).